Lucía había enterrado su pasado para comenzar una nueva vida, pero las malas costumbres siempre se quedan. Charlie sería su nuevo objetivo, sin imaginar que él también ocultaba un oscuro secreto. Sus acciones traerán consecuencias para aquellos que los rodean sin perder su único objetivo, la obsesión.
Las apariencias a veces no son lo que ves, estás ocultan el otro lado de la moneda y Lucía no es ni buena ni mala, solo mentalmente inestable y físicamente una diosa sin presentes.
Esta no es la típica historia de amor. El deseo, la lujuria y el control emocional y psicólogo es lo que Lucía y Charlie provocan a los demas, hasta que ellos se encuentran y toda lógica cambia su vida.
Esta novela está subida de tono y puede tocar temas sensibles. Solo para lectores de 18+.
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#4 Retrospectiva
Él parecía ignorarme, intente llamar su atención silenciosamente en las primeras semanas, pero eso solo hizo darme cuenta de que estaba equivocada y todo estaba en mi cabeza.
Recién llegó del extranjero, es comprensible que se ponga al día en su trabajo.
Estoy harta de ir con la psicóloga, pero tal vez si lo necesite de verdad. A este paso si hago mi trabajo al ritmo que voy quizás Charlie termine firmando los papeles que el juez me impuso.
No quería caer en la locura una vez más, pero al ver todo lo que hice en tan solo unas semanas me hizo entrar en razón y retrospectiva.
Lucía intenta arrancar todas las fotografías del mural de su habitación. Al darse cuenta de que no era tan especial como ella pensaba se molestó.
Siguió a Charlie en secreto y fotografío los lugares que concurría y las amistades que tenía. Lo había estado acosando para saber más de él, pero algo había cambiado en ella, como si la terapia hubiera hecho efecto y pensará más en sus acciones.
"No puedo volverme loca. Si vuelvo hacer lo mismo ese juez y el idiota de Israel habrán ganado. ¡Con lo que me costó sacarlo de mi mente y corazón!" Se dice a sí misma, mientras camina de un lado para otro.
Ella de verdad quiere cambiar, pero la soledad la hace tomar medidas precipitadas y por más que desea olvidar sus errores y sepultarlos, ellos siempre regresan a ella de una u otra forma.
Llorando en la esquina de su habitación hace bola cada una de las fotografías, tiene el mal hábito de tomar el control y siempre salirse con la suya, pero en esta ocasión su objetivo no parecía darle importancia como ella creía. Siempre se esmeraba en verse y oler bien para llamar su atención, pero él estaba tan comprometido en su trabajo que todo lo demás no importaba. Al menos eso pensaba ella.
Al día siguiente se despidió de su perro como siempre. La gente a su alrededor la miraba como de costumbre, pero está vez ella era todo un desastre.
Incluso desalineada se veía hermosa, parecía otra persona y sonreía menos que de costumbre.
"Tu café." Le entrega su taza a Charlie, estaba distraído, pero al verla casi escupe el café.
"¡Pero que te paso! ¿Estás bien?"
"¡Lo estoy! Déjame a mí hacer mi trabajo, tú enfócate en el tuyo." Charlie pudo notar sus ojos hinchados y su rostro decaído, además, hablaba golpeado y no sonreía.
"Entiendo que no estés bien, pero cuando vienes a trabajar no traes pans, suéter y pantuflas. Pensé que eras educada y profesional."
"Lo soy, simplemente hoy no estoy de humor. Puedo ser educada y profesional sin importar lo que vista. ¡Ten! Tu hermano te envío este caso. También llegaron varias invitaciones. Solo dime a cuáles asistirás para agendar."
Algo le sucedió, no sé que cambió y tampoco quiero verme grosero al preguntar. Por mi bien me mantendré al margen. Piensa Charlie.
"Iré a todas. Algunos son eventos de caridad, mi hermano siempre se desblinda de ir y me manda por delante. Será mejor que compres un vestido lindo y evites las pantuflas ese día."
"¿Quiere que lo acompañe? ¿No debería llevar a un acompañante más adecuado? Cómo su novia."
"Irás a trabajar, te pagaré el día y también el vestido. Procura no repetir el mismo vestido y lleva la tablet para apuntar. Conocerás a mucha gente importante y muchos de ellos se acercarán a mí para ser negocios."
"Cómo ordene, lo tendré en cuenta." Para ser sincera no quiero asistir. No entiendo cómo antes no me cruce con él o su hermano. Si asisto es muy probable de que alguien me reconozca. Con lo que me costó cambiar mi nombre. Si Charlie me descubre perderá la confianza en mí y quizás me despida. Lo necesito para que firme los papeles del juez y aún no es el momento para ser honesta.
No necesito acosarlo para ganar su confianza, pero tal vez necesite seguir con mi papel de chica buena, confiable y eficiente.
"¿Vives con tu novio?" Lucía no lo escucho por estar metida en sus pensamientos. Su corazón le latía de miedo de solo pensar en ser descubierta en una de esas fiestas.
"¡Lucía! Te estoy preguntando algo." Dice en un tono fuerte.
"¡Lo siento! ¿Qué me decía?"
"Pregunte si vivías con tu novio."
"¡No! No, por supuesto que no. ¿Pero a qué viene esa pregunta?"
"Se nota que lloraste y a veces eso hacen las mujeres cuando pelean con sus novios."
"No tengo novio, de hecho vivo sola." Agacha la mirada, pues su respuesta es un recordatorio de lo sola que siempre ha estado.
"¿Y tus padres? ¿Qué acaso no los visitas?"
"Si pregunta todo eso por el hecho de que vine vestida de esta manera hoy, le prometo que será la última vez." Quiso evadir su pregunta, pues hace mucho que sus padres habían muerto y no quería que sintieran lástima por ella.
"No pregunto por eso, pero una mujer no debería llorar nunca. Si necesitas ayuda con algo que esté a mi alcance puedes contar conmigo. Si estás triste no podrás concentrarte en el trabajo y necesito que estés concentrada."
Por un momento pensó que estaba preocupado por ella, pero al saber su motivo volvió a desmotivarse.
"Descuida, no es necesaria tu ayuda. Yo puedo con mis problemas y también con mi trabajo." Se apresuró a organizar el itinerario de Charlie y también en mandar algunos trajes a la tintorería. Ser la asistente de alguien tan exigente como él era pan comido para ella, pues solo imaginaba que era a ella a quien servía y no a él.
Su vida no era para nada emocionalmente. Iba de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, pensando siempre en las necesidades de su jefe.
Debía conseguir algunos cuantos vestidos. Ella tiene muchos en su closet, pero fue Charlie el que se ofreció a darle un día de compras después del trabajo. También debía comprar un obsequio para el abuelo de Charlie, pues él ni siquiera se preocupaba en buscar algo por su cuenta.
Está era la primera vez que iba de compras en ropa para dormir, así que lo primero que hizo fue comprar un cambio de ropa diferente antes de hacer las compras reales.
"¡Bienvenida! ¿Buscaba algo en específico?" Pregunta la chica de la tienda de ropa al ver a Lucia llegar. Ella debía verse bien si quería ser atendida como le gusta, pues sabe perfectamente que las vendedoras suelen desairar a los clientes que no tengan el porte de rico.
"Primero veré." Dice mientras mira todo a su alrededor. "Bueno, hay cosas interesantes. Me probaré algunos vestidos y quizás también algunos trajes."
De inmediato le ofrecen una copa de vino blanco espumoso al ver que comienza a tomar un par de bolsas y tacones.
Después de un casi una hora es momento de pagar, pero justo cuando iba a hacerlo Lucas logró distinguirla y entro a saludarla.