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Casados Y Al Borde Del Caos (OMEGAVERSE)

Casados Y Al Borde Del Caos (OMEGAVERSE)

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Omegaverse / ABO
Popularitas:2.3k
Nilai: 5
nombre de autor: GEMINI_K

Jay y Gio llevan juntos tanto tiempo que ya podrían escribir un manual de matrimonio... o al menos una lista de reglas para sobrevivirlo. Casados desde hace años, su vida es una montaña rusa de momentos caóticos, peleas absurdas y risas interminables. Como alfa dominante, Gio es paciente, aunque eso no significa que siempre tenga el control y es un alfa que disfruta de alterar la paz de su pareja. Jay, por otro lado, es un omega dominante con un espíritu indomable: terco, impulsivo y con una energía que desafía cualquier intento de orden.

Su matrimonio no es perfecto, pero es suyo, y aunque a veces parezca que están al borde del desastre, siempre encuentran la forma de volver a elegirse

NovelToon tiene autorización de GEMINI_K para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

### ** Capítulo 4: Feromonas y Venganza**

Horas después, Jay llegó a casa con su maletín de bocetos y un aire de victoria.

Entró al apartamento que compartía con Gio y encontró al alfa en la cocina, sin camiseta y solo con un pantalón de pijama bajo en la cadera.

Jay se detuvo por un segundo, mordiéndose la lengua para no admirar demasiado la vista. No iba a darle esa satisfacción.

—¿Y tú qué? —preguntó Gio, apoyado en la encimera mientras bebía agua—. Pensé que vendrías enojado por lo de esta mañana.

Jay dejó su maletín en la mesa y sonrió con una dulzura inquietante.

—Oh, lo estoy.

Gio arqueó una ceja, divertido.

—¿Sí? Porque te ves bastante contento para alguien que se pasó la mañana morboseandome.

Jay entrecerró los ojos.

Maldito.

Respiró hondo, conteniéndose. No iba a caer en su juego.

En cambio, activó su propio plan.

Se acercó lentamente a Gio, con una expresión calculadora, y antes de que el alfa pudiera reaccionar, deslizó las manos por sus hombros y su cuello con lentitud.

Gio frunció el ceño.

—¿Qué estás—?

Pero entonces, el aroma cambió.

Jay liberó sus feromonas de omega dominante con precisión quirúrgica.

No un estallido fuerte.

No algo descarado.

Solo lo suficiente para envolver a Gio en un estado de deseo insoportable.

El alfa se tensó de inmediato.

Su respiración se volvió pesada.

Su agarre alrededor del vaso se aflojó, como si su cuerpo repentinamente se sintiera más liviano y, al mismo tiempo, incapaz de moverse.

—Jay… —Gio intentó sonar firme, pero su voz salió grave y densa.

Jay sonrió, disfrutando de la reacción.

La misma arma que Gio usó contra él en la oficina… ahora estaba en sus manos.

—¿Pasa algo, amor? —preguntó con inocencia fingida, deslizando sus dedos por el cuello de Gio, justo donde su glándula alfa palpitaba con fuerza.

Gio tragó en seco.

Intentó mantenerse firme, pero su cuerpo reaccionaba por instinto.

El aroma de Jay lo estaba envolviendo, haciéndole hervir la sangre, encendiendo cada fibra de su ser.

Jay se inclinó, dejando un susurro cerca de su oído.

—¿Recuerdas lo de esta mañana? Qué curioso, porque yo también.

Y antes de que Gio pudiera hacer algo, Jay se apartó de golpe.

Cerró el frasco.

Dejó de liberar su aroma, quitándole a Gio el calor que ya empezaba a consumirlo.

Gio gruñó frustrado.

Jay le sonrió con pura malicia.

—Diviértete con eso, cariño —dijo, y se alejó con calma, dejando a Gio ardiendo en su propio deseo insatisfecho.

Venganza perfecta.

Gio entrecerró los ojos.

—Muy bien. Tú lo pediste.

Y antes de que Jay pudiera reaccionar, Gio se movió. En un solo segundo, el alfa ya lo tenía atrapado entre sus brazos, alzándolo del suelo como si no pesara nada.

—¡GIO! ¡BÁJAME, MALDITO!

—No hasta que aprendas la lección.

—¿QUÉ LECCIÓN?

—Que no puedes provocarme y salir ileso.

Jay pataleó, pero Gio lo llevó hasta el sofá y lo dejó caer sobre su regazo, sujetándolo firmemente contra él.

—Agh, ¡te odio!

—Lo sé —susurró Gio con una sonrisa peligrosa, acercándose a su cuello—. Pero igual te amo.

Jay sintió el aliento cálido del alfa rozando su piel y supo que estaba jodido. Gio era demasiado bueno en esto.

Jay forcejeó, pero era inútil.

Los brazos de Gio lo mantenían atrapado, su pecho firme presionando su espalda, y para empeorar las cosas, el maldito alfa olía jodidamente bien.

Demasiado bien.

El calor de su cuerpo lo envolvía como una maldita trampa.

—Suéltame, animal —gruñó Jay, intentando alejarse, pero la risa ronca de Gio vibró contra su piel.

—¿Por qué? Si claramente te gusta.

Jay iba a responder con alguna grosería, pero entonces sintió los labios de Gio rozar su cuello.

Su aliento cálido y su toque apenas perceptible lo hicieron contener la respiración.

Mierda.

—¿Sabes qué es lo malo de ser un omega dominante? —susurró Gio, dejando un suave mordisco en la piel expuesta de su cuello—. Que tus feromonas pueden ser muy fuertes… pero yo sigo siendo un alfa dominante.

Jay se estremeció.

Porque lo sabía.

Porque lo había olvidado por un segundo.

Porque, joder, Gio tenía razón.

El alfa aprovechó su distracción para deslizar una mano por su cintura, sujetándolo mejor contra su regazo.

Jay jadeó suavemente al notar el evidente efecto que su pequeño jueguito había causado en Gio.

Oh, mierda.

El omega se revolvió con más fuerza, intentando escapar antes de que esto se saliera de control, pero Gio no lo dejó.

—¿A dónde crees que vas? —ronroneó Gio, mordiendo su oreja con suavidad—. Fuiste tú quien empezó esto.

Jay apretó los dientes.

Tenía razón.

Pero ni de broma iba a admitirlo.

—¡Era una broma, idiota!

Gio soltó una risa grave, deslizando los labios hasta su mandíbula.

—¿Sí? Pues a mí no me pareció graciosa.

Y sin darle tiempo a reaccionar, el alfa atrapó su barbilla con los dedos y giró su rostro lo suficiente para aplastar su boca contra la suya.

Jay soltó un gemido ahogado, sorprendido, pero Gio no le dio tregua.

El beso fue firme, profundo, exigente.

Un castigo.

Una venganza.

Jay sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

Intentó mantenerse firme, pero su cuerpo lo traicionó.

Sus labios se entreabrieron instintivamente, permitiéndole a Gio profundizar más, dejando que su lengua explorara con descaro, con hambre, con ese maldito poder de alfa dominante que hacía que todo su cuerpo se sintiera más caliente.

Oh, no.

Esto iba a terminar mal.

O muy, muy bien.

1
Lucero Solorzano
hay me encanta espero más capítulos por favor me que de con expectativas que dirá GIO...aaaaaaa que emoción
Lucero Solorzano
hola espero con ansias más capítulos espero y no lo dejes a la mitad...
Lucero Solorzano
Guau excelente hasta donde voy me gusta no es la clásica novela donde hay odio.amor o divorcio.aunque también me encantan muchas gracias tienes otras novelas me puedes dar los nombres.👍👍
Nidia Mojica
Gio quiere ser papá.
Nidia Mojica
Jajaja ese Gio es tremendo, traumados los suegroa de Jay.
Nidia Mojica
Jajajaja esos dos no aprenden.
Nidia Mojica
Huy ese señor si que da miedo.
Sofi
me encanta
Muriel
Quiero más aventuras🎈
Sayuri//acuario
Después de leer tu historia, me he quedado con ganas de más. Necesito saber qué pasa después. 😫👀
ZodiacKiller
😍Es genial, sigue así.
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