Volver A Amar

¿Ya llegó? - Pregunto Diana en un tono preocupado al ver a su esposo entrar en la habitación

- Si - Manuel asintió

- ¿hablaste con ella? - Pregunto algo aliviada

- Si lo hice cariño - Manuel le dió un abrazo a su esposa

- ¿somos malos padres? - Diana se aferro a ese abrazo

- Creo que no - Dijo Manuel y le dió una palmadita en la espalda - mejor descansemos algo ya casi es la hora de preparar el desayuno y tú no has dormido nada

- Está bien -

Un nuevo día amaneció en el pueblo de Mapire, Darya bajo a desayunar luego de estar lista, eran las 7 de la mañana

- Buenos días mamá - saludo ella, no se atrevía a acercarse a darle el abrazo como era costumbre porque sabía que su madre estaba molesta

- Buenos días Darya - Diana también la saludo

Ella al escucharla lo supo de inmediato.

- Vamos toma asiento, antes que el desayuno se enfríe - Diana señalo el plato de comida en la mesa

- Gracias

Diana solo asintió.

- Buenos días - Saludo Manuel -

- ¿a qué hora sale el niño? - pregunto Diana

- Hoy saldrá más temprano - respondió Manuel luego miro a Darya - Te llevaré al liceo

Darya se quedó estatica, no sabía porque su padre la llevaría hoy, ya que era muy raro

- No te asustes - dijo Manuel - iré hacer unas diligencias por ahí cerca de la granja

- Está bien papá - respondió Darya

Después del desayuno, Darya se detuvo y miro a su madre

- Mami - dijo con una suave voz

- Si, dime Darya -

- lo siento, no volverá a pasar

- Está bien - Dijo Diana - no quiero que nos mientas

- No lo haré

- eso espero, siempre estamos dispuestos a escucharte y ayer la verdad que me preocupe bastante, no tienes idea. Cuando la señora Blanca me dijo que en su casa no habia fiesta, no sabes lo que pase

- Lo siento mamá - Darya se disculpo de nuevo, ya que no sabía que más decir

- anda, llegarás tarde si te tardas más - Diana le sonrió

Darya llegó al instituto, no se sentía animos de ir pero tenia que asistir a clases ya que no tenía una razón de peso para no hacerlo.

- Dios santo ¿dónde estabas? - dijo Jess al verla llegar - ¿cómo está señor Manuel? - saludo al ver al padre de Darya en el auto

Manuel solo hizo un gesto con la mano, a modo de saludo.

- ¿tu padre te trajo? - Pregunto Jess mirando de nuevo a Darya

- Si Jessie - Darya rodó los ojos - ¿no es obvio?

- Hay ya - Jess hizo una mueca de fastidio - sabes que no me gusta no nombre completo

- ¿a qué hora te fuiste a tu casa? - pregunto Darya cambiando el tema

- Me fui a cambiarme niña - dijo Jess - esa fiesta estaba buenísima, asi que no me la perdería por nada

- ¿quieres decir que no has dormido? - Darya enarco una ceja - ya entiendo tantas capas de maquillaje

Jess abrió la boca sorprendida por lo que dijo Darya

- ¿te burlas? necesitaba cubrir las ojeras ¿que esperabas?

- Tu mamá ¿no te regaño? - Darya pregunto quería saber cómo le fue a su amiga

- Nada, sabes muy bien que mi mami me deja hacer todo lo que yo quiero - dijo Jess con orgullo - creo que el divorcio fue lo mejor que le ha pasado ya que no es tan gruñona como antes -

- Vaya - Darya se sorprendió - crei que te regañaria o algo así

- No, mi mamá ya no es como tus padres - Dijo Jess - por cierto ¿cómo te fue a ti? te fuiste y no regresaste, te llamé y la llamada me caía a buzón

- Me fui a mi casa ¿que esperabas? ¿que me quedará? y estoy sin señal, creo que se dañó la sim -

- eres una aburrida - Dijo Jess - ¿te descubrieron tus padres? ¿por eso te trajo el señor Manuel?

- No - Darya negó - cuando llegue, ellos estaban durmiendo

- Ves - Jess sonrió - te lo dije, ellos no se van a enterar que te envío escapaste y tú sufriendo sin necesidad

- bien - Dijo Darya - es hora de clases.

Los días fueron pasando, el castigo de Darya se cumplió al pie de la letra. Ella a su vez se prometió no hacer otra tontería sin pensar, los deberes escolares también iban de aumento en aumento, al paso de los días. Archie solo saludaba a Darya todos los días, con un simple "hola" en cuanto entraban al salón de clases.

Ella aprovechaba cuando los trabajos se hacían en parejas o en grupos, para que Archie estuviera presente en ellos. Aún así él no hablaba mucho con ella, solo lo necesario de acuerdo con las asignaciones escolares que tuvieran.

- Jajaja ¿y dices que no te gusta? - Se burló Jess

- ¡calla! estás hablando tonterías - Darya rodó los ojos - es nuevo aquí en el pueblo, así que solo estoy siendo amable con él

- Si claro, cómo no - dijo con sarcasmo Jess

Por otro lado Franco y Miguel la molestaban todos los días, buscando la manera de que aceptara ser novia de alguno de ellos. Pero Darya siempre se negaba, a salir con ellos o algún regalo que se le ocurriera a cualquiera de los dos.

Mientras tanto, Manuel hacia crecer su negocio cada vez más, lo que hacía que estuvieran felices. Junto con el padre de Archie lograron tener más cosechas cómo ganado. Aparte de las ventas hacia otros estados de Venezuela.

En un abrir y cerrar de ojos ya habia pasado medio año escolar.

- Gracias a Dios ya falta poco - Dijo Jess acostandose en el césped de la escuela

- Si ya vamos por el segundo lapso - Darya estuvo de acuerdo - un lapso más y vacaciones

- exacto - Exclamó Jess - Ya quiero irme de viaje

- ¿vas a viajar? - Pregunto Darya

- está vez si - dijo Jess - mi papá está en Londres así que no voy a desperdiciar este año esa oportunidad, total a mi mamá no le importa, le da igual

- Es tu papá, así que tu madre no debería de interponerse si lo quieres ver - Dijo Darya - ¿no lo extrañas?

- al principio si, pero ya no tanto - dijo Jess algo triste - ya el tiene otra familia, por cierto ¿no vas a elegir a uno de ellos? - pregunto Jess para cambiar de tema

- ¿elegir que? - pregunto Darya algo confundida

- tonta a Franco o Miguel -

- No - Darya negó - son unos fastidiosos y no me gustan, no seré novia de ninguno

- ¿y si fuera Archie? - Pregunto Jess con una sonrisa burlona

Darya la fulmino con la mirada

- jajajajaja - Jess se rio a carcajadas - Estás enamorada y no lo quieres aceptar

- ¿Enamorada? ¿yo? -

- Por supuesto - Jess sonrió

Darya se quedó pensando en lo que su amiga le dijo. Enamorada, claro que sí lo estaba, pero se negaba a admitirlo en voz alta.