Para heredar la millonaria empresa familiar, el implacable y perfeccionista CEO August debe cumplir la última exigencia de su padre: casarse con otro hombre, el hijo del mejor amigo del magnate, sellando una promesa hecha décadas atrás.
El contrato es claro: el matrimonio debe durar exactamente un año. ¿El divorcio? Solo será posible si la otra parte solicita la separación.
Decidido a poner fin a esta “locura” lo antes posible, August está dispuesto a todo para mantener sus emociones bajo control y garantizar el dominio total de la empresa.
Pero su plan comienza a desmoronarse cuando la convivencia forzada con su inesperado esposo empieza a despertar sensaciones que juró no tener…
¿Podrá mantener su corazón cerrado durante todo un año? ¿O terminará prisionero de un sentimiento que nunca planeó experimentar?
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Capítulo 4
Gael
El matrimonio ocurrió mejor de lo que esperaba, ver al CEO justo frente a mí extendiendo la mano y llamándome para irnos, parecía increíble.
Noté que él quería mantener cierta distancia con respecto a mí, lo dejó evidente tanto en las actitudes como en las palabras. Pero aun así, no era algo que me impidiera estar actuando. Lo intentaría hasta no poder más para que le gustara.
Me pareció increíble la actitud de mi padre al conceder una casa donde iba a vivir con August. Tan pronto como llegamos después del matrimonio, intenté hacer que se sintiera cómodo conmigo. Pero no parecía que él estuviera dispuesto a dividir el mismo techo.
En cierto punto lo entiendo, conozco su historial de siempre salir con mujeres casualmente solo por diversión. Sin querer nada serio con alguien. Además de ser hetero.
Antes de dormir, conté todo lo que sucedió a Matthew a través de mensajes. Él respondió en tono de comedia e incluso se burló de mí, diciendo que deberíamos haber tenido la luna de miel.
Sentí que mi cuerpo se excitaba solo al imaginar una luna de miel con August. Acabé masturbándome, si no mi amiguito iba a estar inquieto toda la noche. Fue la corrida más rápida que tuve.
Me levanté de la cama para ir a la cocina a tomar un vaso de agua. Para mi sorpresa August estaba allí, hablando por celular. Solo conseguí escuchar algo cuando dijo de forma grosera:
— ¡No soporto dividir el mismo techo con ese tipo, joder!
Realmente parece odiarme bastante. Ignoro lo que acabo de escuchar y voy a buscar mi agua, incluso porque somos nosotros dos viviendo en esta casa.
En el momento en que abrí el refrigerador, él acabó sorprendiéndose con mi presencia y luego apagó el celular. Si era para que yo no escuchara algo, fue en vano.
— Buenas noches.
Hablé con educación sin esperar respuestas, y fue lo que sucedió. No dejé de dar otra mirada a su bello rostro que acabó excitándome minutos antes.
Él me miraba como si yo fuera un ser insignificante, sin conseguir disimular.
— Ya sé que me odias, no voy a exigirte que hables conmigo. Pero intenta al menos disimular cuánto no soportas mi presencia, ¿sí?
Tragué toda el agua. Cuando estaba a punto de entrar en la sala, él finalmente dijo algo.
— No pienses que algún día va a pasar algo entre nosotros.
No dije nada más, solo fui a mi habitación. Ya estaba exhausto. Iba a recoger mis cosas y abrigar todas en esta casa mañana mismo.
Mi padre mandó algunos mensajes buscando saber si todo estaba ocurriendo bien. Afirmé que sí. No iba a comentar sobre las actitudes de August.
Matthew faltó venir aquí solo para reventarlo a golpes cuando hablé sobre sus actitudes con respecto a mí. Por suerte conseguí convencerlo de lo contrario, afirmando que era solo cuestión de tiempo hasta que ese hombre se enamorara de mí. Mi amigo siempre fue súper protector con respecto a mí.
Al día siguiente, me levanté de la cama con un poco de pereza. Voy hasta el baño a hacer mi higiene personal. En el momento en que fui abriendo la puerta, veo una espalda ancha desnuda, recién mojada con gotitas de agua, una toalla blanca enrollada de la cintura para abajo y por fin el físico frontal, cuando August se giró. Yo no conseguía mirar para otro lado.
Su expresión seria hizo que pareciera muy sexy a mis ojos.
— ¿Qué diablos estás mirando?
— ¡N-nada, no!
Intento volver a la normalidad. Él balanceó los cabellos húmedos y salió de dentro del baño con cara de asco. Ni creo que tuve una visión tan grandiosa tan temprano por la mañana.
Después de arreglarme, fui hasta mi casa a arreglar algunas cosas que iba a llevar a mi nueva morada. Recibí una llamada de Adrian, atendí para ver si era algo importante.
— Puedes hablar, Adrian.
— ¿Ahora te casaste, eh? ¡¿Por qué no me dijiste?!
— Bueno, pensé que no te gustaría saber sobre eso. Pero es solo un matrimonio propuesto por mi padre y de mi compañero. No nos casamos por amor.
— Joder, ¿qué carajos de matrimonio es ese? En fin, ¿vamos a seguir viéndonos?
— Sí, en mi nueva casa no sé, porque no estoy al tanto de la agenda de mi compañero. Pero iré hasta la tuya.
— Solo quería confirmar eso. Beso, ¡hasta luego!
— Hasta.
Apago la llamada. De alguna forma tendría que ponerle fin a esta relación. Me estoy cansando de solo estar con las personas sin amor ninguno. Incluso porque, la única persona que me interesa ahora es August, y él está bien cerquita de mí.
