Una dama multimillonaria odiada por muchos y amada por pocos, envidiada por su poder y dinero así como su belleza, debería vivir muy feliz en la vida ¿No?
Al contrario de lo esperado, Shue Leilei es perseguida por muchos enemigos, con tantos accidentes que solo la apuntaban, tuvo que considerar la orden de su padre.
-¡No quiero un guardaespaldas! o mejor lo pensaré ¡Quiero al más feo, sí ese!
Resulta que el guardaespaldas más feo, tenía los ojos más hermosos que jamás haya visto.
Con una maestra loca y algo psicópata, el pobre guardaespaldas se vio obligado a cumplir todos sus caprichos, pero él, un hombre de corazón oscuro y sentimientos muertos ¿Cómo logró conquistar a la loca Presiente?
¿Qué tiene de especial?
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Normalmente anormal.
Nunca se había sentido tan ofendida como hoy. En sus sueños, él siempre hacía eso con familiaridad, como si lo hubiese hecho un millón de veces, pero ahora ¡Incluso la evito!
Feng Lanxi se perdió ante el repentino enojo de su jefa, no sabía como explicar, por lo que dijo en voz baja y respetuosa -Como subordinado, no tengo permitido tocar a la Maestra a menos de que sea necesario u ordenado.
Solo esperaba que Shue Leilei no hiciera lo mismo que hizo hace unos segundos, aunque parecía un robot, después de todo es un hombre y tiene necesidades fisiológicas.
Apenas logro contenerse hace unos momentos, nunca había tenido intimidad con una mujer y eso solo lo estimulaba. Con 28 años de edad, que no tuviese pareja era algo sorprendente.
-Sí te ordenó que tengas intimidad conmigo ¿Lo harás?- Preguntó Shue Leilei con un brillo profundo en sus ojos, ella se dio la vuelta y buscó apresuradamente el contrato que firmo con Feng Lanxi cuando lo contrato.
El hombre no supo como responder a sus palabras, y justo cuando estaba por negarse, escucho las palabras de su Maestra.
-Siempre y cuando sea solicitud de la Maestra, el subordinado no puede incumplir su orden. Artículo 10, cláusula G. Eso es lo que dice el contrato.- Los ardientes ojos de Shue Leilei recorrieron el cuerpo del hombre con ferocidad.
Su opinión sobre este guardaespaldas cambio por completo y esa negativa que él presentaba ante ella sólo le llamaba más la atención ¡Era como un fruto prohibido esperando a ser devorado por ella!
Algo incómodo bajo su mirada depredadora, el hombre no pudo evitar encoger inconscientemente el cuerpo, por primera vez en su vida, se sintió intimidado por una mujer.
Feng Lanxi se sintió aturdido y atrapado ¿Cómo demonios iba a saber que esta jefa suya tenia los tornillos sueltos? ¡Es feo, no debería llamar su atención! ¡Está Maestra no tiene gustos en lo absoluto!
Él solo esperaba que su Maestra estuviese bromeando, sin embargo, Shue Leilei lo arrastró a la sala de descanso en la oficina y cerró la puerta con llave.
Feng Lanxi ya no pudo quedarse quieto y su expresión se quebró, esto ya propasaba sus limitaciones y principios como guardaespaldas -Es inapropiado que un hombre y una mujer estén a solas en una habitación, es mejor que me retire.- Dijo con la voz ligeramente ronca.
Al ver su expresión nerviosa, la primera que había visto, Shue Leilei sintió una sensación de satisfacción y poder ¿No que parecía un robot inexpresivo?
-¡Feng Lanxi, te ordenó que me complazcas sexualmente en la cama!- Exclamó en un tono autoritario la chica, con los ojos llenos de anticipación y nerviosismo.
De repente, fue como si hubiese presionado un interruptor en el cuerpo de Feng Lanxi. Él se dio la vuelta inmediatamente y la tomó en sus brazos antes de acostarla en la cama.
Sus grandes manos desabrocharon con rapidez su camisa, dejando en cuestión de segundos su bien formado cuerpo a la vista de Shue Leilei, aquellos abdominales color trigo que parecían esculpidos casi la hicieron babear, y ni hablar de esa perfecta terminación en V que se perdía cuidadosamente debajo del pantalón.
La chica no pudo evitar tragar gordo y su garganta se seco de golpe, de repente sintió sed. No es por nada, pero el cuerpo del hombre delante de ella, estaba en el punto exacto de su preferencia.
Feng Lanxi se acercó a Shue Leilei y con extremo cuidado le ayudó a desvestirse. Él fue minuciosamente entrenado para cumplir y recibir órdenes, nunca había desobedecido ninguna en su vida. Sin embargo, en estos momentos, deseaba no seguir esa regla impuesta por sus mayores.
Sus ojos nerviosos se encontraron con la mirada ardiente de Shue Leilei, ella rodeó su cuello con sus brazos y tiró de él antes de besarlo en los labios.
Fue la primera vez que Shue Leilei beso a alguien y encontró aquella acción algo novedosa y satisfactoria, sobre todo al sentir el nerviosismo de Feng Lanxi.
Aunque el rostro de su guardaespaldas era muy normal, había algo que él que la llamaba como abejas a la miel. Sucunbida ante sus propios deseos de hacer esos sueños realidad, envolvió sus piernas alrededor de la cintura del hombre.
En ese momento, fue como si un hilo extremadamente delgado se hubiese roto en la cabeza de Feng Lanxi. Las nuevas sensaciones y experiencias lo envolvieron por completo.
Su cuerpo respondió con rapidez al cuerpo de Shue Leilei, sintiendo el estremecimiento de la joven debajo de él, soltó un suspiro cuando Shue Leilei grito.
-¡Duele!- La chica no pudo evitar exclamar, dos lágrimas salieron de sus ojos, sus mejillas carmesí brillando bajo la luz tenue de la habitación. Todo su cuerpo temblaba con intensidad y sus piernas se debilitaron cuando sintió al miembro de Feng Lanxi introducirse en ella.
Ella no sintió curiosidad por conocer a su amigo, pero con tan solo sentir el dolor tan intenso en su zona privada, escatimó que no era pequeño. La chica casi se desmaya, sin embargo, las lágrimas que se acumulaban en sus ojos fueron limpiadas de forma delicada por un dedo calloso.
Mirando esos hermosos ojos que se centraron únicamente en ella, la chica se estremeció con fuerza.
-Me moveré.- Susurro el hombre a su oído, luego, poco a poco se hizo un vaivén suave y gentil de sus cuerpo, los jadeos pesados y suspiros suaves llenaron la habitación.
El dolor que Shue Leilei sintió poco a poco se convirtió en placer. Ha pesar de ser su primera vez, Shue Leilei no sufrió mucho luego, y al contrario, lo disfruto, incluso si aún le dolía. Cuando su mirada se encontró con esos ojos de zorro llenos de agua y ese rubor en el rostro del hombre, su cuerpo tembló.
Guiada por el deseo del momento, beso con pasión los labios de Feng Lanxi.
Cuando llego la tarde, no fue hasta que Feng Lanxi escuchó a Shue Leilei pedirle que se detuviera que él finalmente se detuvo.
Siempre había estado en forma y su cuerpo estaba bien ejercitado, su resistencia también era muy buena, podía seguir mucho más tiempo si así lo quisiera.
Aun así, solo haría lo que su Maestra le pidiese hacer.