Amor en Éxtasis

Carolina. - ¡Yo no creo que sea... así, solo creo que este confundido, pero…!

Valeria. - ¿Pero qué Carolina?

Carolina. - ¡Creo que es gay…!

Valeria. - ¡Te has vuelto loca o que carajos te pasa Carolina…! ¡Cómo te atreves a decir eso de tu hermano…!

Carolina. - ¡Mamá me estas lastimando suéltame…! ¡No tengo nada en contra de Alejandro, es mi hermano amo a mi hermano y me preocupa…!

Valeria. - ¡Es que no, tu hermano no puede ser gay… no mi hijo no…!

Carolina. - ¡Cálmate mamá escúchame…!

Valeria. - ¡Que me calme! ¿Cómo carajos quieres que me calme? ¡si acabas de escuchar lo que me dices de mi hijo, mi único hijo varón…!

Carolina. - ¡Alejandro está muy confundido, tal vez le haga bien hablar con papá…!

Valeria. - ¿Tú padre...? ¡Por Dios! ¿Hace cuánto que no los viene a ver, que va hace cuanto ni una llamada…?

Carolina. - ¡Lo sé mamá! pero Alejandro necesita ayuda y si no es mi padre que sea un psicólogo, ¡esta aterrado a tu reacción, a que lo rechaces o que termines odiándolo…!

Valeria. - ¡Por Dios! ¿Cómo voy a odiarlo? tú y el son lo más importante en mi vida ¡me muero si algo les pasa…! y si tengo que buscar a tu padre lo hare…

Carolina. - ¡Tal vez solo este confundido, mamá…!

Valeria. - ¡Dios, no sé qué pensar…! es mi hijo y sea lo que sea voy a estar con él… ven abrázame hija… perdóname…

Uf… vaya que no era fácil para mi madre enfrentar una realidad así, vaya que no habíamos encontrado la manera de acercarnos como madre e hijo… pero como decirle “Mamá moje la cama sin saber que se trataba tan solo de mi primera eyaculación nocturna, recuerdo haber despertado muy asustado… rápidamente me quite la, pijama y el calzón, y no se diga de las sabanas…

Y qué decir de la primera vez que me mas-turbe… ni siquiera sabía que lo estaba haciendo fue de forma tan accidentada, que aún recuerdo el miedo apoderándose de mí, cuando comencé a sentir el orgasmo, fue una sensación tan extraña, la que nunca antes había experimentado, que el mismo miedo me impidió terminar, después en la secundaria supe que era lo que había experimentado, claro no fue de la mejor manera, junto con toda la mala fama que representaba la tan famosa chaqueta como vulgarmente se le llamaba y otros tantos apelativos, sin darme cuenta creo me había vuelto adicto a ella, era el desahogo de tantos sentimientos encontrados como para hablar de ellos con mamá va… ni loco…

Valeria. - Hijo mi vida ¿puedo pasar?

Alejandro. - Ya casi estoy listo…

Valeria. - Si hoy no quieres ir a la escuela está bien…

Alejandro. - Tengo examen de química…

Valeria. - ¡Ven amor… siéntate…! Alex mi amor sé que tal vez no he sido la mejor de las madres, pero mientras este con vida siempre voy a estar aquí a tu lado y a lado de tu hermana… ustedes son mi vida, mi todo… y sé que hay cosas que tal vez no nos sea tan fácil hablar y que lo más probable es que no tenga idea de cómo abordarlas contigo, pero hijo no desconfíes de mi soy tu madre y jamás hare algo que pueda hacerte daño…

Alejandro. - Lo sé mamá, pero no sé cómo acercarme a ti, no sé ni si quiera quien soy y supongo que Carolina ya te conto…

Valeria. - Hijo Carolina solo lo hizo porque está preocupada, porque no sabía cómo ayudarte, ¿por qué no me habías dicho nada, desde cuando te están molestando…?

Alejandro. - ¡Desde siempre mamá, ya ni recuerdo cuando fue que todo comenzó es tan solo parte de mi vida…!

Valeria. - ¡No me digas eso hijo se me parte el alma y el corazón solo de imaginar que te han estado haciendo daño… hijo voy a preguntarte algo! ¿Te… mmm… alguien te ha hecho algo más que golpearte…?

Alejandro. - ¡Si te refieres que si el abuso ha sido sexual no mamá! a ese grado nadie me ha lastimado… solo han sido golpes, ofensas, pero nada más…

Valeria. - ¡Hijo! ¿y porque no me has dicho nada? ¡Eres mi hijo carne de mi carne, sangre de mi sangre, me dueles…!

Alejandro. - ¡Es miedo a que me rechaces, a que dejes de quererme…!

Valeria. - ¿Cómo voy a dejar de quererte? ¡Me duele que pienses así! ¿Pues quién crees que soy Alejandro…?

Alejandro. - ¡Es que creo que soy diferente que soy…!

Valeria. - ¡Ni lo digas, seas como seas, seas quien seas voy amarte toda la vida! aun seas un mal hombre voy amarte, pero sé que no lo serás que serás un gran un hombre que tan solo hoy estas confundido… y vamos a buscar ayuda ok…

Alejandro. - ¡Si mamá…!

Valeria. - ¿Tienes golpes?

Alejandro. - Algunos aquí en el brazo, pero también recibí un golpe en un testículo y se me subió y sigue ahí y no sé si por lo mismo siento dolor cuando hago del uno…

Valeria. - ¡Hay Alejandro por Dios no te quedes callado soy tu madre…! hoy en la tarde vamos al médico y voy a buscar a tu padre, tal vez sea más fácil hablar con el de algunos temas…

Alejandro. - Si Má…

Valeria. - Anda apresúrate que se hace tarde ya está el desayuno…

Antes de bajar al desayuno, mi madre me abrazo como hacía mucho que no lo hacía, me sentí tan raro, pero tan seguro ahí en sus brazos, supongo que cuando uno va creciendo y entrando en la edad de la punzada, se va dejando de dar abrazos y besos y ellos los abuelos, los padres y tíos lo dejan de hacer por miedo a ser rechazados por el adolecente rebelde, y ese día hubiera querido estar así todo el día en brazos de mamá, ella sabía que a pesar de estar cerca de cumplir 17 años aun parecía un niño indefenso de 5 años.

Claudia. - ¡Hola Fer! ¿Cómo estas…?

Fernando. - ¡Bien prima, pero no tanto como tu mira que estas hermosa…!

Claudia. - ¡Pero si tú no te quedas atrás estas guapísimo… estas hecho un mango…!

Fernando. - ¡Solo me puse en forma, me hacía falta ocuparme más de mí! ¿pero tu como vas con la prepa…’

Claudia. - ¡Voy que es ganancia, pero odio calculo! no sé en qué pensaba quien invento esas materias…

Fernando. - Já jajá imagino solo a unos cuantos aman las matemáticas a ese grado por eso yo estudie psicología…

Claudia. - ¿Y cómo te va con el consultorio…?

Fernando. - Bien la verdad que bastante bien…