UNA VIDA LLENA DE MISTERIOS Y FANTASÍAS: "La Elegida"

Los recuerdos guardados deben ser buenos, no malos para ser recordados con una sonrisa y no con lágrimas.

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Abrí los ojos con dificultad después de escuchar aquellas palabras, encontrándome con una escena que me dejó congelada. El hombre estaba evadiendo los ataques de una extraña espada que amenazaba con asesinarlo, me levanté lentamente del suelo aún sosteniendo mi estómago con una mano y con la otra traté de apoyarme al tronco de un árbol para mantener el equilibrio luego levanté la cabeza para ver lo que realmente estaba sucediendo pero aquella espada dejó de atacar al hombre quedándose quieta sobre el aire al igual que el hombre quien solo me miró con una ligera sonrisa y con una mano se limpió la sangre restante que quedaba en su boca, luego con la otra mano apretó su espada para luego correr con todas sus fuerzas hacia mí dispuesto a matarme, con dificultad dí un largo suspiro diciendo en voz alta.

—. ¡Suficiente!

Él se quedó quieto a medio metro de mí aún apuntándome pero sin poder moverse, me quedé sorprendida pero sin darme tiempo de pensar en ese suceso, un aura extraña cubrió mi cuerpo, tampoco podía moverme, algo estaba sucediendo conmigo, mi herida se estaba curando por sí sola, levanté la cabeza, tenía miedo de lo que pasaría conmigo, de pronto mis pies dejaron el suelo y mi cuerpo se elevó al aire aún con esa aura rodeándome. Poco a poco empecé a sentir un dolor por mi cuerpo, no sabía si provenía de mi cabeza o de mi pecho, apenas y podía respirar. Ese dolor hacía que mis ojos se cerraran, intenté abrir mis ojos y cuando lo hice pude divisar a esa espada venir a mi dirección a toda velocidad, lo último que pude sentir fue un insoportable dolor cuando atravesó y desapareció en mi pecho luego todo pareció detenerse, todo quedó inmóvil en ese lugar y mis ojos se cerraron, era como si hubiera caído en un profundo sueño en el que desearía nunca volver a despertar hasta que alguien me llamó por mi nombre.

—. Cristani Cartis.

abrí mis ojos lentamente encontrándome en un lugar en donde todo parecía estar en completo silencio y en oscuridad, un temor inundó mi cuerpo mientras miraba a mi alrededor, el miedo creció en mí cuando volví a escuchar aquella voz que me parecía tan familiar y a la vez desconocida, tenía miedo no de encontrar cosas aterradoras sino de encontrarme con algo que pudiera darle un giro de 360 grados a mi vida, ése era mi gran temor. Aquella voz volvió a pronunciar mi nombre a mis espaldas, me giré lentamente y pude observar como una tenue luz empezaba a iluminar a mi alrededor, eran pequeñas bolas de luces o pequeñas luciérnagas; sonreí ligeramente mientras veía ese hermoso escenario hasta que esa voz volvió a interrumpirme, rápidamente miré en dirección de dónde provenía esa voz y observé a una chica parada a espaldas en frente de mí, lucía un hermoso vestido pero no parecía como los típicos vestidos de princesas de Disney que estaba acostumbrada a ver, era de un estilo muy diferente pero hermoso a la vez, un largo cabello negro cubría hasta la cintura de ella, dí un pequeño suspiro armándome de valor para preguntar en dónde estaba pero ella me interrumpió diciendo.

—. Sé que estás confundida.

Esta chica dejó escapar una pequeña risa, mientras se giraba a mí, por inercia retrocedí unos pasos temiendo lo que pudiera ver pero el rostro de ella estaba cubierto por un velo que solo permitía ver sus hermosos ojos color del cielo.

—. ¿Quién eres? ¿Qué hago aquí? ¿Estoy muerta?

Pregunté mirándola con temor, la chica me miró y se acercó a mí a pasos lentos a la vez que yo intentaba retroceder pero algo impedía que mis pies se movieran. Cerré los ojos cuando sentí que ella estaba acercando su mano hacia a mí, «estar muerta tampoco era algo bueno», pensé.

—. ¿Sabes quién soy?

Preguntó ella cuando sentí un ligero cosquilleo en mi pecho, negué varias veces con la cabeza abriendo los ojos y encontrándome con aquella espada en las manos de ella.

—. ¿Quién eres y por qué me haces esto?, quiero volver a casa y que todo esto termine, por favor.

Dije mientras la miraba y una pequeña lágrima rodaba por mis mejillas, todo eso estaba cansándome, ¿Por qué siempre yo tenía que encontrarme con cosas desagradables todo el tiempo?

—. Tranquila, todo está bien, volverás a casa pronto pero antes debo mostrarte algo que es necesario que veas.

Respondió mientras movía ligeramente su mano y una luz iluminaba al fondo de ése oscuro lugar hasta mostrar una extraña escena.

—. ¿Por qué están luchando? ¿Quienes son ellos?

Pregunté mientras miraba aquella escena sangrienta, soldados con armaduras brillantes luchaban contra otros soldados con armaduras oscuras y de ellos desprendía auras oscuras, en el lugar en donde luchaban habían más soldados caídos, todo el lugar estaba lleno de neblina oscura.

—. Fue una guerra entre el reino demoniaco e inmortal contra el reino oscuro. Una guerra que tuvo su fin con el sacrificio de alguien.

Respondió la chica señalando a alguien idéntica a ella siendo apuñalada por la espalda mientras detenía otro ataque con una espada que se parecía mucho a la que había aparecido cuando invoqué ese nombre, miré a la chica que estaba junto a mí y volví a mirar a aquella chica que estaba en esa batalla.

—. ¿Por qué esa chica…se parece a ti? ¿Acaso esa es la historia que me contó ése hombre de hace rato?

Le cuestioné mientras observaba como del cuerpo de la chica de esa escena desprendía un aura radiante para después hacer una explosión y desaparecer, me quedé boquiabierta al ver ésto, en la escena todo había quedado en silencio, aquellos soldados de armadura oscura iban desapareciendo y con ellos la neblina oscura hasta quedar todo normal y radiante.

—. La chica que murió fuí yo, nos asesinaron en esa batalla.

Respondió mirando como aquellos soldados se inclinaban ante los restos de aquella joven que había desaparecido y lo único que quedaba eran bolitas de luces radiantes cayendo sobre ellos y curando sus heridas.

—. ¿Nosotras? ¿Tú y a quién más mataron?

No comprendía del todo qué estaba sucediendo, solo sabía que ella había muerto.

—. Tú y yo morimos en esa batalla…

La miré con una expresión claramente desconcertada, ¿Cómo era posible que yo muriera ahí?, y si fuera el caso ¿Por qué no lo recordaba? ¿Por qué no tenía ningún recuerdo de eso? Parecía todo ilógico para mí, abrí la boca para preguntar pero ella me interrumpió.

—. Es posible que te sientas desconcertada y confundida, es probable que te preguntes el porqué no tienes recuerdos si moriste junto a mí en esa batalla. La verdad es que tus recuerdos fueron sellados en tu subconsciente en donde nos encontramos ahora, tú y yo somos la misma persona.

Tu verdadera forma es la que estás viendo, pero yo solo soy una pizca de un recuerdo tuyo que dejaste antes de morir y olvidar quién eres, mi deber es solo mostrarte algunos sucesos de tu vida pasada y aclararte que no eres una simple humana en este mundo, que eres mucho más que eso. Además de que tienes una misión importante por el cual estás en el reino humano. Entiendo que al principio puede parecerte confuso e incluso imposible pero con el tiempo lo entenderás. Ahora lo único que tienes que saber es que moriste una vez y que prometiste volver para limpiar el universo.

Claramente estaba completamente en shock y confundida por recibir aquella declaración, mientras intentaba procesar la información recibida, la joven hizo aparecer la espada con solo mover la mano. Aquella espada flotaba alrededor de ella pero luego voló hacia mí, retrocedí unos pasos atrás con temor de que pudiera hacerme algo pero se detuvo y solo flotó acercándose lentamente.

—. No deberías temerle, solo está muy emocionada y feliz por volver a reencontrarse con su dueña, es un poco juguetona pero nada más. Sería incapaz de hacerte daño, ella reconocerá a su dueña incluso si es solo una humana.

Aclaró mirándome mientras la espada seguía esperando que yo la empuñara. Dí un largo suspiro antes de tomar el valor de levantar mi mano y acercarla a la espada, automáticamente la espada voló hacia mi mano y se agitó ligeramente mientras yo la empuñaba con lentitud.

«Y entonces todo comenzó, una larga travesía hacia la verdad, haciéndome preguntas una y otra vez ¿Por qué yo? ¿Quién soy realmente? ¿Cuál es mi destino? ¿Acaso solo soy un sacrificio? Empecé a buscar y buscar pero ¿Qué podía encontrar sobre dioses antiguos? Ningún ser humano había visto a un Dios y las antiguas civilizaciones habían adorado a sus propios dioses que creían que existían en ése momento. Las cosas parecían no estar de mi lado, no solo no encontré información relevante sino que atraje atención no deseada y la cacería comenzó».

«¿Qué puede hacer una simple humana? ¿Qué se supone que le diga a las personas, que existen los dioses y que me tachen de loca luego me envíen a un manicomio? No importaba cuánto pensara en una solución o en cómo tratara de encontrar información, no podía arriesgarme. Y es que ¿Quién en su sano juicio hablaría de cosas que parecen salidas de historias de fantasías? Incluso yo pensé que estaba alucinando pero lo único que me mantenía confiando en que experimentaba la realidad era esa espada y esos poderes que me fueron conferidos y que estaba refinando».

«Por primera vez en toda mi desgraciada vida empecé a recordar cuando era aún una niña que sólo sabía que era feliz y que la tristeza, la soledad y el dolor no existía en su vocabulario y en su mente, tantos momentos hermosos con mi familia, mis abuelos, mis hermanos, mis padres, de todo esa felicidad y armonía ahora solo quedan cenizas esparcidas por la tierra de los recuerdos olvidados».

«Ya no hay vuelta atrás, no importa cuan doloroso sea seguiré adelante con una sonrisa y el dolor lo llevaré en el corazón, prometo que todo mejorará…»