Cuando José Luis conoció a Violeta, no sabía a lo que se dedicaba.
Ella intentó cambiar de vida, pero las circunstancias no la dejaron.
Su vida siempre fue muy dura. El amor, la pasión, el sexo, hicieron presa de ella...
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La casa de Patricia
Así es el amor, llega cuando menos te lo esperas y José Luis estaba perdidamente enamorado de Violeta aunque no la conocía aún. Su sola presencia bastaba para llenar su alma.
"¿Cómo es que me fui a enamorar de ti si no te conozco?", se decía José Luis.
José Luis, disimuladamente le tomó una foto para tenerla de recuerdo por siempre, porque sabía que no tendría ninguna oportunidad con elél, ya que tenía a su novio.
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En los próximos días Violeta se dedicó a salir con Jairo, quien la llenaba de atenciones, y ella estaba muy contenta con él. Se empezaba a enamorar de él.
Santiago la veía muy cambiada y se decía que tal vez había gato encerrado, porque la chica ni protestaba ni se quejaba.
Ese día Violeta llegó de la calle muy contenta y su padre la vio.
Oye tú, ven acá, le dijo cuando la vio entrar por esa puerta.
Dígame, padre. Violeta se cohibía tanto cuando veía a su padre, le daba mucho miedo.
¿De dónde vienes tan contenta? ¿crees que no me he dado cuenta de tu gran cambio? ¿Acaso ya no te importa la universidad?
Claro que sí me interesa papá, pero, ¿qué puedo hacer?, la maestra me dio oportunidad de terminar este semestre y después le pagaba. Yo pienso trabajar para pagar mis estudios.
De pronto Santiago se puso a reír, pero más de burla que de contento.
¿Y en qué puedes trabajar tú, si eres una niña estúpida? No sanes hacer nada, nadie te va a querer contratar.
No digas eso papá, te aseguro que se hacer muchas cosas, se defendió Violeta.
Pues haz lo que quieras, pero te aseguro que si me sales con tu domingo siete soy capaz de matarte.
Por supuesto que no, papá te aseguro que sabré cuidarme. Pero de que sigo estudiando, sigo estudiando.
Ay, ¡qué tonta eres!, y Santiago se fue riendo a carcajadas.
Violeta se puso a llorar, no toleraba que su padre se riera de ella. Aún así ella quería mucho a sus padres.
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Violeta se encontraba con Jairo, estaban sentados en una banca de un parque.
¿Porque estás tan seria, Violeta?, ¿te pasa algo, mi amor?
Es que necesito encontrar un trabajo, tengo que pagar mi universidad.
Mi amor, te voy a proponer algo, sé que no es lo correcto, pero si haces lo que te digo saldrás de pobre muy pronto y podrás ayudar hasta a tus padres y seguir pagándote tu universidad.
¿De verdad? ¿Y de qué se trata?
Quiero que entres a trabajar a mi casa de citas. Cualquier hombre se sentiría orgulloso de andar contigo. Eres tan hermosa.
Pero, Jairo, mi amor, ¿cómo me pides que entre a trabajar a ese lugar?, Violeta estaba muy indignada.
Tranquila, mi amor. Míralo por el lado amable. Tendrás mucho dinero y podrás pagar todo lo que tú quieras y si te gustan las joyas con más razón.
Podrás pagar la deuda de tus padres, continuó diciendo Jairo. Ellos regresarán a su vida habitual, además, no tienen por qué darse cuenta.
Pero, mi amor. Eso significa que yo me prostituya. Y eso no me gusta, no va conmigo, me han educado en los valores más estrictos.
Lo sé, mi amor. Pero eso no quiere decir que tú vayas a ser mala, es un trabajo como cualquier otro y tu alma no se corromperá.
¿Y qué pasará con nuestro noviazgo? ¿Tú estarás de acuerdo que yo me acueste con otros hombres?, dijo Violeta, temerosa de la reacción de él.
Por eso no te preocupes, mi amor. Tú y yo seguiremos siendo novios. Quiero que sepas que te amo demasiado y no me interesa lo que hagas después. Nuestro amor seguirá intacto, nada ni nadie nos separará.
Jairo la empezó a besar y ella se dejó. Jairo le pidió, muy sutil, que fueran a un lugar más tranquilo.
Ella aceptó, más porque ya no quería ser una niña, que porque lo amara. Pero ya estaba decidida, nada la haría desistir de su idea.
Jairo la llevó a un hotel de 5 estrellas.
Allí la empezó a besar, primero fueron unos besos castos, pero luego fueron subiendo de tono. Ella al principio se asustó, se quiso separar, pero Jairo la convenció con toda delicadeza.
Poco a poco le fue quitando la ropa, prenda tras prenda, una por una, hasta quedar totalmente desnuda.
Ella se cubrió con las manos sintiendo pudor, pero él se las quitó admirando su belleza.
No tengas miedo, amor, esto es lo más natural del mundo, le dijo Jairo para tranquilizarla.
Poco a poco, Violeta fue agarrando confianza. El hombre mayor que ella por algunos años, la tomó con toda delicadeza, y después arremetió con ella como un lobo sediento de carne fresca.
Las manos de Jairo parecían volar por todo el cuerpo de ella, descubriendo que en realidad era virgen. Se sintió más feliz de saber que él fue el primer hombre en su vida y ya de ahí sabrá Dios con cuántos más iba a tener sexo.
Tuvo una intensa sesión de sexo con esa mujer tan hermosa y apetecible.
En cuanto pasó todo, Jairo se levantó, se dio una ducha y se preparó para ir y dejar a Violeta a su casa.
La dejó a varias cuadras para que su padre no se enterara de nada.
Te veo mañana a las 9 de la mañana, te voy a presentar a la jefa de la casa.
Está bien, mi amor, pero, ¿de verdad me vas a seguir queriendo si tengo sexo con otro hombre?
Por supuesto que sí, amor. Eso no tiene nada que ver con el amor que nos tenemos tú y yo. Es solamente trabajo, míralo de esa manera y no te harás daño.
Sí, es exclusivamente trabajo, dijo Violeta como tratando de convencerse a sí misma.
Chao, amor, no vayas a llegar tarde, por favor, le dio un beso en la boca y se subió a su coche para irse su casa.
Afortunadamente, no había nadie cuando Violeta entra en su casa.
Se fue directo a su cuarto y sonreía al saber que había desafiado la autoridad de sus padres.
"Ya ves, papá, y tú ni siquiera te diste cuenta de que tuve sexo con Jairo".
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Al día siguiente a las 9 de la mañana...
Mira, Patricia, te quiero presentar a Violeta, ella es mi novia, trátala con la mayor delicadeza posible y solo hará lo que ella quiera, ¿ok? ¿Entendiste?, solamente lo que ella quiera. No la presiones, por favor.
No te preocupes, Jairo, se hará como tú quieras.
Bueno, aquí te la dejo, prepárala bastante bien porque hoy será su debut.
De acuerdo.
Te encargo que la cuides mucho, Al rato regreso, pequeña, y no tengas miedo se hará solo lo que tú quieras, solo mientras agarras la confianza necesaria, después hablaremos, ¿ok?
A todas estas, ¿y la anticoncepción?