El Amor De La Doctora

entonces ¿no estás casada? - le pregunto insistente , y añadió todavía incrédulo - ¿verdad que no eres lelia rojas?.

- no, no lo soy- replicó con un falso tono alegre - y tu pregunta se responde de manera negativa, tampoco estoy divorciada. Soy una mujer dedicada en cuerpo entero a mi trabajo. ¿Satisfecho doctor?.

- no tengo más remedio ¿verdad ? Inquirió a su vez, con un matiz de sarcasmo que la inquieto.

Su intuición le decía que aquel hombre tenía una actitud algo extraña con las mujeres ¿habrá sido quizás víctima de algún desengaño amoroso?, se preguntó, sediento una vez más a la atracción que sentía por él. A esa altura de su vida ya tenía suficiente con su trabajo y no le quedaba ninguna gana de comprometerse emocionalmente con nadie.

Nuevamente, su instinto le advertía que ese hombre podría acarrearía problemas.

-¿Y qué hay de tu estado civil, ya qué hemos abordado el tema?- le pregunto ella a su ves- puedes también ilustrarme sobre cualquier asunto de naturaleza íntima que desees, dado que tan curioso te as mostrado hacerca de mi.

en aquella ocasión Javier se relajo visiblemente , esbozando una sonrisa, que a ella la afecto de sobre manera , tal y como había hecho hace diez años, cuando ella solo era una adolescente de dieciséis años, confundida y desorientada.

- no , no estoy casado - respondió después de una ligera vacilación y añadió, con cierta amargura - Y tampoco divorciado .Si, hubo alguien que ... pero eso terminó, en todos los sentidos de la palabra.

- Yo...no quería pecar de indiscreta...- quiso disculparse .

- ¿NO? .. ahora mismo tengo tres o cuatro amigas, con las que mantengo relaciones poco profundas.

- ¡ oh ! exclamó , más afectada de lo que le habría gustado .

Javier Paredes era un maduro, cuyo atractivo se había multiplicado desde los tiempos en que sólo era un estudiante de medicina algo idealista - ¡tres o cuatro!- ¡¡wauu!!- y a ti te parece algo normal ??

por fin Javier se hecho a reír y lety dejó salir un suspiro de alivio .

- si te digo la verdad , ya no se lo que es normal o no -

<< yo si lo se >> pronunció ella en silencio. << cuando te conocí siendo adolescente, tu parecías el único ser normal y cuerdo en aquella locura >> ¿ porque no le revelaba de una ves su verdadera identidad?, se contuvo , necesitaba tiempo para pensar.

Cuando lo conoció, lety solía pintar su cabello de negro azulado . Cambiarse el color del cabello había sido como un símbolo de afirmación de su personalidad , en aquellos días se maquillaba mucho . sólo sus ojos , de un precioso verde claro , no habian cambiado . Eran los mismos que el doctor Javier no dejaba de contemplar en aquel instante y que tan maravillosamente contrastaba con su melena rojiza.

nunca se había sentido contenta con su color natural de pelo, de un castaño levemente claro.

¿como es que nunca te vi en el hospital? - le pregunto el - Yo soy relativamente nuevo allí, pero deberíamos haber coincidido al menos en algún momento .

es un lugar muy grande , y el departamento de urgencias , es una casa de locos . Habrás estado allí alguna vez.

- varias.

Generalmente, me tienen escondida en alguna de las salas de operaciones , poniéndole los pu.

ntos a algún paciente , entubado, haciendo algún lavado de estómago curando heridas de balas , de naranja ... ese tipo de cosas . No suelo quedarme todo el tiempo sentada detrás de un escritorio, derrochando amabilidad... ya sabes …

-Parece que te gusta tu trabajo - sonrió Javier .

Me encanta - aseveró, cuando entraba en el comedor.

-Hey , venga a tomar con nosotros el café, doctora - la llamo Carlos desde el otro extremo de la sala . Estaba al lado de una de.las cuatro grandes cafeteras que se mantenían en funcionamiento durante todo el día.

Satisfecha de aquella interrupción, lety se dirigió hacia allí abriéndose camino entre la multitud de clientes .

Me encanta venir aquí- le comento a Javier- y ver como toda esta gente con tanto sufrimiento puede disfrutar al fin una buena comida.

No me va a presentar al nuevo doctor - le pregunto Carlos , cuando se acercaron , sosteniendo las dos tazas de café que pensaba ofrecerles.

Carlos - pronunció ella - está es el doctor Javier Paredes, Javier, te presento a Carlos .

- encantado - contesto Carlos, con su característica vos áspera.

Mientras lety agregaba leche a su café y se servia un pastel de arándanos, los hombres continuaron charlando.