Curvas Del Corazón

Mientras miraba como se alejaba Juliette, se acercó a él Brigitte y le dijo

- Caleb, te ves distraído, ¿en qué piensas?

- En nada importante.

- Buenos, que tal si comemos algo juntos, tengo mucha hambre. - le dijo con una sonrisa coqueta.

- Está bien vamos a comer algo por aquí cerca.

Fueron al mismo restaurante que el Doctor Leonardo había invitado a Juliette cuando la consoló por la muerte de su primer paciente.

Allí se encontraba Juliette y Elizabeth cenando y platicando muy agusto.

Caleb y Brigitte se sentaron en un lugar desde donde Caleb podía observar a Juliette con claridad.

La miraba sonreir, y hablar y recordaba la discusión que tuvieron temprano. Y le dolía haber dicho todo lo que le dijo a Aaron y luego lo que le dijo a Juliette. Pero su orgullo era más fuerte y no iba a dar su brazo a torcer.

Brigitte lo miraba y le sacaba plática, pero él estaba distraído.

- Caleb, dime ¿tienes novia?

- ¿Yo?, no para nada. - dijo mientras tomaba un poco de su jugo.

- Y, ¿te interesa alguien? - le dijo mientras le tomaba la mano. Él sutilmente se soltó y le respondió

- Interesarme alguien - miraba a Juliette - No, no me interesa nadie.

- Y ¿Si te pidiera una oportunidad, me la darías?

Caleb se asombro de que Brigitte le dijera eso. Volteo y miro a Juliette y recordó nuevamente la discusión y le dió rabia y miro a Brigitte y le dijo - claro que sí.

Brigitte se levantó y beso a Caleb, justo en ese instante Juliette se levantaba para irse cuando el tiempo pareció extenderse en un doloroso suspiro mientras Juliette absorbía la impactante escena.

Un susurro inaudible escapó de sus labios, y sus manos se aferraron con fuerza a la tela de su abrigo, como si esto pudiera darle consuelo.

Sigilosamente Juliette retrocedió chocando con Elizabeth que la tomo por la espalda y le pregunto

- ¿Qué ocurre? - levantó la mirada y también quedó impactada al ver la escena. Sin decir nada, coloco sumamente una mano en el hombro de Juliette

- Vamos, Juliette. Necesitas salir de aquí - susurro Elizabeth con empatía, guiando la a la salida del restaurante.

Juliette se dejó llevar, sus ojos aún fijos en la escena que le rompía el corazón.

Salieron y tomaron un taxi a casa de Juliette, en el auto Elizabeth le ofreció un pañuelo cuando las lágrimas amenazaron con desbordarse nuevamente.

Llegaron a casa de Juliette y entraron y ella se dejó caer en el sofá. Sintiéndose vulnerable y rota.

- Los siento tanto Juliette. No mereces esto - susurro Elizabeth, abrazándola con ternura.

Juliette asintió débilmente, incapaz de articular palabras en medio del dolor. Elizabeth permaneció a su lado, ofreciéndole su apoyo silencioso.

Con el tiempo Juliette comenzó a recobrar la compostura. Agradeció la presencia de Elizabeth y se puso de pie. Juliette se prometió a si misma sanar y encontrar la fuerza para seguir adelante, aunque el camino pareciera oscuro en ese momento.

La mañana siguiente amaneció con un sol tibio que pintaba el cielo de tonos rosados y dorados. Juliette, a pesar de haber pasado la noche en vela, decidió enfrentar en nuevo día con determinación.

- ¿Cómo te sientes hoy, Juliette - pregunto Elizabeth, preocupada, mientras desayunaban juntas para luego salir del hospital.

Juliette suspiro, intentando mostrar una sonrisa forzada.

- Voy a estar bien. Necesito enfocarme en mi trabajo y en mis pacientes y dejar esto atrás.

- Está bien Juli. Comamos y salgamos a salvar vidas. - dijo Elizabeth con una sonrisa.

Llegaron al hospital, y al llegar al ascensor se encontró con Caleb y Brigitte. Ella hizo de tripas corazón y saludo como si nada.

- Buenos días. - dijo Juliette

Caleb y Brigitte que estaban tomados de la mano, voltearon y Caleb sintió cierto grado de incomodidad al ver a Juliette.

- Buenos días!!!! chicas - respondió Brigitte con una gran sonrisa - Oh, se preguntarán porque estamos tomados de la mano, bueno es que anoche nos hicimos novios!!! ¿Verdad amor?

Caleb, quería que la tierra se lo tragara en ese momento y lo escupiera en cualquier parte del mundo menos en Italia.

- Ah, si - dijo Caleb sin mucho estudiamos.

Juliette solo atino de a decir

- Ah, ya veo. Felicidades.

- Gracias!!! - respondió Brigitte

Llegó el ascensor y subieron. En total silencio.

Al llegar a piso, Juliette salió rápidamente del ascensor y se fue directo a cambiar. No quería pensar. Solo quería concentrarse en su trabajo.

En lo que llegó a la sala de urgencias llegó un paciente con los paramédicos.

- Paciente mayor, no respira, lo encontraron tirado en la calle.

Juliette lo revisaba y levanto la mirada hacia Leonardo y le dijo

- Doctor, no encuentro el pulso.

Aaron le colocaba las vias. El doctor Leonardo revisaba sus latidos

-Latidos debiles.

- Doctor creo que aun esta sangrando - le dijo Juliette .

Leonardo empezo a revisar el cuerpo, y se dio cuenta de la herida que tenia en la pierna, tomo unas tijeras y corto el pantalon.

- Creo que tiene una arteria dañada. Debemos abrir la herida para parar el sangrado. Doctor Rossi hare una incision, por favor haga presion en la zona de sangrado.

- Entendido Doctor - respondió Caleb.

- Escalpelo - le solicito a Aaron.

Y empezo el proceso.

- Pinzas - Aaron se las facilito.

- Ya lo tengo, intenta soltar.

Caleb soltó y el sangrado paro. El doctor termino el procedimiento y pudieron estabilizar al paciente.

Se levantó Leonardo y les dijo a todos, buen trabajo internos. Salió del cubículo.

El doctor Neri se acercó a Leonardo, y le pregunto

- ¿Qué tal va el equipo de nuevos internos?

- Bien, no son tan inútiles. - Lo dijo con una media sonrisa y se retiró a su consultorio.

Juliette estaba sentada revisando unas historias cuando entro Caleb.

- Ah, no sabía que estabas aquí. - Dijo Caleb al ver a Juliette .

- Ah, eres tú - lo miro Juliette y luego devolvió la mirada a sus historias médicas.

- Sobre lo que dijo Brigitte ...

- No tienes que darme explicaciones , dijiste que lo harías y lo hiciste. - Se levantó y salió dejando a Caleb solo.

Caleb se quedó con una incomodidad y cierta tristeza en su corazón.

- ¿Qué rayos me está pasando?, ¿Por qué me importa lo que piense o sienta? - se preguntaba Caleb sentado con las manos en la cabeza. Estaba muy confundido.

Juliette salió exhausta de la sala de urgencias después de un día agotador. El bullicio del hospital disminuía a medida que se alejaba de la intensidad de la sala. Caminaba por los pasillos iluminados.

Al doblar una esquina, se encontró con el Doctor Leonardo.

- Di Marco, ¿Cómo estuvo su día? - pregunto él con una sonrisa amable, aunque con un brillo de nerviosismo en sus ojos.

- La verdad hoy fue agotador, estoy lista para ir a casa y descansar. - respondió ella, esbozando una sonrisa cansada.

- Puedo llevarla. A veces un poco de compañía hace que el final del ya sea mas llevadero.

Ella sonrió tímidamente, agradeció y acepto el gesto amable. Mientras caminaban juntos por el estacionamiento Leonardo aprovecho para conversar sobre más cosas personales.

- Y dime Di Marco, ¿Quién eres fuera del hospital?

-¿Quién soy? - lo miro y le dijo - No lo entiendo

- Bueno ¿Qué te gusta? ¿Comida favorita? ¿Qué haces en tu tiempo libre?

- Ah eso!!!! Jajajaja bueno doctor, por si no se ha dado cuenta no soy muy atlética, me gusta comer, aunque trato de comer lo más sano posible. Mi comida favorita, pues es la pasta y en mi tiempo libre me gusta relajarme en mi casa con buena música, un buen libro, tal vez un buen vino.

- Eres de gustos simples. - le dijo mientras le sonreía y le abría la puerta del auto.

Llegaron al departamento de Juliette.

- Bueno doctor, muchas gracias, tenía razón, la buena compañía ayuda mucho. - le sonrío, se despidió y bajo del auto.

Leonardo se fue, y de las sombras salió Caleb sosteniendo su teléfono mientras miraba alejarse a Leonardo.

-¿Qué rayos pasa aquí? - se preguntaba mientras miraba hacia la ventana de Juliette .

Levando el teléfono y le marco a Juliette, pero ella al ver que era Caleb no contesto y lo apago. Se metió a bañar, apago las luces y se acostó a dormir.

Caleb al ver que no contesto y que apago las luces de su departamento se fue furioso.