EL PRECIO DE LA DESESPERACIÓN

Caspia mira que los de seguridad llegan al lugar, sabía lo que iba a pasar, seguro iban a tratar de sujetarla para detenerla, pero a él no le gustó la idea de que un hombre la tocara, rápido le dijo al de seguridad que estaba a su lado que les dijera que solo la mujer podía detenerla, que ningún hombre tocara a la mujer del vestido rojo

El hombre de seguridad hizo lo que le ordeno y la mujer que estaba en el área de seguridad fue la que sujeto a Esmeralda, tuvo que sujetarla con fuerza de los brazos, la alejarla de la pareja que estaba en el suelo, por a pesar de que no peleaba para soltarse del agarre no dejaba de tirarle patadas, hasta se miraba elegante al hacerlo.

Caspie se empezó a reír al verla, le parecía tan hermosa y al mismo tiempo se miraba sensual, haciendo que él se interesara cada vez más en ella; siguió viendo por las cámaras y fue curioso al verla parada sin hacer un solo movimiento, viendo a esos dos hacia abajo.

Él se dio cuenta que no solo era hermosa o sensual, la joven tenía carácter, orgullo y era alguien imponente; no sabía que le pasaba, pero esa mujer entre más la miraba más le gustaba y deseaba conocerla, deseaba probar esos labios, someterla a esa fierecita en su cama, doblegarla ese carácter tan imponente que tenía.

Esmeralda se sentía traicionada y le estaba doliendo la traición de su novio, pero no iba a dejar que la viera llorar, mucho menos pensaba rogarle o pedirle una explicación de lo que hizo, se quedó quieta, viéndolos hacia abajo, en ese momento el hombre se pone de pie ya se le había ido el dolor, pero estaba molesto, furioso con ella, se le dejo ir encima, quería golpearla y hacer que dejara de verlo de la manera tan fría, como si fuera más que él.

Apenas se acercó con la mano levanta listo para golpearla, uno de los guardias se interpuso en medio y lo alejo de ella, pidiéndole que se calmara, pero él no estaba dispuesto a calmarse estaba tan molesto por la forma en que lo había golpeado, que solo quería hacerla pagar por lo que le hizo.

Su amante seguía en el suelo, tratando de tapar su cuerpo desnudo, uno de los guardias de seguridad tuve que ir por una de las sábanas de la cama para taparla, lo extraño era que ni él, ni ella se decían nada, solo se miraban con odio y cuando ella se da media vuelta para retirarse de ahí, lo escucha decir. – La única razón por la que te he soportado tanto tiempo es por que deseaba llevarte a la cama, pero eres una santurrona que te crees demasiado.

 No eres capaz de complacer a ningún hombre, la verdad tu no sirves para ser mujer, solo eres un monumento que se puede presumir en fiestas y con amigos, es todo lo que se puede hacer contigo.

Siento lastima por el hombre que se case contigo, pero más lastima siento por ti, porque ese hombre terminara buscando en otra mujer lo que tú no vas a poder darle, serás desdichada, pero me va a gustar ver como tu terminaras con la cabeza en el suelo para ocultar tu vergüenza.

Esmeralda se voltea y lo mira a los ojos, en ese momento le dice. – Yo soy una verdadera mujer y a mi lado solo puede estar un verdadero hombre, no un intento de hombre como lo eres tú.

Una vez que dijo eso se dio media vuelta, fue directo al ascensor y en el momento que las puertas se cerraron al verse sola, deja que unas lágrimas salieran de sus ojos, pero rápida las limpia, suspira profundamente para controlarse, no pensaba dejar que una lagrimas saliera y mucho menos lo iba hacer por él.

Caspia salió rápido de cuarto de seguridad y fue a donde estaba el ascensor, quería ver que iba hacer, si se iba del hotel pensaba estar listo para ir detrás de ella, pero le sorprendió ver que al bajar el ascensor fue al bar del hotel.

Se sentó en la barra y lo hizo con elegancia, a pesar de lo mal que se sentía, del dolor que tenía en su corazón no perdía su sensualidad, quien la miraba ni cuenta se daba de que ella estaba sufriendo, solo se podía ver a una mujer hermosa que había pidió una copa de vino, que solo estaba ahí para tomar algo, tal vez esperando a alguien o pasando el rato.

Caspian se sentó cerca de ella, la miraba de pies a cabeza, su belleza lo tenía hipnotizado y cuando miro que casi terminaba su copa de vino, le pidió al bar tender que le llevara otra copa de vino de su parte.

El bar tender hizo lo que Caspian le ordeno, se acercó a Esmeralda para entregarle la copa, pero ella ni siquiera volteo a ver quién se mandaba, solo la rechazo y pidió otra copa de vino; estaba pensando en lo tonta que había sido, no entendía como nunca lo había soportado por tanto tiempo, más que molesta con él, estaba molesta con ella misma, por no darse cuenta de la basura que era.

Se decía mentalmente que no iba a llorar, que no iba a dejar que ese maldito la destruyera o la hiciera perder el piso; suspiro profundamente y sin saber que hacer empezó a jugar con un mechón de su cabello, en otros momentos paso su dedo índice por sus labios, eso lo hacía cuando no sabía que tenía que hacer, era algo instintivo, como un tic que tenía cuando no encontraba solución a sus problemas o cuando estaba ansiosa o nerviosa.

Esmeralda miraba la copa de vino mientras tocaba su labio con el dedo índice, en ese momento el bar tender se vuelve acercar a ella y le dice. – Señorita, el caballero que está a 5 sillas de la de usted pregunta que, si puede acercarse y si acepta su copa de vino, quiere conocerla.