Una novela ligera, con una narrativa fluida para ser comoda para el lector, Esta historia es de ciencias ficción y horror cosmico. Se forja en la vida de un joven que se tendrá que enfrentar a criaturas que sólo existen en viejos libros de demonología, en un mundo de ficción creado por el autor (yo), lleno de misterios y emociones. disfrútalo.
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"Parte 3 Cap.1"
La noche latía lentamente con la luna llena brillando sobre el, mientras Alex caminaba sin rumbo fijo, alejándose del cráter donde su vida había cambiado para siempre. Las lágrimas aún humedecían sus mejillas, secadas a medias por el viento nocturno. A cada paso, la promesa de Rei y la amenaza de Mamon resonaban en su mente, mezcladas con la duda y el miedo. "¿Cómo podré luchar contra monstruos así, si ni siquiera pude resistir un solo golpe...?", pensó, con el corazón desgarrado.
Fue entonces cuando algo curioso ocurrió.
Un gato negro apareció en su camino, silencioso como una sombra.
Su pelaje era azabache, salvo por una marca blanca en su frente con forma de cruz, sus ojos brillan con un dorado sublime, lleva una gran placa de plata colgando de su cuello en un cinto rojo carmesí, en el un nombre grabado "KURO".
Alex, amante de los gatos desde pequeño, intentó acariciarlo, buscando un momento de consuelo. Pero el felino esquivó hábilmente cada intento, saltando con agilidad sobrenatural.
Sin pensarlo, Alex lo persiguió, saltando tras él. Al principio fue torpe, pero en cuestión de segundos, sus piernas comenzaron a impulsarlo con fuerza descomunal.
Saltaba metros en el aire, a velocidades imposibles.
Su cuerpo respondía con una agilidad que nunca antes había conocido. Finalmente, logró atrapar al escurridizo gato... solo para darse cuenta de que estaba parado sobre las vías de un tren elevado.
-No está nada mal, chico -dijo de pronto el gato, con una voz grave y masculina.
Alex, estupefacto, lo soltó de inmediato.
-¡¿Hablas...?!
-Claro que hablo -respondió con naturalidad-. Tu alma pudo asimilar el poder de Rei. Tienes potencial para convertirte en un gran exorcista... si no mueres antes, claro.
-¿Qué está pasando...? ¿Quién eres? ¿Cómo sabes todo esto?
-Sígueme -dijo el gato, ignorando sus preguntas-. Si quieres aprender a sobrevivir y cumplir tu promesa... ven conmigo.
Alex dudó, pero no tenía otro camino. Ahora sin hogar, sin respuestas, y con un poder que no comprendía, decidió seguir al extraño felino.
Después de un rato, se dio cuenta de que estaban en medio de un bosque que no recordaba haber cruzado. El aire olía distinto. El cielo parecía más brillante.
-¿Dónde estamos? -preguntó.
-Felicidades -ronroneó el gato-. Has atravesado la Barrera. Solo las almas puras pueden hacerlo. Se llama el Sueño del Viajero. Te transporta sin fatiga, pero olvidas el trayecto.
Frente a ellos, un árbol gigantesco alzaba sus raíces como brazos. El gato tocó una de ellas y un portal de luz verde emergió entre los troncos. Sin mirar atrás, lo atravesó. Alex tragó saliva y lo siguió.
Al otro lado, el paisaje era surreal. Un vasto prado verde se extendía hasta donde la vista alcanzaba.
A lo lejos, un castillo oscuro, antiguo y tétrico, se alzaba como un centinela dormido bañado por la luz de la luna llena. Aunque inquietante, exudaba una energía sacra.
El gato se subió al hombro de Alex y susurró:
-A casa.
Una luz cegadora lo envolvió y, al parpadear, se encontraba frente a una enorme puerta de madera, maltratada por el tiempo y la violencia.
-No hables, pase lo que pase -le advirtió el gato.
La puerta se abrió lentamente. Un hombre alto y delgado, con una túnica sacerdotal rota y manchada de sangre, los esperaba. Sus ojos cansados y su rostro endurecido por la guerra hablaban de mil batallas.
-Maestro Temerio -dijo el gato de manera directa-. Rei se ha ido... Este joven lleva su poder. Mamon se prepara para una guerra, y necesitamos entrenarlo.
El sacerdote asintió con pesar.
-Entrad. Luego hablaremos.
Dentro, el castillo reveló su cruda realidad: no era un lugar de gloria, sino de ruina. Casas destruidas, enormes zarpazos en los muros de las casas que aun ardían, calles llenas de escombros, humo negro elevándose al cielo. Cuerpos sin vida cubiertos por mantas eran alineados por caballeros de mirada sombría. Algunos pobladores lloraban al reconocer a sus seres queridos.
Alex, abrumado por la escena, se volvió hacia el gato.
-¿Qué pasó aquí?
El gato bajó la mirada, y con una voz apenas audible, respondió:
-Mamon... eso pasó.
Alex sintió un nudo en el estómago. El mundo que conocía había quedado atrás. Frente a él solo quedaba un nuevo destino: uno que se forjaba en fuego, lágrimas y luz sagrada.
Continúa...
El primer capítulo llegará a éste punto. Por ahora, si el destino así lo quiere se seguirá narrando esta leyenda. De aquel niño que comprendió la parábola... "La vida se vé al filo de un cráter y un ángel con las alas rotas".
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