capitulo 1

Hey , señorita... ¿ no la conozco yo a usted ?

su cara me resulta familiar ...

la profunda vos masculina resonó a su lado mientras la doctora Leticia Dames mantenía hubiera la pesada puesta de roble de la clínica San José, flanqueado la entrada a los primeros clientes , todos ellos personas sin hogar , que llevan esperando desde el amanecer , para ser atendidos .

Leticia se tensó , abriendo mucho sus ojos verdes . por un segundo o dos el corazón dejó de latirle , para emprender luego un ritmo acelerado.

Con toda deliberación no miro en dirección a la vos , para concentrarse en el flujo de gente que estaba entrando . No era que pretendiera ignorar a ese hombre ... simplemente necesitaba tiempo para serenarse.

Era una vos atractiva , con un leve matiz de diversión y de burla . diez años habían pasado desde k la escucho por última ves . su reconocimiento se presentó acompañado de un sentimiento de alegría y de fatalismo a la ves , como si evocaba un fantasma del pasado .

Un pasado que había creído dejar atrás, un episodio que a esas alturas habría debido olvidar .

Eran las ocho de la mañana de un día que prometía ser ajetreado, largo y de un calor sofocante en la clínica San José .

El trabajo en la clínica resultaba resultaba gratificante , pero nada fácil, era como un escenario de los acontecimientos más inesperados . y era precisamente por eso por lo que leticia no estaba preparada para soportar ningún enfrentamiento emocional , y aquel menos que ninguno .

- buenos días lety , la saludo uno de los hombres que entraba , un paciente abitual . tenía el rostro curtido por la vida a la intemperie, y generalmente dormía en uno de los parques cercanos en los meses de verano . sus únicos vienes , aparte de las prendas que llevaba , se reducían a la mochila que cargaba en los ombros .

junto con las otras personas que acudían a la clínica y al centro de acogida , solía acudir al comedor social , donde servían un desayuno caliente . más tarde tomaría una ducha , se cortaría el pelo , utilizaría un servicio de lavandería para lavar la ropa y acudiría a un médico o a un odontologo balneario.

-Buenos días Carlos- leticia le sonrió, todavía con un nudo en la garganta , a la espera de que la otra vos volviera a preguntar - me alegro de volver a verlo .

- Yo también- repuso el hombre . su vos especialmente grave denotaba un abuso de tabaco .

Durante aquellos escasos segundos que estuvo hablando con Carlos, la mente de leticia retorno al pasado , un pasado que había creído olvidado . después de todo lo que el había hecho por su bienestar , ella solo le había enviado una única y simple carta , expresándose su agradecimiento .

Extrañamente aún seguía experimentando aquel sentimiento de íntima vergüenza. Y eso era algo que leticia tenía en común con la gente que frecuentaba la clínica y el centro de ayuda , ya que la mayoría de aquellas personas tenían algo que esconder a los de más o incluso a ellas mismas .

a menudo , durante aquellos últimos diez años se había preguntado si el intentsria localizarla .

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