Construyendo Un Imperio

Emilio Belmonte

Ese almuerzo fue de revelaciones, ya que supe porqué Eliani miraba mis brazos antes de hablarme y encima, me quedó muy claro la causa por la cual Lady esquivaba mis intentos de conquista.

A penas surgió ese descubrimiento, miré a mi Princesa y sonreí pervertidamente, ¿Por qué? Porque le demostraré que incluso, cuando hace lo imposible o prefiere ignorarme, yo la voy a seguir cortejando, hasta castigarla. Espero que no se canse de recibir flores, ya que la próxima entrega será enorme.

Una lástima que Eliani deba irse a Rusia, sino le concretaría una cita con el serio de mi hermano, aunque dudo incluso que él acepte hacer tal cosa.

Florencia parece la más atrevida de todas las chicas y prácticamente, me vi en ella... Sabe lo que quiere y cómo, por lo que al describir a su hombre "ideal", recordé a uno de mis clientes, soltero y de 28 años.

Pero, volviendo al tema que más me interesa... Lady no ha dicho ni una palabra después del almuerzo con sus amigas y sé que quiere evitar el tema, aunque ciertamente, yo no.

—¿Era eso?— Pregunté mientras manejo

— ¿Qué?— Indagó confundida

—¿Por Eliani has ignorado lo que sientes?— Más directo no puedo ser, ¿o sí?

Ella solo suspiró y asintió mirando por la ventana del copiloto, donde va.

— ¡Tuve que saberlo antes!— Reclamé, aunque no estoy enojado.

—Tampoco fuiste directo— contraatacó

—¿Más de lo que soy?— Pregunté asombrado

— Yo lo fui aún más, ¿Te acuerdas de París?— Se defendió

—Dijiste que fue un reto — Le recalco

— Si no hubiese querido, me negaba — Siguió de terca

—Pudiste evitar esa parte

— No, porque te podías enterar por otra persona y no iba a gustarte.

—En eso tienes razón.

— ¿Alguien sabe lo que sucedió esa noche?— Preguntó ella

— No, aunque tampoco hay algo que contar.

— Lo sé, pero el simple hecho de dormir juntos, podía ser escandaloso

— ¿Simplemente dormir o aplastarme?— Me burlé sabiendo que se sonrojaría

— Ni me lo recuerdes — Rió

Estábamos en París, los hombres en una habitación y las mujeres en otra, festejando el compromiso de Mar y Antonio, cuando de repente llegaron todas y Lady se acercó, bebiendo mi bebida y besándome muy tiernamente. Algo que deseaba como un loco y me volvió aún peor.

Olvidé que teníamos público presente y mis manos pasaron de su cintura a sus glúteos, dejándolos por debajo, a la altura de sus muslos.

Aquí el problema no fue ese, sino que al separarnos, ella me dijo que fue un reto ganado, y aunque no quise ser grosero, le respondí que "ganó" y salí de allí con la botella en la mano.

Más tarde, mi hermano Isaías me llamó diciéndome que no sabía dónde estaba Lady y que todos se habían preocupado, por lo que fui a buscarla, encontrándola en un bar bastante borracha.

Sinceramente, no tenía la llave de su habitación, por lo que no me quedó otra opción que acostarla en mi cama.

Al principio dudé, pero luego me acosté con ella, ya que debíamos dormir sí o sí, al otro día volvíamos a España.

Lo gracioso fue el despertar...

Inicio del Flashback

Abrí mis ojos antes de que mi princesa lo hiciera, por lo que admiré su hermosa cara, sus gestos, sus pestañas, su nariz, su mentón y esos deliciosos labios que horas atrás tuve el placer de disfrutar, aunque luego me partieron el corazón.

Lady me enamoró, pero no seré su juguete, además se nota que hay algo que evita su entrega total.

Yo me quité la camisa en medio de la madrugada, ya que me molestaba, y solo quedé en pantalón.

Ella se removió y colocó una de sus manos encima de mis abdominales, su cara en mi pecho y pasó sus piernas por encima de las mías, prácticamente, aplastándome.

No le falta nada para tener su cuerpo completo cubriéndome, pero no me molesta, es más, me agrada porque soy consciente de que es la única vez que esto se dará.

Cuando la escucho quejar, al parecer para despertarse, yo finjo dormir y solo me queda sentir...

—¡Ohh!— Susurró— ¿Qué hice? — se preguntó a sí misma, ya que no me muevo.

Empezó a quitar el peso de sus piernas y luego su cara, pero su mano... Me acaricia.

Las yemas de sus dedos pasando tan suavemente por encima de mis músculos generan muchas sensaciones, aunque debo disimular.

Pocos segundos después y sin poder evitarlo, mi piel se eriza y ella parece notarlo, por lo que deja de hacerlo y su calidez me abandona.

El siguiente movimiento en la cama me anuncia que se está levantando, por lo que espero a que se meta al baño para vestirme.

No lo hice antes porque supongo que ella se hubiese sentido incómoda. Aunque al menos le di unos minutos para disfrutarme.

Al sentir la puerta, mordí mis labios aún con los ojos cerrados y luego me levanté, busqué mi ropa y esperé a poder utilizar la ducha.

Ella salió chocando con mi mirada. Se sonrojó y miró al piso...

— Buenos días — Dije con simpleza.

— ¿Pasó algo?—Preguntó ella.

— Si fuera así, no estarías vestida — Dije bromista y ella asintió — Además, yo no soy de tu gusto — Recalqué recordando cuando la fuimos a buscar a Turquía.

Lady no me contestó, simplemente miró hacia el piso y cerró sus ojos, mordiendo su labio inferior.

Me acerqué a ella y acaricié su mejilla, haciendo que me mire directo a los ojos.

— ¿Somos amigos o no? — Pregunté esperando la negativa, pero asintió — Entonces confía en mí, no te toqué. — Me alejé de ella y entré al baño, ya que me urge una ducha.

La necesito como un demente... Ella es motivo de que mi amigo se despierte, aunque sea con un mínimo gesto.

Lady no sabe el poder que tiene, pero si lo supiera, ¿Qué haría?

— Nada — Me respondí en un murmuro, mientras el agua cae en mi cuerpo. —¡Oh, princesa!— Mi mano resbala por mi doloroso grosor, tratando de aliviar ese fuego que provocó una simple mirada.

Fin del Flashback

...

Sacudo mi cabeza para olvidar ese día y sigo conduciendo.

—¿Estás bien?— Preguntó ella, colocando su mano en mi brazo.

— Sí — Respondí simplemente.

—¿Escuchaste lo que dije?— Indagó

— No, disculpa. Estaba distraído. ¿Lo puedes repetir?

— Me alegro de que Eliani me haya aclarado el panorama

— Si hubieras hablado con ella hace mucho tiempo atrás, quien sabe cuántos panoramas estarían claros.

—¿Por qué lo dices? — Preguntó

— Tal vez, ya seríamos una pareja— Dije directamente

— O no, capaz que ya habíamos terminado — Refutó

—¿Estabas enamorada de mí?— Frené de golpe en medio de la calle, creando tráfico.

—¿Qué haces?— Preguntó ella

—Responde. ¿Hace dos años, estabas enamorada de mí o simplemente, te gustaba? — Agarré su cuello desde el costado y la acerqué a mí.

— ¡Me enamoré! — Respondió con su respiración agitada

—¿Y ahora; sientes menos, lo mismo o más?

— ¡Más!— Dijo tragando duro con sus ojos fijos en mí.

— Entonces, seguramente, estaríamos como Bastian y Ariam.— Me acerqué a su cara, quedando a milímetros— Conviviendo — Susurré y luego me alejé.

¿Deseo besarla? Sí, por supuesto, pero deberá quererlo aún con más intensidad que yo, porque he esperado mucho tiempo.

Volví a poner el Jeep en marcha y me dirigí a la Empresa para seguir trabajando.

Nota mental; llamar a Jairo.