Amor En La Mentira

Al día siguiente todos sabían de la boda del año, dos familias de gran renombre se unirían por medio de un matrimonio y seria por amor.

-¡Estoy en contra de ese matrimonio padre!, no puedo creer que hayas consentido que Camila se comprometiera con ese hombre que solo está detrás de nuestro estatus y para hacer negocios con nuestras empresas – German caminaba de un lado a otro en el despacho de su padre

-No fui yo, fue ella quien dio en si y la familia del chico tiene un buen nivel, además hacemos negocios todos los días con personas que no son de nuestro nivel y desde hace tiempo quería apoderarme de las empresas de esa familia, será una manera de hacer crecer nuestro imperio – el padre tenía una mirada siniestra

-Supongo que se casaran con acuerdo prematrimonial, no quiero que ese hombre obtenga ni un solo centavo de nuestra familia – German estaba molesto

-¿Tu crees que soy tonto?, por supuesto que no voy a ceder ni un centavo de la fortuna familiar, ya había pensado en un prenupcial, tu mejor que nadie sabes que protejo mi familia de todo y de todos – German sabia de lo que su padre era capaz

-Les doy un par de años para que Camila vuelva derrotada y hecha pedazos por ese imbécil, él no la quiere y hará sufrir a mi pequeña, tu sabes eso mejor que nadie, pero nada te importa más que tu dinero y el estatus que puedas obtener – German miraba a su padre con seriedad

-Un par de años es más que suficiente para que esas empresas den los resultados esperados, ya tendremos dinero para que Camila se vaya de viaje y olvide a ese tonto o para pagarle algunas terapias, ya veremos – German quedó atónito con las palabras de su padre

-Yo quiero estar cerca de ella, por lo que me gustaría que terminara sus estudios y trabajara en la empresa, no quiero que ese imbécil la vuelva un ama de casa inútil que no pueda valerse por si misma y que se aguante sus estupideces por obligación – su padre le dijo que si con la cabeza

En ocasiones le molestaba la forma de pensar de su hijo, intentaba proteger a Camila de todo y de todos, él mejor que nadie sabía el porqué de su actitud, ellos guardaban un secreto que no debía conocerse, si alguien se enteraba de lo que había sucedido serian la comidilla de toda la sociedad y era algo que no podía dejar que sucediera.

Durante los dos meses siguientes ella sintió que estaba en el cielo, iba a la universidad, se probaba su vestido de novia cada semana, le realizaban actualizaciones de los preparativos de su boda y ya habían escogido el departamento donde viviría con Daniel.

Mientras que cada momento con él era como un cuento de hadas, parecía como que cada salida había sido programada y organizada para ser extremadamente especial, lo que siempre le pareció extraño es que en ninguna de esas salidas se quedaron juntos.

A pesar de que ella se vestía lo más provocativa posible y sentía que sus besos y caricias subían de nivel, él no intentaba dar un paso más allá, le decía que la respetaba y que quería que la noche de bodas fuera inolvidable, por lo que esa noche sería su primera vez.

Siempre la dejaba en su casa a la misma hora y a pesar de lo que escuchaba de otras personas, nunca había conversaciones por mensaje hasta tarde, no sabia de él hasta el día siguiente.

Una tarde, Camila se encontró revisando en los bolsillos de la chaqueta favorita de Daniel mientras la tenía puesta porque le había dicho que tenía frio y encontró un recibo de una cafetería de un lugar por el que jamás había mencionado que había ido y un pendiente que definitivamente no le pertenecía a ella.

Su corazón se tambaleó ante el descubrimiento, pero una voz en su interior la convenció de que debía estar equivocada, ya que él la amaba, se lo había dicho frente a un montón de personas y se iban a casar, estaban a un par de semanas de casarse.

Lo habló con Ana y esta le aconsejo que hablara con él, era importante que enfrentara la situación antes de continuar con los planes de boda, pero había algo que la detenía, sentía un miedo terrible a la confrontación y que sus miedos fueran confirmados, lo que la mantuvo en un estado de negación.

El amor que sentía por Daniel era fuerte y la idea de la vida que habían planeado juntos la llenaba de una esperanza obstinada que la hacía mirar hacia otro lado.

Inclusive la noche antes de su boda, Daniel salió a festejar su despedida de soltero, lo cual se extendió hasta las primeras horas de la mañana, Camila tragó la ansiedad y se forzó a sí misma a sonreír, debía creer en sí misma y no debía dejar que el miedo la arrastrara.

Durante la ceremonia, mientras ella caminaba hacia el altar, las dudas zumbaban en su mente como abejas perturbadas, pero se aferró al calor de la sonrisa de Daniel y a la firme presión de su abrazo una vez se encontraron frente al ministro.

La iglesia estuvo a reventar, solo asistió la crema y nata de la sociedad, era para todos el evento del año y cuando los dos dieron el sí una gran alegría se instaló en su corazón, si no la amaba él no estaría allí y el beso tan intenso que le dio hizo que cada duda que estaba en su mente se disipara.

Y así fue que durante la fiesta de su boda se sintiera como la mujer mas feliz del mundo, Daniel bailó con ella y al mirarlo a los ojos sentía que había un brillo especial en él, por lo que solo pensó en que eran nervios de novia antes de su matrimonio, su ahora esposo era el hombre que ella amaba y él la amaba a ella y eso era lo único que importaba.