SÁLVAME

El amor de un padre es algo que ni el tiempo ni la distancia puede destruir, Fernando estaba feliz de estar de nuevo con su hija, así que estaba dispuesto a recuperar todo el tiempo que perdido, había dejado sola a su hija, por no saber manejar el dolor de la perdida de su esposa y su hijo.

_ Pienso igual, debemos repercusiones todo el tiempo que perdimos y hacer lo que siempre hemos querido junto.- le dijo él con esa cálida sonrisa que siempre le dedicaba en el pasado.

_ Si padre.- le dijo ella.

_ Por ahora descansa, si quieres hacerle algún cambio a la habitación me dice.- le dijo Fernando.

_ Pues ya no tengo diez años, así que creo que hay que cambiar muchas cosas.- dijo ella volvía a mirar a su alrededor.

_ Bien, entonces le diré a William para que se encargue, así escoge lo que desees.- Fernando no podía ocultar la emoción que sentía de tener a su hija en casa.

_ Bien.- le contesto esta con una sonrisa.

Fernando se acercó ella y beso su frente, para luego marcharse, Sara y Carmina habían escuchado toda conversación entre padre e hija, y sintieron celos al ver el trato que Fernando le daba a Valentina, pues desde el día que se mudaron a esa casa ellas habían sido el centro de atención de él, ahora Valentina les estaba robando todo eso.

_ Ya siento que la odio.- dijo Sara, mientras se alejaba con su madre antes que Fernando las viera.

_ No seas imprudente, alguien te puede escuchar, además no debes preocuparte por ella, no es más que una lisiada, las reinas de esta casa somos nosotras.- le susurro Carmina a su hija.

_, Pero no vez como la trata, además está gastando tanto dinero en adecuar la casa para ella, ahora este lugar parecerá una clínica de rehabilitación.- dijo con irritación Sara.

_ La trata así por lástima, y en cuanto a las adecuaciones. Eso también me tiene molesta, pero por ahora no hay nada que podamos hacer.- finalizo Carmina.

Las dos volvieron a sus cosas, que no eran más que estar de compras y metidas en el club, presumiendo lo que no era de ella. Así transcurrió el resto de la tarde, cerca de las siete de la noche, Valentina fue bajada por su padre para cenar. La mesa estaba llena de un sinnúmero de platillos, la mayoría del gusto de Valentina.

Todo se ve delicioso.- expreso, Valentina. Muchas gracias.

_ Todos son tus platillos favoritos, los mandé hacer especialmente para ti, hija mía.- dijo Fernando.

_ Tu padre te adora Valentía, debes sentirte feliz y afortunada.- agrego Carmina.

_ Lo estoy, mi padre es el mejor del mundo.- afirmo la joven.

Sara se mantuvo en silencio, pues una de las cosas que más envidiaba de Valentía, era el gran amor que su padre tenía por ella, puesto que el de ella la abandono, apenas supo que venía en camino.

_ Bueno, comamos en armonía, somos una familia.- dijo Fernando con alegría.

_ Sí.- dijeron las tres.

El primer día de valentina en casa, fue agradable para ella, aunque en el fondo sentía melancolía, pues en cada parte de esa enorme casa está los recuerdos de su madre y de su pequeño hermano. Era una mezcla de emociones, ella estaba feliz de estar de vuelta, pero su felicidad fuera mayor, si ellos estuvieran ahí, con ella.

El día siguiente llego y con ello el ruido de la renovación de la casa, Valentina hizo su rutina como estaba acostumbrada, a las siete de la mañana ya se encontraba en el jardín desayunando en compañía de su padre.

_ Hoy te quedarás en la habitación que era de tu madre.- dijo Fernando dándole un sorbo a su tasa de café.

_ Y eso por qué padre.- pregunto ella.

_ Hoy remodelarán tu habitación como pediste.- le contesto él.

Entiendo.- dijo ella. Eso quieres decir que no están utilizando esa habitación.- pregunto Valentina.

Fernando suspiró ante la pregunta de su hija, la verdad era que, desde aquel día, no pudo volver a entrar en aquella habitación.

_ No, hija, ese lugar solo será de tu madre.- le respondió Fernando.

Ya veo.- Valentina susurro. Debió ser difícil para ti vivir solo en esta casa por tantos años.

_ Lo fue, pero luego el recuerdo de tu Madre y de Lucas fueron mi fortaleza, sabía que no estarían feliz, si me dejaba vencer por el dolor, por eso me encerré en el trabajo, hasta que Carmina llego a mi vida.- le confesó Fernando a su hija.

_ Siento tanto no haber estado para ti.- la voz de Valentía sonaba triste.

No digas eso, soy yo quien debe pedirte perdón por haberte dejado tanto tiempo sola, solo pensé en mí, que olvide que tú eras una niña.- Fernando toma la mano de su hija y la beso. Eres el regalo más grande que me dejo mi amada Selena, y mi deber es cuidarte.

_ Eres el mejor papá.- dijo Valentina.

Una lágrima corrió por la mejilla de Fernando, pues a pesar de los años, aún sentía la ausencia de su esposa y de su hijo. Fernando limpio rápidamente la lágrima al ver que Carmina llegaba, dañando ese lindo momento entre padre e hija

_ Veo que han madrugado.- dijo ella sentándose en la mesa.

_ Suelo madrugar todos los días, ya se ha vuelto un hábito para mí.- contesto Valentina.

_ Bueno, yo me voy, espero y pases un lindo día hija, por favor mantenme al tanto de lo que necesites.- le dijo Fernando a valentina.

_ No te preocupes por mí, yo estaré bien.- le contesto ella.

Fernando se acerca ella y beso su frente, luego fue a donde Carmina y beso su mejilla par luego marcharse. Valentina desayuno en silencio ignorando la presencia de Carmina, cosa que enfureció a la mujer.

_ No crees que es de mala educación, que actúes como si yo no estuviera.- le dijo ella en voz baja.

_ Lo siento, si la incomode, es solo que no acostumbro a comer acompañada.- le respondió Valentina.

_ Esas son excusas, barata madre, ella lo hace porque le molesta nuestra presencia.- dijo Sara, quien llego en el momento.

_ Qué mala costumbre la tuya de opinar en conversaciones ajenas.- le dijo valentina.

Valentina podía leer las intenciones de Sara, ella quería hacerla sentir una intrusa en su propia casa.