Ella solo quería obtener el trabajo soñado, ser maestra titular del Colegio Internacional para señoritas, pero solo consiguió ser la suplente, pero no solo eso, nunca pensó tener que soportar a los padres, caprichosos y llenos de poder que harían que la despidieran.
El haría cualquiera cosa para complacer a su pequeña hija, incluso conseguir a su querida maestra.
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El apego
Camilhe
Vuelvo a la habitación y no estaba mi hija, me preocupé. Salí hasta el puesto de enfermeras.
— Mi hija no está en la habitación — le digo y ella me mira.
— ¿Es la mamá de la niña Bailey?
— Si soy yo — respondo nerviosa.
— Acompañeme — sale de su lugar y se pone a mi lado.— se la llevaron para unos estudios nuevos, pero ya no estará en este piso. Recoja sus cosas y subamos.
Hago lo que me pide y la sigo. Cuando llegamos ya Alison estaba en la habitación y con ella un doctor.
— ¿Es la mamá? — me pregunta — Alison está mejorando pero permanecerá dormida.
Me acerco y tomo la manita de mi bebé.
— Evitamos que se estrese y así logré recobrar respirar por sí sola — acaricio el cabello de mi niña y veo como su pecho sube y baja con rapidez.
— ¿Es normal que respire así? — le pongo la mano en su pecho.
— Acabamos de suministrarle un relajante pulmonar, a veces los altera pero luego se tranquilizan.
Asiento y miro el rostro a mi nena tapada con la mascarilla del respirador.
— Aquí estarán mejor, evite visitas y proteja a su hija — me entrega un cubrebocas y me coloco. — esto evita que ella se enferme ahora que está mejorando.
El se va luego de hacerle la última vista a mi pequeña.
Nos deja solos, la habitación es muy íntima, más pequeña que donde estábamos, claro la otra era compartida y está no. Creo que será más dinero. Me preocupo y luego de ver cómo el pecho de Alison está más calmado me quedo mirándola.
Mi pequeña es todo lo que tengo, mi madre murió y mi padre tiene otra familia la cual apenas conozco.
Ella y yo hemos sobrevivido estos últimos años y seguirá así
En la habitación hay un sofá que parece una cama, me recuerdo y sin querer me quedo dormida. Me despierto con la visita de una enfermera que viene a revisar su medicación. Me meto al baño y me lavo la cara y al salir veo a una niña de cabello rubio entrsr.
— ¿Ghinger? — sus cabellos se mueven en el momento que voltea a verme.
Corre y me abraza, aprieta duro mi cintura y la escucho llorar.
— ¿Qué haces aquí? — la llevo hasta el sofá, limpio su cara y sus ojos azules me miran triste.
— Te fuiste del colegio y no te despediste — se estruja los ojos — papá me trajo hasta aquí.
Me quedo en silencio. Imagino que ya todos en la escuela saben que tengo una niña y que soy madre soltera.
Suspiro, no debí esconderla desde el principio. Ahora no importa.
— ¿Ella es tu niña? — Ghinger se levanta y va hasta la cama de Alison — ¿está grave?
Tiene curiosidad.
— Se está recuperando — le digo y busco en el cajón otro cubrebocas para ella — usa esto para que no se enferme más.
Asiente y se lo coloca con mi ayuda.
— ¿Cómo supiste dónde estaba? — le pregunto mientras ella mira con curiosidad a Alison.
— Mi papá — dice y recuerdo las palabras de Henry sobre Franco Rossi, controla todo lo que tiene que ver con su hija. Hasta a sus maestras.
Suspiro.
— ¿No vas a ser más mi maestra? — me mira con tristeza — ¿fue por lo que le dijistes a Hada sobre su presentación?
— Tu maestra era Victoria — le explicó — yo solo era su suplente mientras ella volvía.
— Le pedí a papá que quería que fueras mi maestra — la voz de Ghinger hace que mi niña se mueva y ella se paraliza.
Camino hasta Alison y miro a mi bebé, ella vuelve a vuelve a dormirse.
— No trabajare más en tu colegio — le digo y me mira triste, y me vuelve abrazar.
— No quiero perderte Maestra, — dice mientras llora — Hada es una envidiosa, se quejó con su mamá porque tú me quieres a mi.
Suspiro, sé el apego de Ghinger conmigo, es una niña muy alegre, pero siento que le hace falta afecto por eso al tratarla con cariño se aferró a mi.
— Entiende algo Ghinger, — le digo sentándome con ella en el sofá. — las personas que queremos a veces se van, las perdemos porque luego vienen otras que las sustituyen. Está vida es aprender a perder y saber que lo importante está aquí — pongo la mano en su pecho. — lo que tú eres es lo importante.
Ella me abraza.
— No voy a dejarte maestra, tú también necesitas que yo te quiera — sus palabras me hicieron sonreír.
Ghinger es linda, sincera, dice lo que siente sin miedo, tampoco me gustaría perderla.
— ¿Maestra? — me dice luego de un silencio — ¿te gustaría peinarme?
La miro y sonrió.
— Tu cabello es hermoso — ella sonríe
— Pero sabes hacer trenzas con las princesas — río porque una vez en clases les pedí que se peinaran entre ellas y les dije a todas que eran unas princesas.
Solo quería afianzar la amistad entre entre las niñas.
— Lo hago y te vas a tu casa — busco el cepillo y unas ligas de Alison en sus cosas — no puedes estar aquí porque tú también te puedes enfermar.
Asiente con tristeza.
La peino y ella me habla de cosas que hace en su casa, habla de su padre y me imagino a ese hombre de ojos azules siendo un padre dedicado y complaciendo a Ghinger en todo.
Se fue y me quedé con Alison sola, pero antes de irse me dijo que quería un día jugar con mi niña cuando se recuperara. Me pareció algo tan lindo de su parte, sonreír pero mi sonrisa no duró mucho, no sabia como pagar y eso me tenia muy preocupada.
.😂😂😂