Cuando la vida, pone pruebas difíciles de superar y a pesar de todo sonríes ante la adversidad...
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De frente y segura
Silvana comenzó a trabajar ese mismo día, pero al estar a prueba tenía que salir y regresar al día siguiente, su horario por esa semana era de 8:00 am a 7:00 pm, era un horario largo, pero la paga era muy buena 2 veces el salario ofrecido, el problema es que sus deudas eran enormes y apenas alcanzaba para abonar a las deudas, y sobrevivir.
Al principio el pequeño Samuel era algo huraño, pero poco a poco, le tomo confianza, era una chica trabajadora y muy entusiasta a pesar de la adversidad. Hacia su trabajo con dedicación y entrega.
Cada mañana se levantaba muy temprano desayunaba y dejaba algo preparado para Kevin, le aviso que si todo salía bien, en una semana se mudaban, al pequeño departamento. Vivir allí no interfiere con su nuevo trabajo, ella estaba muy contenta y podrían ir abonando a sus deudas
Rápidamente, pasó la semana, al término de esta, Gibran le dijo a Silvana.
Gibran: Hoy concluye tu semana de prueba, he visto que mi hijo se adaptó muy bien a tus cuidados, incluso come un poco más que antes, aunque tengo que decirte que es por tu excelente sazón. Así que quedas contratada, mañana mismo te espero, tu hermano y tu son bienvenidos.
Silvana: Gracias señor Gibran, es usted una gran persona.
Gibran sonrió, no solía hacerlo desde que se divorció, de su exesposa. Silvana era una joven encantadora y bella y además cocina muy bien, y su hijo ya le empieza a tener aprecio, el no convivía mucho con su hijo, viajaba mucho y no tenía tiempo de estar con él.
Sabía que era un buen niño, pero realmente no sabía que temperamento manejaba.
Al terminar el día, Silvana se fue al hostal, y le dio la buena noticia a Kevin, este muy contento, por fin tendrían donde vivir.
Fue a hablar con la señora del hostal, era una gran amiga para ellos, le dieron las gracias, prometiendo volver a visitarla así que, tomaron sus cosas y se fueron.
Cuando llegaron a la mansión, vieron que, había más personal, 3 chicas más de limpieza y un mayordomo. Ella muy sorprendida fue al despacho del dueño y pregunto que pasaba, si ya no requería de sus servicios.
Gibran: No de ninguna manera, es solo que quiero que te dediques a cocinar y a Samuel, es importante que seas más niñera, que otra cosa y respecto a cocinar a mi hijo le encanta tu comida y a mí también.
Silvana sonrió, no sabía que tendría tanta comodidad, en la casa, aún que los demás empleados la miraban como poca cosa y con indiferencia, ella se sentía contenta y muy feliz, tenía dónde vivir.
Ese día por la tarde que llegó el pequeño Samuel, la abrazo con mucha fuerza y le dijo:
Samuel: Tuve miedo de no volver a verte, cuando ví a todos los empleados que papá contrato.
Silvana: No tengas miedo, tu padre los contrato para que yo pueda dedicarme a ti y a hacerte las comidas que tanto te gustan, Que por cierto, ven conmigo, te hice una rica ensalada y lasagna vas a terminar feliz.
Silvana se llevó al pequeño Samuel a la cocina, ella hacia lo posible por ver al niño feliz, siempre estaba solo y casi nunca veía a su padre así que su única compañía por lógica es ella.
De frente y segura, sin miedos, ni dudas eso haría para salir adelante con su hermano, y ahora con el pequeño Samuel.
sino es lo mismo de siempre