Sabrina Saprano es la primogénita del Vizconde Dorca, su padre continuamente la obliga a tener citas a ciegas con posibles pretendientes los cuales terminan en desastre colmando su paciencia.
Ser echada es el propósito de Sabrina para alejarse de competir por el titulo de Vizconde con sus hermanos y hermanas.
Pero sus planes son cambiados debido a que conoce a Archey en el Purgatorio, un reformatorio para nobles.
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VENENO
«¿Minas de Cripta?»
Preguntó Sabrina confundida, jamás había oído de ellas. Archey asintió explicándole.
«muchos intentaron escapar del Purgatorio, debido a que hubo varios casos en dónde decían estar enfermos, pero sólo era una escusa es que fue prohibido el tener medicamentos y si los requieres debes ir con la Reina Viuda y ella llamará a un médico para revisar y verificar el estado de salud»
«demonios, así que es difícil salir de aquí»
«si, muy complicado. Todos los guardias del Purgatorio estan armados con piedras mágicas y la mayoría son guerreros que estuvieron en guerra, así que experiencia tienen de sobra»
«ya arruinaste como 5 de mis planes»
«...Debido a eso muchos fueron capturados en el acto y como no aprendían la lección con sólo ser encerrarlos en una habitación, la Reina Viuda creó las minas de Cripta»
«¿Y que hago exactamente?, acaso sólo escarbo tierra hasta el agotamiento»
«no, tal y como su nombre lo dice "Minas de Cripta", te obligan a desenterrar muertos para luego pulir sus huesos y finalmente los volverás a meter al ataúd»
«¡¿Huh?!»
«podrías pensar en ello como un segundo entierro para el muerto»
Sabrina se puso azul del miedo.
«¿La Reina Viuda está loca?, ¿Desenterrar y enterrar cadáveres?, ¿Enserio?»
«es por eso que casi no existe la rebeldía en el Purgatorio, nadie quiere ser castigado con ir a las minas de Cripta»
«no se si halagar su ingenio, hasta a mi me da escalofríos»
«mejor no digas nada»
Al oír eso, Sabrina dejó de pensar, al menos por este día. Se levantó del sofá.
«cómo sea, ¿Dónde tomó una ducha?»
«en la habitación de ahí»
Sabrina le dio una mirada de muerte.
«te atreves a espiarme, eres hombre muerto»
«claro, claro, sólo date prisa, yo también necesito tomar un baño»
Con eso Sabrina entró con el uniforme que le dieron y mientra se bañaba, Archey sintió a su hámster en su hombro una vez más.
«¿Qué tal te parece?, ¿Es confiable?»
Skuik~
El hámster saltó al sofá en dónde dormía Sabrina y se recostó tranquilo, con una pose tierna infaltable.
Archey sonrió.
«nunca antes te había gustado alguien, supongo que ella tiene algo que te agrada»
Skuik~
«¿Podrías conseguir algo de información sobre ella?
¡Skuik!
El hámster empezó a refunfuñar y Archey sonrió acariciandole su cabeza.
«sólo era broma, ya se que eres muy pequeño y frágil para tareas pesadas como esas»
Skuik...
«si te pasara algo no sabría que hacer, así que no te arriesgues»
Skuik~
Beliu se sintió bien y saltó del sofá para irse una vez más a quien sabe donde. El purgatorio era viejo así que agujeros entre las paredes para el pequeño roedor habían a montón.
El pequeño hámster hizo su recorrido de cada mañana.
Primero fue a por la cocina en dónde además de él, había otros roedores, ratones y ratas.
No se llevaba exactamente bien con ellos, pero tampoco se llevaba mal, era el típico "Yo no te molesto, tu no me molestas" y viceversa.
Cruzó por en medio de los ratones bajando por un agujero de donde colgaba un enorme candelabro de cristal.
Bajó con ciudado y luego se lanzó sobre el sacó de lechugas frescas que habían traído los cortesanos en la madrugada.
Con esa caída calculada a penas si hizo ruido, sacó una hoja de lechuga y se lo arrastró por debajo de una de las tantas mesas que ahí había.
Empezó a comer en la oscuridad y lo más silenciosamente posible mientras veía a su objetivo de todas las mañanas: El jefe de la cocina: Lían.
Un cocinero de buena calidad para ser un simple noble caído contratado por la Reina Viuda.
Beliu tragó hasta la última fibra de aquella hoja de lechuga justo cuando el jefe de la cocina Lían sacaba del horno los panes de cada mañana.
«¡Rápido!, ¡Rápido!, ¡Esos niños ricos pronto irán al comedor y debemos tener todo el desayuno listo!»
Gritaba Lían mientras los cocineros ayudantes se movían tan rápido como podían.
Los ojos negros y brillantes de Beliu brillaron de astucia al ver cómo Lían preparaba personalmente los platos para todos los nobles ahí dentro del Purgatorio.
Miró atentamente como Lían puso veneno no letal a tres platos distintos.
Con aquel dato recopilado, entró a los muros agujerados una vez más, siguiendo a los camareros que llevaban esos tres platos. Todo el recorrido lo llevó al comedor del Purgatorio en donde ya veía a Archey y Sabrina sentados en una mesa.
Descendió sin dejar de ver los tres platos envenenados, supo a quienes se les fue dado: Sabrina, la hija del Vizconde; Rebeca, la hija de un Duque exiliado y a Joshua, hijo del ministro de Real.
Beliu subió rápidamente por la silla hasta llegar secretamente al hombro de Archey. Con su patita señaló las direcciones en dónde estaban los platos.
Archey podía sentir las patitas de Beliu sin hacer ningún gesto que lo delatara, ya había vivido bastante tiempo aquí.
[detrás de mi, a mi noreste y por supuesto Sabrina]
Cuando todos estuvieron sentados y listos para desayunar uno de los tantos caballeros entró anunciando...
«¡Su majestad!, ¡La Reina Viuda está entrando!»
Devolvieron los cubiertos a su posición original y se pararon.
Todos inclinaron la cabeza con mientras la Reina Viuda entraba, en el proceso dónde nadie parecía ver, Sabrina notó a Archey moviendo los labios y señalando su plató con sopa.
Ella no entendía en un principio, pero Archey insistió y Sabrina llegó a entender la única para palabra que le decía el chico mientras señalaba su plató de sopa.
[¿Veneno?]
Sus deducciones fueron interrumpidas por la voz de la Reina Viuda que había llegado a estar en el centro del comedor.
Habló con autoridad.
«veo que no falta nadie, al menos puedo destacar que han sabido mejorar en cuanto a la puntualidad. Sólo quería asegurarme el verlos comer..., coman como los nobles que son, si hacen aunque sea un gesto inadecuado, serán castigados»
Todos se sentaron en silencio, agarrando los cubiertos con elegancia. La Reina Viuda los miraba minuciosamente caminado entre los espacios entre las mesas duales.
Todos empezaron a comer en silencio, ni siquiera al usar tenedor y cuchillo hacían ruido. Era la mínima etiqueta que debía aprender un noble.
Sabrina tenía una sonrisa de diablo en la cara mientras sacaba una perla pegada en su pulsera.
La Reina Viuda pasó cerca del asiento de Sabrina que estaba en el lado de la mesa en dónde se podía salir con facilidad.
Sin explicación lógica, sintió que dio un mal paso y cayó al suelo soltando un pequeño mugido de dolor.
«Ugh...» [¿Por qué tuve que caerme?]
«¡Su majestad!, ¡¿Se encuentra bien?!»
En el momento que Sabrina se levantó para ayudarla hizo caer accidentalmente su plató de sopa que se derramó sobre la Reina Viuda.
Todos entraron más en shock ante tan desafortunados sucesos, de hecho era la primera vez que ocurría algo así a su majestad.
Sabrina se cubrió la boca apenada y con un pañuelo se acercó a la Reina Viuda con un lastimero...
«lo siento su majestad, estoy realmente apenada por todo esto, déjeme ayudarla. Oh por Dios, ¿Cómo podría ocurrir esto a la tan noble y bella madre de nuestro Rey Ricardo? es una verdadera tragedia»
Más en el fondo Sabrina se estaba riendo hasta morir pensando.
[Si hay veneno o no en la sopa es irrelevante para mi. Sólo quiero vengarme por enviarme a la habitación de un desconocido]
no podía dejar de leer me desvele terminando la gracias