Prisionera Del Desierto

Como cada mañana el sol entraba por su ventana Lily se levantó y preparo para ir a clases cursaba quinto año en la universidad. Soñaba con ser una gran veterinaria y pronto cumpliría su objetivo.

En cuanto ingreso a la cocina se encontró con su madre.

- Buenos días, mamá dijo ella mientras tomaba una fruta y un yogurt de la heladera.

- Buenos días Lily ¿a qué hora llegarás hoy?, vendrá Francisco De La Vega a cenar con su hijo Benjamín.

- Benjamín De La Vega otra vez aquí, respondió Lily ofuscada.

- No quiero problemas hoy con ese joven

- Seré una santa mamá, respondió Lily dándole un beso a su madre.

- ¿No me has dicho a que hora volverás?, comento su madre.

- A las cinco de la tarde mamá respondió Lily mientras se iba.

Concepción Belluscio, preparó el desayuno y fue a despertar a su esposo Guido Belluscio.

- Despierta Guido se hace tarde, le dijo Concepción. Él se sentó de mala gana en la cama.

- ¿Dónde está esa mocosa?, pregunto Guido.

- Nuestra hija se fue a la universidad respondió Concepción.

- Esa bastarda no es mi hija, tú no pudiste darme un hijo. Tuve que conformarme con esa bastarda.

- Pero mal no te fue a cambio tienes tú negoció, auto, ropa y te das la gran vida con tus amantes respondió Concepción.

- Todo se irá al demonio si De La Vega no invierte, le pediste a tu adorada hija que fuera amable con el hijo de De La Vega

- Le pedí que fuera educada, pero sabes que no es eso lo que Benjamín persigue.

- Y crees que a mí me importa si se tiene que acostar con él, solo quiero cerrar el maldito negocio si para eso la bastarda se tiene que acostar con Benjamín o el mismísimo Francisco De La Vega no me importa grito Guido.

- Pero debería importarte, porque para todo el mundo ella es tu hija le grito Concepción.

Luego de que su marido se fuera a trabajar Concepción se quedó pensando sobre su vida.

Lily escribía sus apuntes, estaba fascinada con la clase, mientras su mejor amiga Ainara, perdía el tiempo coqueteando con los chicos de la clase.

Solía pensar que la familia de Ainara era media disfuncional.

No porque la suya fuera perfecta, pero al menos su madre si la quería.

- ¿Eso quiere decir que hoy cenaras con Benjamín De La Vega?, pregunto Ainara.

- Así es con el insoportable nene de papá respondió Lily.

- Que no daría por estar en tu lugar está relindo respondió Ainara. Pero ella no tenía suerte en la vida, no tenía dinero debía trabajar para pagar sus estudios, su madre no la quería y su padrastro la miraba de una manera asquerosa.

- Te lo dejaría de mil amores, pero a mis padres le daría un ataque. En lo que a mí respecta es un idiota. Pero que te parece si el sábado me acompañas hay un partido de Polo, la pasaremos genial respondió Lily.

- No sé si me van a dar permiso respondió Ainara.

- Ainara tienes 23 años ¿qué permiso necesitas?, solo debes informar que vas a salir respondió Lily.

- Para ti es fácil, pero si llego a hacer eso seguramente cuando regrese me matarían respondió Ainara.

- Está bien, pide permiso y me avisas respondió Lily.

Lily camino acompañada por Ainara por un par cuadras durante el camino noto que su amiga tenía gastada uno de sus zapatos, sintió pena por Ainara era tan buena, trabajaba medio tiempo.

- No te olvides de preguntar si te dejaran ir, te pasaré a buscar y te traeré de regreso o puedes quedarte en casa.

- No lo sé Lily, tampoco tengo nada adecuado para ponerme respondió Ainara.

- Te puedo prestar incluso hay cosas que nunca he usado me las regalaron y no son de mi estilo respondió Lily.

- Eres una buena amiga respondió Ainara.

En cuanto Ainara cruzo la puerta de su casa, su madre le ordenó que se pusiera a limpiar. Mientras limpiaba se puso pensar ojalá algún día pudiera irse algún día bien lejos con alguien que la quisiera porque estaba segura de que su madre no la quería, su media hermana mucho menos u de su padrastro mejor ni pensar.

- Mamá, Liliana me invito a ver un partido de Polo el sábado quería saber si puedo ir pregunto Ainara mientras lavaba la vajilla.

- ¿Y a que quieres ir tú a un partido de Polo?, tú no perteneces a ese mundo eres demasiado insignificante Ainara, no eres como ella, solo pasaras vergüenza si quieres ir ve.

Como cada noche su madre se ausentó para ir a trabajar como mesera a un bar de mala muerte.

Luego de terminar de limpiar, Ainara se puso a estudiar estaba sentada en el sofá, cuando su padrastro llegó.

-¿Dónde demonios está tu madre?, pregunto su padrastro.

- Se fue a trabajar respondió Ainara.

- Dame de comer grito él.

- Si señor respondió ella. Ainara se puso de pie y se dirigió a la cocina empezó a calentar la comida, él la siguió y se sentó a la mesa y la observaba

Cuando ella se acercó a la mesa, él aprovecho para manosearla. Ella se apartó, luego le sirvió la comida y se dirigió a su cuarto y comenzó a llorar.

A unas cuadras de ahí Lily se preparaba para la cena con sus padres.

Tal como le había comentado su madre Francisco De La Vega y su hijo fueron a cenar con ellos.

Lily estaba cansada de las insinuaciones de Benjamín así que decidió salir al jardín a tomar un poco de aire, obviamente el gesto había disgustado muchísimo a Guido, que miro con desaprobación a su hija.

Llevaba unos mirando las estrellas cuando sintió unos pasos detrás de ella.

- ¿Por qué tan sólita mi pollita?, pregunto Benjamín.

- Si me vuelves a llamar pollita juro que amaneceres flotando en el lago respondió Lily.

- Que mala y yo que creí que por el precio correcto serías mi amiguita respondió Benjamín.

- Podría ser respondió Lily acercándose a él, le saco el vaso que Benjamín llevaba en la mano y bebió un sorbo.

Lily deslizó su mano desde su boca hasta su pecho desabrochando los primeros botones de su buza bajo la atenta mirada de Benjamín.

-¿Serás bueno con esta amiga?, pregunto ella

- Muy bueno, no te das una idea de lo que tengo para vos, respondió él.

- Tengo una ganas de ver eso respondió mientras seguía caminando y él caminaba también, Benjamín cayó de espaldas dentro de la fuente del jardín.

- Benjamín ¿quieres una toallita?, pregunto ella.

Benjamín salió de la fuente y regreso dentro de la casa todo empapado, Lily lo siguió dentro de la casa.

Segundos después él y su padre abandonaban la casa.

- ¿Qué fue lo que hiciste Liliana?, grito Guido enfurecido.

- Benjamín dijo que fue un accidente ¿por qué tienes que acusarla a ella?, comento Concepción. Lily lo miro desafiante.

- Si fui yo, eso le va a enseñar a respetar se piensa que puede venir a tratarme como si fuera una cualquiera.

- Porque tienes que hacerlo todo tan difícil, porque no puedes aceptar al maldito muchacho.

- Quien demonios te crees que soy no dejaré ni que él ni que nadie me falte el respeto, tal vez ti te parezca normal tratar con pura prostituta grito Lily. Guido abofeteó a Lily.

- Guido no grito acercándose a él.

Pero Guido también la abofeteó a ella empujándola al suelo, se quitó el cinturón y comenzó a golpear a Liliana.

- O te disculpas con él o te arrojaré a la calle ya no tengo por qué aguantarte gritaba Guido, Lily se había cubierto el rostro con sus brazos los golpes daban por completo en su espalda y glúteo.

- Déjala Guido, no más por favor la vas a matar gritaba Concepción desesperada.

Cuando finalmente la dejó de golpear Guido se detuvo, Concepción se sentó junto a su hija.

- Estoy asqueado de vos, quiero que te vayas. No soy tu padre y no tengo por qué aguantarte.

- Guido, exclamó Concepción.

Liliana los miró las lágrimas caían

- Es la verdad Concepción yo no soy tu padre, te di mi apellido solo porque tu madre me lo exigió. Esto es sencillo, Concepción o se va ella o me voy yo, te advierto que reclamaré la mitad de todo le grito Guido y salió golpeando la puerta.

- Ven Lily vamos a limpiarte dijo Concepción.

Lily se puso de pie con mucho cuidado le dolía todo el cuerpo y tenía algunos rasguños.