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EL PADRE DE LAS DOCE PRINCESAS BAILARINAS

EL PADRE DE LAS DOCE PRINCESAS BAILARINAS

Status: Terminada
Genre:Completas / Mujer poderosa / Doctor / Época / Diferencia de edad / Secretos de la alta sociedad / Duque
Popularitas:48.4k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Guadalupe Nieves

¡LA TEMPORADA DE ESCÁNDALOS HA COMENZADO!

Tras haber salvado la vida de su hija, casada con el príncipe heredero y madre del nieto de la reina regente, se enfrenta a la insistencia de esta última para que vuelva a casarse y disfrutar de su jubilación en compañía. A pesar de sentirse desalentado por la idea de encontrar pareja como un divorciado de mediana edad, que para nada es atractivo, accede a asistir a los bailes debut para complacer a su hija. Lo que no imagina es que en ese ambiente hipócrita podría hallar una nueva oportunidad en la duquesa de Rosaria, la primera mujer en heredar un título nobiliario y formar parte de la guardia real. ¿Podrá un hombre marcado por el estigma de un divorcio, su edad y de su fealdad, encontrar nuevamente el amor en alguien como ella, que desafía las convenciones sociales con su posición y poder?

NovelToon tiene autorización de Guadalupe Nieves para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPÍTULO 6

Tras llegar a la casa de campo, el albacea y su esposa se fueron a su habitación en lo que esperaban la cena. Mientras tanto, Jeremy pidió revisar al pequeño bebé, por lo que Serena aceptó llevándolo a su habitación.

—¿Esta es la habitación principal?—preguntó curioso ante la sencillez del lugar.

—Sí, aquí es donde vivo—respondió colocando al bebé en la cuna—mañana enviaré a conseguir ropa y una cuna para el bebé.

—¿Planea dormir con él?—preguntó aún más curioso—, perdone, es solo que por lo general el bebé tiene su propia habitación.

—Si tuviera alguien que lo cuidara lo haría, pero me costará conseguir una nodriza tan rápido—dijo con una sonrisa.

Ya de por sí había sido difícil conseguir un cuidador para su abuelo debido a su reputación, ahora no se imaginaba que hubiera una mujer capaz de tal tarea.

Pensativo ante la situación de la duquesa, Jeremy procedió a revisar si el bebé había estado bien en el viaje. Cuando le indicó a Serena pasarle uno de los pañales de tela que el hospital les había regalado, sorprendida con que un hombre fuera capaz de cambiar a un bebé, esta se lo pasó.

—¡Tiene buena mano con los niños!—elogió al ver como movía al pequeño Jeremy.

—Hace muchos años, cuando en la academia abrieron la especialidad de obstetricia, fui uno de los primeros en inscribirse—habló terminando de cambiar al bebé—la atención y cuidado de los bebés siempre me interesó.

Sin notar que Serena lo miraba sonrojada, recordó la razón principal por la que la misma reina lo había puesto a él a cargo de todos sus nietos al nacer. No obstante, para un área que era manejada aún por las parteras, terminó trabajando en otros campos de la medicina más a fines a ser un hombre.

Pensándolo un poco, no pudo evitar soltar una leve carcajada, hasta los hombres estaban atados a lo que comúnmente cada género debía hacer. No obstante, por mucho tiempo se preguntó si él pudiera haber ayudado más si se hubiera negado a seguir las convenciones sociales.

—Duquesa—habló Anthony—sir Jeremy, la cena ya está lista.

Con una leve inclinación, sir Jeremy fue el primero en salir de la habitación. Anthony, al ver la cara roja de Serena y como esta tenía sus manos en su pecho, se acercó para preguntarle si estaba bien. Al ver que ella se sentó con rapidez en la cama, quiso pedirle ayuda a Jeremy, pero esta se negó diciendo que solo estaba cansada.

Pidiendo que por favor su cena se subiera a su habitación, quedó sola con el pequeño bebé. Una vez la puerta se cerró detrás de su albacea, Serena suspiró acostándose al lado del bebé mientras movía con emoción sus piernas. Recordando la primera vez que lo conoció y el trato que había tenido ahora con el niño, su corazón latió aún más fuerte que la noche anterior.

—¿Será que tendrá ya una prometida? ¿Estará casado Sir Jeremy?—preguntó en un susurro—¿y si no lo está? ¿Aceptará si le propongo matrimonio yo?

El pequeño Jeremy, quien dormía debido a lo lleno que estaba con la leche que le habían dado antes de llegar a su nuevo hogar, solo soltó un gas a modo de respuesta, quedando la habitación en silencio por varios segundos. Tras eso, se levantó con cuidado y asintió dándose pequeños golpes en su mejilla.  Caminado de un lado a otro, intentó pensar en alguna forma de cortejar al padre de la princesa consorte.

—¿Y si me cree una loca por proponérmele?—se preguntó agarrando con fuerza su cabeza—vamos, que no debo ser la única mujer que se le proponga a un hombre... ¿No?

Sin darse cuenta de que la mucama de la mansión había tocado y abierto la puerta, terminó por golpearse la nariz contra la robusta madera de esta. Cayendo al piso, la sirvienta corrió para ayudarla, asustada al verla con la nariz sangrando. No obstante, se quedó más pálida al ver que, pese a la sangre, estaba tirada en el piso con una sonrisa.

—¡Él es tan lindo!—dijo Serena con emoción.

Luego de pedir ayuda a dos de sus compañeras, la criada fue pálida al primer piso, donde el albacea estaba cenando con toda la familia. Anthony, al ver asustada a la chica, frunció el ceño con clara preocupación.

—Mi señor—respondió la chica al borde las lágrimas—¡Perdóneme! ¡He cometido un gran error!

—¡¿Qué ocurre?!—preguntó Anthony—¡Habla ya, mujer!

—Golpee a la señora y la señora se rio—habló hecha un mar de lágrimas—¡Creo que volví loca a la duquesa!

Jeremy subió de inmediato con Anthony para verificar el estado de la chica, en efecto Serena se encontraba en la cama con la nariz sangrando, mientras una de las mucamas estaba cargando al bebé.

—Duquesa, déjeme ayudarla—explicó Jeremy—ponga la cabeza boca abajo y haga presión con sus dedos en la nariz.

Serena, quien le hacía caso a Jeremy, se quedó quieta, extasiada ante el cálido toque del doctor mientras la atendía. En vez de sentir dolor, aquello que le hacía sentir aquel hombre hacía de analgésico, por lo que estaba más concentrada en disfrutar el momento.

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Ya de noche, y con casi todos en sus aposentos, Serena se encontraba descansando aprovechando que la criada que la había golpeado en la cara por error accedió a cuidar al bebé; no obstante, unos golpes en la puerta la despertaron.

—¡Mamá!—la voz de su abuelo sonó.

Con una sonrisa, aun con una venda en la nariz, Serena invitó a su abuelo a pasar, quedando su cuidado a fuera ante cualquier cosa que él necesitara. El anciano, quien sufría de Alzheimer, cargaba a su gato y se terminó acostando en la cama al lado de su nieta.

Serena acarició con dulzura la blanca cabellera de la única persona por la cual ella soportó el  infierno de la guardia real, con tal de no perderlo todo. Si no hubiera sido por su abuelo, su futuro hubiera sido oscuro.

—¡Mamá! ¡Almirante malo!—señaló el anciano al gato—¡Se comió mi comida!

El gato, como si hubiera entendido el reclamo, miró a otro lado indignado. El animal había visto el plato con comida en la mesa del anciano, y él no estaba, por lo que había aprovechado para comerse la comida.

—¿En serio? ¡Entonces debemos castigar a Almirante!—lo miró con una sonrisa—, ya que está muy gordo, ¡lo pondremos a dieta! ¡Nada de pollito por un mes!

Las pupilas de Almirante se abrieron mucho, ya que al escuchar la palabra "pollito" estaba acostumbrado a que le dieran comida; sin embargo, agachó su cabeza triste al ver que no le daban nada. Serena, con un sentimiento de alegría, se quedó dormida pensando en Jeremy.

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Jeremy, luego de ducharse, se quedó observando el cielo estrellado desde su balcón. La bata de su pijama ondulaba con la suave brisa, por lo que sabía que aquella noche sería calurosa. Recordando lo que había ocurrido en el día, entró a su habitación con un poco de pesar.

A la mañana siguiente, alrededor de las siete de la mañana, el sonido de las trompetas resonaron en todo el lugar, despertando incluso al bebé recién nacido. Aun con su bata puesta, sin importarle el que dirán, Serena salió de su habitación encontrándose con casi todos en la puerta principal.

—¡Atención!—gritó un hombre vestido de mayordomo—¡la princesa consorte, la respetable lady Irene, ha enviado a su equipo de preparación para el ajuar de la duquesa Serena.

—¡Dios mío!—expresó emocionada y aún somnolienta Miranda—¡Serena, recibirá ayuda de la familia real!

Siendo que muy pocas veces se veía que los miembros de la gran casa ayudaran a miembros de la nobleza que no fueran directos a su sangre, Serena se acercó al emisario de la princesa para recibir la carta que esta le envió. Al momento de pasar al lado de sir Jeremy, este cerró los ojos mientras olía levemente el aroma de rosas que emanaba el largo cabello de la duquesa.

—¡Esta humilde sierva agradece la gentileza de la princesa!—expresó con una reverencia.

Con una leve sonrisa, el mayordomo dejó que varios criados ingresaran a la casa para dejar diversos baúles de roble negro con detalles dorados. Así mismo, antes de irse en uno de los dos carruajes que habían llegado directamente del palacio real, le presentó a la duquesa al costurero y joyero de la hija de Jeremy.

—¡Es un gusto conocerla, gran duquesa!—dijeron ambos hombres al unísono—la princesa heredera nos ha explicado un poco su situación.

—¿Si...tu...ación?—preguntó confundida.

Estando en la sala de estar, mientras tomaban un poco el desayuno, quedaron en organizar a Serena para el baile de la noche, por lo que la duquesa debía arreglarse antes de hacer algunos preparativos de última hora. La duquesa, tras ingresar en sus aposentos, leyó la carta de la princesa con mucha confusión:

"Cordiales saludos, respetada duquesa de Rosaria.

Es para mí un honor el poder estar en contacto con usted, aun recuerdo la primera vez que la conocí hace dos años. Espero que la llegada de mi equipo de estilismo no la agobien, más siendo una visita de última hora. Mi padre, sir Jeremy, me comentó su situación y lo que hizo por el bebé el día anterior.

Por eso, en vez de escribirle esta carta desde mi posición como esposa del príncipe heredero, lo hago como madre de cuatro pequeños: de parte de todas las madres en este mundo, ¡gracias por el acto de bondad que ha tenido con un huérfano!

Mi costurero y Joyero la ayudarán con el ajuar que necesita para esta temporada. He hecho envío de algunas cosas que creo pueden ayudarla; sin embargo, debido al poco tiempo, mientras se le confecciona los vestidos, le hago entrega del último vestido que se me había confeccionado para mí. Debido a mi estado de salud, no puedo usarlo, pero deseo de todo corazón que el vestido sea el hilo que le ayude a conocer a su destinado.

Agradezco también la hospitalidad que le ha dado a mi padre en su hogar. Estaré al pendiente de su travesía en la sociedad, ¡le deseo suerte en esta temporada!

Sinceramente, lady Irene Williams."

Confundida aun más después de leer la carta de la princesa, Serena dejó las doncellas de su alteza la atendieran. Mientras ella y Miranda se arreglaban, la esposa de sir Anthony no podía dejar de mirar con emoción a la duquesa. En definitiva había sido una buena idea el hacer amistad con Jeremy, por fín podían quedar tranquilos de la primera vez que Serena estaba en sociedad.

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No obstante, a la par de que Serena se distraía arreglandose, una masacre había ocurrido en el palacio real, puesto que, en la enfermería de la guardia real, los dos compañeros más queridos de la duquesa, quiénes habían sido ingresados por envenenamiento, habían sido encontrados muertos con las gargantas cortadas.

—Pronto todo lo tuyo será mío, Serena—susurró una extraña mujer.

Mientras los guardias investigaban lo ocurrido, la misteriosa mujer encapuchada, escondida en la copa de un árbol, observaba la escena con burla. En sus manos, sosteniendo con delicadeza un frasco de vidrio, se encontraba la sangre envenenada de aquellos inocentes hombres.

1
Anonymous
Y si no hubieran ido a verla quemar, no habrían recibido la maldición ?
Anonymous
No entiendo por qué la Sociedad está en contra d q una mujer sea fuerte y defienda lo que le pertenece por herencia !!
Y tampoco entiendo por que piensan que Jeremy va a cargar un lastre, por casarse con Serena, al contrario creo que va a salir ganando
Martha Sanchez
Excelente
Majo Alvarez
Yo me pregunto, cómo es que no hay nadie vigilando en la habitación de ellas, sabiendo lo que pasó con Anastassia? Dejan que se las arrebaten así no más? Lo que pasó con la mayor sucedió estando en esa habitación, entonces no puedo entender tanta negligencia , no están a la altura de la situación, no dan la talla. No es por tu edad que no podés casarte con Anastassia, es por negligente, todo pasa adelante de tus narices y no lo podés anticipar, siendo que ya están al tanto de lo que iba a pasar. En contra de lo que te dijo Baba esperaste al último día para entrenar a Jeremy. Definitivamente los demonios están ganando por goleada
America Lopez
ya se sabe quién es la envidiosa
Marisa Cendra
Excelente
Ernestina Puerto
ay no, pobres chicas se la van. a bailar de todas las maneras posibles, que mala onda..ojalá solo sea en sus sueños y no en la realidad
Ernestina Puerto
jajaja será violado el doc jajaja 🤣
Ernestina Puerto
que bien que la van a ayudar,
Ernestina Puerto
ay no que le den una porción para que quede Bonita nuevamente
Ernestina Puerto
que prima tan sinvergüenza, que le coorteen laaa caabeezaa
Ernestina Puerto
bingo sabía que era la envidiosa prima ojalá que se quede como bruja fea y arrugada
Ernestina Puerto
es la prima loca seguro
KAMELIA
Sinceramente mucho sufrimiento para la duquesa y ahora también con sus hijas, no me parece justo
KAMELIA
Que pecado tanto sufrimiento y todavía no termina😔😔
KAMELIA
Sii sii hacerte, el pequeño es su salvador😇😇😇
KAMELIA
Yo creo que el pequeño jeremi será su salvador
KAMELIA
Jajaja que imaginacion😇😆😆
KAMELIA
Me encantó ese comentario 👏👏👏
KAMELIA
😆😆😆Que cosas no jajaja
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