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El Loto Negro —el Renacer De Un Jade—

El Loto Negro —el Renacer De Un Jade—

Status: En proceso
Genre:La Vida Después del Adiós / Reencuentro / Apoyo mutuo / Amor eterno / Demonios / Reencarnación
Popularitas:813
Nilai: 5
nombre de autor: Xueniao

Tras haber ganado la guerra entre los tres reinos y revivido al loto blanco, Liú Huó, rey del inframundo , se verá envuelto en una nueva travesía lleno de obstáculos en sus camino.

Nuevos enanemigos amenazara la paz de la corona en busca de venganza y poder. Pero esta ves será la prueba del Loto Blanco, quien tendrá que tomar el poder que por sangre siempre le correspondió y, poner fin a las calamidades de atormentan la tranquilidad y el equilibrio entre los imperios.

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Una difícil decisión

La mañana era fría como de costumbre en las tierras de Hēiyù, Yang Měi había ido con Chou Tài a la frontera sur del imperio infernal y, yo simplemente me dedicaba a divagar mientras esperaba que Lu Xiao terminara todos sus asuntos.

Llevábamos un año en DíYú y aunque solo estábamos como invitados en el palacio, ya lo habíamos tomado como nuestro hogar, al igual que las personas que conformaban nuestro círculo más cercano dentro de estas vastas tierras infernales. A decir verdad, este lugar era como volver a estar en WūYā de cierta forma, tenía una pequeña similitud con el mundo mortal. Y a pesar de que Hēiyù era una fiesta sin descanso, los habitantes que la conforman, se rigen fielmente a las leyes impuestas por su monarca. Aunque decir que alguien se alzara en su contra, es lo mismo que pensar en el suicidio, más aún cuando Liu Huó ha sido nombrado el ser más temido en los tres reinos, el gran soberano que derrotó la corrupción del imponente Jade.

Una batalla entre cielo e infierno que durante miles de años se esperó, claro que nadie pensó que Liu Huó tuviese realmente la oportunidad de destronar al emperador. Desde entonces los cielos han intentado hacer notar su presencia aclamando que el mal ganó y que la estabilidad en el universo se verá afectada.

Proclaman un nuevo Yù Huáng dàdì y aun cuando Xuě Tiān corresponde por linaje, esto no es algo con que negociar, lo que su Alteza más quiere, es cortar todo contacto con los seres que le arrebataron su nación, y el gran dilema ante mis ojos, son las constantes misivas que llegan de los cielos. Según la ley establecida entre los tres reinos en nombre de la paz, todo desertor debe ser castigado de la forma que mejor les parezca a los soberanos de su nación. . No teniendo soberano, con la emperatriz presa en Yánluó y con el príncipe heredero desaparecido, el reino celestial no ha logrado imponer un castigo acorde la ley ni a Yang Měi, ni a mí, pero es cuestión de tiempo a que esto requiera una apelación y se designe a algún ministro celestial de alto rango para que lo haga. Así son los cielos, corruptos, sucios y vengativos, se han visto traicionado por dos simples dioses de menor rango, no es algo que puedan dejar pasar, mucho menos ahora que Liu Huó tiene el poder.

«Suspiro hondo» No me había dado cuenta de que había llegado tan alto en el palacio hasta que mire por la ventana el espléndido paisaje que rodea tal lugar. —Quien hubiera imaginado que el imperio infernal fuere realmente hermoso...

«Risa suave» me volteé a ver de dónde provenía esa suave risa que cosquilleaba en mis oídos y allí estaba, Lu Xiao estaba parado frente a mí, con sus pies y brazos cruzados mirándome fijamente mientras cargaba el peso de su cuerpo en la pared. — ¿Qué es lo que te hace perderte tanto en tus pensamientos, para que ni siquiera te des cuenta de que te he seguido todo el camino hasta aquí?

Le miré sorprendido, pero inmediatamente una sonrisa se coló entre mis labios y me acerqué a él a paso firme. Me detuve a solo un paso de él mirando detalladamente cada facción de su cara, y sonreí mientras llevaba mi mano a su cintura. Era un acto tan natural, luego de la guerra, tanto él como yo habíamos tomado muy en serio no perder ni un solo minuto más en retenernos y fue así que una relación nació fluidamente con el paso de los días. Lu Xiao escuchó y llevó lentamente una de sus manos a mi cuello, deslizó sus fríos dedos por él hasta llegar a mi nuca y hábilmente me jaló hacia sus labios para sellar los míos con un corto beso. —¿Y bien? ¿Me dirás en qué pensabas?

Susurró suavemente separando solo milímetros nuestros labios. Sus ojos eran brillantes, tenían una luz en ellos que congelaban mi alma y hacían una explosión de sentimientos dentro de mí. Sus preguntas resonaron en mi cabeza y aunque no quería desperdiciar mi tiempo en tonterías, sabía que insistiría hasta que dijese lo que tenía en mi cabeza. De alguna forma sabía leerme de la mejor manera. —En ti...

Fueron las únicas dos palabras que pude formular, y aunque no era todo, era la causa principal de todos mis pensamientos, porque en este momento, lo único que tenía en mi cabeza, era que si en algún momento tenía que partir, estaría lejos de Lu Xiao demasiado tiempo y, no era algo con lo que estuviese de acuerdo. Él se alejó levemente mirándome a los ojos, sabía que estaba desconforme con mi respuesta, pero supongo que mi cara estaba demasiado contrariada, porque solo escuchó dulcemente y acarició mi cabeza acomodando mi cabello. — ¿Qué es lo que está mal? Li Song.

Sonreí ante sus actos y me deje caer reposando mi cabeza en su hombro. —Llegó una nueva misiva desde los cielos, quieren que Yang Měi y yo, nos reportemos para imponer el castigo de acorde a nuestros crímenes...

Sentí cómo el cuerpo de Lu Xiao se tensó por completo, suspiró hondo y llevó lentamente sus manos a mi espalda apegándome a él. —No tienes que ir, no vayas... quédense aquí, quédate conmigo.

Sonreí, sabía que diría aquello y, sería lo más viable, pero con Liu Huó en mal estado y, lo delicado que está el término de paz entre los reinos, cualquier cosa será tomada por los cielos en una excusa de provocar una nueva guerra. Y simplemente no podía arriesgar lo que tanto tiempo nos costó. Xuě Tiān también merece vivir en paz, por lo menos dejar todo conflicto por un largo tiempo. —Debo ir, lo sabes, ellos buscarán cualquier excusa para provocar a Liu Huó.

Sentí cómo los puños de Lu Xiao se apretaron junto a mi túnica. —No, me pides que te deje ir a que te lastimen... no puedes pedirme algo como eso.

Me separé lentamente de él y posé mi mano en su mentón levantando su mirada. —Lo siento Xiao-Di, yo teng-

—¡No! No tienes que ir, no tienes que cumplir con nadie más que conmigo, la guerra terminó, Xuě Tiān está vivo... no le debes nada a nadie, solo a mí.

Los ojos de Lu Xiao se empañaron, pero nada salió de ellos, su piel fría no cambiaba de tonalidad aun cuando sabía que la ira y el miedo le consumían en este momento y, ante aquellos pensamientos lograron leer tras de mí. —Es un cuerpo falso, pero mi alma sigue siendo verdadera, si esa es tu excusa para irte, entonces no te vuelvas a acercar a mí nunca más.

Su mirada se tornó más fría que su piel y, mi cuerpo se congeló de una forma dolorosa, sentí cómo se alejaba de mí y solo faltaron dos pasos para cuando me di cuenta, y ya lo volvía a tener totalmente atrapado entre mis brazos y la pared. . Me miraba fijamente con ira y tristeza, me sentí un idiota en ese momento, pero las palabras no salían por lo que solo besé su frente y repose la mía unos segundos sobre la suya; acomodando mis pensamientos, las ideas, incluso las palabras que brotaban idiotamente sin sentido de mi boca. —Lo siento, de verdad lo siento... Juro que no es lo que quise decir.

Lu Xiao no dijo nada, simplemente bajó la mirada mientras apretaba fuertemente los puños de sus manos, deslice las mías hasta topar las suyas y las acaricié suavemente en espera de que soltara el fuerte agarre. —Por favor, mírame...

Él levantó la mirada, sus ojos aún están fríos, hacía mi corazón doler, pero sabía que era justo. Yo había lastimado descaradamente el de él. —No es como crees, no usaría tu cuerpo ni tu condición como una excusa, por favor, créeme...

Una traviesa lágrima rojiza se escapó de sus ojos y mi corazón terminó por romperse ante mi idiotez. —Quiero no ser un dios, quiero quedarme a tu lado, por eso debo ir...

Aquellas palabras incluso causaron sorpresa en mí luego de pronunciarlas, pero ver que las lágrimas pararon, fue suficiente para saber que aquello era lo correcto. —¿Sabes que no es fácil dejar los cielos?

Sonreí socarronamente mientras deslice una de mis manos a su mejilla acariciándola. —De igual forma nos van a degradar... todo lo que me importa esta en este lugar, en este palacio. Yo realmente jamás sentí pertenecer a los cielos, contigo a mi lado, solo tengo un hogar y es donde tú estés Xiao ge.

La sonrisa radiante y el calor en sus ojos se volvió a hacerse presente. Se aferró a mí y sentí sus fríos labios besar mi cuello. —Si deja que te toque un solo pelo, juro que los destruiré y no dejaré que me toques durante cien años A-Song.

No pude evitar reír estruendosamente mientras lo abrazaba aferrándome a él, chocó su nariz con la mía en un suave roce y picoteó mis labios mientras se dejaba llevar por el calor de nuestros actos. —Entonces tendré mucho cuidado, no podría soportar tanto tiempo sin tocarte, Xiao ge es una tentación imposible de abstener.

—Es bueno que lo sepas, porque tampoco me tocarás más que esto... hasta que vuelvas a mí.

Sentí cómo su cuerpo se separó del mío rápidamente y salió corriendo entre los pasillos. —Silencio, al amo Huó no le gustan los gritos...

Su risa resonaba entre mis oídos mientras caminaba rápidamente tras de él. —Entonces no te escapes ¿Cómo es eso de que no puedo tocarte hasta que vuelta? Xiao ge~

Carias al corazón.

Estaba tan perdido entre el calor que me brindaron sus brazos, que no me di cuenta cómo el tiempo pasó hasta que mi cuerpo decidió recordarlo «gruñido de estómago». Mis mejillas se colorearon y torpemente tapé mi cara, sabía que lo había escuchado, fue un sonido claro y estaba totalmente apegado a mi pecho. —Yo... yo no...

Su suave risa se hizo presente, sus mejillas se abultaron sosteniendo el aire, se inclinó besando mi cuello sin dejarme bajar de sus piernas y me apretó fuertemente levantándome entre sus brazos mientras él se paraba; me miró fijamente a los ojos y sonriendo con calidez. Una calidez que jamás creí que me dedicaría a mí. —Es tarde, la comida ya debe estar lista, su Alteza es demasiado ligero, ¿No ha comido bien últimamente?

Negué suavemente aún perdió el brillo de sus ojos, sus palabras entraban provocando pequeños cosquilleos en mis oídos y no pude evitar sonreír e inclinarme para besar su mejilla en un acto torpe para demostrar mi sentir. Él simplemente me miró sorprendido y se detuvo. — Yo ¿hice algo mal?

Liu Xin no dijo nada, ni siquiera me miró y ello empieza a asustarme, intenté bajarme de sus brazos removiéndome un poco, pero detuvo mi actuar apegándome a él con más fuerza. Intenté mirarlo y hablar nuevamente, pero sentí cómo su cabeza se hundió entre mi cuello y su respiración hizo que el cuerpo vibrara. —Xuě Tiān... Harás que mi corazón explote si haces cosas como esas, yo... no sabes cuánto tiempo he esperado por ti y cómo he deseado tenerte entre mis brazos, si usted se comporta de esta manera, yo no sé cómo retenme...

A pesar de que no entendí la mitad de lo que dijo, no pude evitar sonreír y abrazar fuertemente su cabeza, asentí levemente y solo dije lo primero que vino a la mente y lo primero que sintió mi corazón. —Entonces no tienes que retenerte Liu Xin

Sentí cómo se despegó de mí de un golpe, me miró con los ojos completamente abiertos y sus mejillas empezaban a teñirse de un color rojizo que hizo replantearme lo dicho. —Su Alteza... realmente no sabe lo que está diciendo ¿Cierto?

—Yo... ¿Dije algo inapropiado? Solo pensé que hace mal guardar tanto tiempo las cosas y entonces...

Su risa volvió a resonar entre mis oídos y besó mi mejilla acallando todo acto. —Su alteza no dijo nada malo, es este torpe general que piensa inapropiadamente.

No entendía, realmente no lo hacía, pero la sonrisa en su rostro me decía que todo estaba bien, por lo que simplemente no insistí y dejé que me llevara a dónde quisiera. —Alteza, no diga cosas como esas a nadie más que a mí, puede que otros también malinterpreten sus palabras...

Lo miré sorprendido pero solo asentí. —Está bien, mediré mis palabras... ¿Realmente dije algo tan extraño?

—No, solo... estamos en el plano infernal Alteza, la mente de los seres en este lugar, es totalmente perversa, sobre todo para alguien como usted, buscarán corromperlo y no puedo permitir tal bajeza.

Sonreí ante sus palabras, era raro, todo era diferente, pero aun así, era él, y me hacía completamente feliz, tan feliz que podría acostumbrarme a esto para... —siempre...

—¿Su alteza?

Negué levemente y sonreí. —Nada, solo habla para mí.

—Mm

Rodé su cuello con mis brazos y cerré los ojos dejándome llevar por su calor. —Liu Xin es tan cálido...

Nota de autor:

Xuě Tiān: recuerden que en mi mente solo tengo 16 años, no me condenen por mi ignorancia, realmente no entiendo al general Liu.

Liú Huó: El contenido +18 aun no esta permitido para este rey, mi esposa es joven...

Autora: El cerdo se quiere comer al repollo de mi familia "Buscando el bate"

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