Historias Cortas De Omegaverse Y Mpreg. .

-Voy a decirte algo, yo no te estoy haciendo el amor a menos que ruegues -Max dijo cuando termino de sacar los juguetes de su interior.

-Nunca -Jael no estaba admitiendo lo mucho que lo había disfrutado.

-Muy bien, puedes ir a casa y no le haré llegar esta grabación a tu preciosa esposa -Max mostró una memoria-. Claro que a partir de que salgas de este lugar sólo tendrás 4 horas para ir y regresar a tu puesto.

-No puedo hacer eso, incluso en avión son 2 horas de viaje solo de ida.

-Ese no es mi problema.

-¿El tiempo empieza a correr cuando salga de este lugar?.

-Si, pero si vienes a una cita conmigo te daré 3 horas más.

-Hecho, si quieres jugar conmigo estoy de acuerdo, pero avisame cuando te aburras.

-Ve a ponerte lindo para mi -Max lo observó irse, la esposa de Jael tenía que salir del cuadro rápidamente pero si la mataba ahora sería muy sospechoso.

-¿El jefe te follo maricon? -un compañero se burló, a pesar de haber intentado ocultar lo que había estado haciendo su apariencia dejaba en claro los hechos.

-Si y lo have muy bien ¿Celoso? -Jael no se iba a dejar intimidar.

-Que asco los tipos que....

-Si, si, mira no me importa lo que pienses ¿de acuerdo? De veras no me interesa tu opinión -Jael se fue dejando al tipo con la boca abierta y muy enojado, tenía cosas más importantes que hacer. Como hacer una llamada y tomar un muy necesaria ducha.

-Que bien te ves -Max entró a la habitación que Jael compartía con otros 2 guardias.

-Gracias, tendré esa "cita" contigo pero no en este momento.

-Ese no fue el trato.

-Si, si lo fue, no especificaste cuando tendría que ser y yo me estoy aprovechando de eso porque tengo que salir de imed a ver a alguien. De hecho creo que 4 horas serán suficientes por lo que no hay necesidad de esa cita -Jael se reviso las manos y se volvió a ver en el espejo, se veía muy bien pero Max no lo 8ba a dejar jugar con el por lo que lo puso contra la pared y lo beso.

-No me gusta ser engañado -la sensual voz del tipo sonaba peligrosamente baja-. Si crees que puedes correr con alguien más estas muy equivocado -Max amenazó tomándolo de la garganta.

-Si vas a hacer algo hazlo rápido porque tengo una cita -faltaban 45 minutos para que él amor de su vida bajara del avión y estaba a 20 minutos del aeropuerto por lo que sólo tenía 25 minutos libres para prepararse y comprar un regalo.

-No vas a ningún lugar -Max apretó un poco más, el descaro de este tipo lo había encendido ya que se había esforzado mucho en preparar algo que le gustara y ser rechazado de esa manera no sólo lo hacía sentir celos si no también humillado.

-Me tengo que ir -Jael lo puso contra la pared y lo esposo, tomó su bolso y se marchó, esto no se iba a quedar así. Max se libero unos minutos después tomó su auto a sus hombres y se fue, quien fuera la cita de su Jael se iba a arrepentir. No había pasado los últimos 5 años buscándolo para que se le escapara tan fácilmente, después de conducir un tiempo y de hacer que siguieran en tiempo real el GPS del teléfono de Jael, Max se detuvo frente al aeropuerto y entró apresurado, después de buscarlo por unos minutos lo vio. Parado con una caja de regalo en el área de desborde de pasajeros, estaba Jael, su postura cambió rápidamente e incluso desde el segundo nivel donde estaba Max podía ver su felicidad. No lo iba a dejar pasar por lo que tomó el control y encendió el pequeño pero potente juguete que había dejado dentro de Jael a propósito, el hombre se estremeció y asustado volteó a ver a todas partes, el miedo que figuraba en sus ojos y e todo su rostro cuando sus miradas se encontraron era extremo. Jael lo dejó de ver y una gran sonrisa se marcó en sus labios cuando una mujer con un niño se acercaron, Jael volteó hacia Max aún con más temor, sobre todo porque este bajaba las escaleras en su dirección.

-Jael ¿Me presentas a tu familia? -Max preguntó.

-No -el niño estaba escondido tras el.

-No soy un monstruo, no voy a hacer nada -Max no acaba de entender la negativa y al parecer su espusa tampoco.

-Jelina lleva al niño a casa por favor -la voz de Jael tembló y ahora si que Max estaba preocupado.

-¿Pero porque? Dijiste que tenías 4 horas para ver a Maxim.

-Solo llevalo a casa por favor, fue un error pedirte que lo trajeras -la mujer volteó hacia Max y la sonrisa de su rostro desapareció.

-¿Es...

-Si, así que lleva a Maxi a casa.

-Por supuesto -Jelina entendía a la perfección lo que estaba pasando, después de todo ella figuraba como madre de Maxim y solo lo había hecho para ayudar a su amigo.

-¿Te llamas Maxim? -Max qué se había puesto en cuclillas preguntó al niño.

-Si -el bebé de 4 años salió de detrás de las piernas de su padre y la tensión era casi tóxica.

-También me llamó Max, bueno en realidad me llamó Maximiliano.

-¿De verdad? -el pequeño niño se acercó a Max.

-Si...que lindos ojos tienes -Max miro a Jelina, el estaba muy seguro que no se había acostado con esa mujer por lo que Maxim no podía ser su hijo, pero esos ojos dorados lo hacían dudar.

-Ven cariño, despidete de papá te llevo a casa -Jelina tomó a Maxim y se lo entregó a Jael.

-Ve a casa con la tía Jelina ¿De acuerdo amor? -Jael abrazo a su hijo con mucho cariño y nostalgia-. Te prometo que en cuanto pueda iré a verte y haremos lo que quieras.

-Si -el niño estaba por llorar.

-Toma bebé, te compre un regalo, ábrelo en casa -Jael entregó la caja y miró a Jelina que tomó a Maxim y se marchó.