Los hijos de Ruso Gavril Volkova y sus travesías para encontrar y mantener un verdadero amor. Dylan hermano mayor, frío y calculador, Mylan mujeriego egocéntrico, Alana la traviesa tóxica y la pequeña Nina la princesa.
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Unidos Para Siempre
"Padre solo quiero saber por qué no puedo leer los pensamientos de una persona" Dijo Luther enojado.
"Siéntate, te contaré una historia" Ordenó Christian.
"Padre, no me estás entendiendo, necesito..."
"Ella está bien, no te preocupes, ahora Siéntate" Ordenó Christian.
"¿Lo sabes?" Preguntó el pelirrojo.
"¿Crees que puedes ocultarme las cosas Ther? No es tan fácil. Ahora debes cuidarla, eso querías ¿No?" Preguntó Christian.
"No lo busqué, solo pasó" Dijo Luther.
"Bien, te creo. La relación entre tu madre y yo tampoco fue buscada, solamente se dieron las cosas, pero el día que tuve se*o con ella por primera vez, perdí mi acceso a su mente y hasta ahora no sé lo que piensa" Dijo Christian.
"No he tenido se*o, es una chica, no sería capaz de lastimarla" Dijo Luther.
"A Nina le di regalos y entre esos un amor de mi mundo. Parece que nuevamente el destino me jugó una mala pasada. Al parecer le regalé mi hijo" Dijo Christian riendo.
"No soy un objeto para que me regales. En estos momentos solo pienso en venganza, ella me distrae"
"Te contradices, no la quieres, pero te distrae ¿Qué hiciste con ella si no ha sido se*o?" Preguntó Christian.
Meses atrás
Aquella noche Nina tomó la copa que estaba en su mesa y bebió todo el contenido de un solo golpe "Juraría que antes no estaba tan desagradable" Musitó observando el interior, lo que parecía ser una pastilla terminaba de desvanecerse.
Nina buscó a sus primas de crianza, tenía que salir de ese lugar y entonces empezó a caminar buscando la salida, ella sabía la potencia de esa droga, no iba ni a mitad de camino cuando se empezó a sentir muy mal.
Dos hombres castaños se acercaron y uno de ellos dijo "Hola hermosa ¿Quieres acompañarnos a otro lugar?"
Nina podía escucharlos, pero no tenía fuerza para defenderse, lamentaba haber salido sin permiso de su casa "Tío Chris, si estás cerca ven por mí, por favor" Suplicó.
"Nadie te salvará, disfruta" Dijo el hombre mientras rasgaba su vestido dejando a la pequeña chica en ropa íntima.
Los hombres observaban a Nina con lujuria "¡Rompe sus bragas! Hace frío joder ¿Por qué?" Preguntó el hombre.
Esteban rompió las bragas y el sostén de Nina dejándola vulnerable ante sus agresores "Es cierto hace demasiado frío"
"Abre paso lo haré primero" Dijo Esteban.
"Acercas tu maldito pen*, así sea a unos cortos centímetros de ella y te parto los dientes" Dijo Luther Phriston.
"¿De dónde saliste?" Preguntó Martin intentando acercarse al temible hombre, pero su cuerpo se paralizó.
"¡Golpéalo idiota! ¿Qué esperas?" Preguntó Esteban.
"No - pue - do - mo - ver - me"
"Eres un maldito gallina" Dijo Esteban guardando su mie*bro yendo junto al joven mago.
Luther después de hacerse cargo de los hombres, fue con Nina que estaba desn*da, temblaba y desprendía un agradable olor, fragancia que difícilmente podría asimilar un humano. Era un aroma atrayente para el guapo pelirrojo que la observó como un felino a su presa.
"Nina Volkova es una lastima que seas chica o si no conocerías el placer por el que algunos de atreven a matar" Dijo Luther.
"Ten-go frí-o" Susurró.
Luther quitó su saco tan negro como la noche y cubrió el cuerpo de la pequeña Volkova "Suelo helar un poco las cosas al llegar, pero verte desnuda me está calentando"
"A-yu-da-me"
Luther sabía que t*car a la joven era como pegarse un disparo directo en la cabeza, pero no podía negar que Nina estaba causando estragos en su interior "¿Qué quieres que haga?"
"Hay hum*dad entre mis pie*nas"
Luther alzó a la joven envuelta en su saco, la llevaría a un hospital antes de que destrozara su mundo.
El mago contempló un poco su hermosura "A mi padre se le pasó la mano en darte belleza, es exorbitante"
"A-yu-da-me"
"Llegamos a la clínica, te dejaré en la puerta y me iré"
"Por-fa-vor"
"Si empiezo no me detendré y mi tío y tus hermanos querrán..."
"No les diré" Dijo Nina bajo los efectos de la droga.
Cuando el hombre estuvo en el puesto de pasajero, no pudo evitar observar. Nina tenía buena figura, detalló aquel lugar que podría ser su perdición, suspiró y tragó en seco.
"Toc*me" Suplicó.
Los ojos de Luther brillaron con lujuria, mordió sus labios y dijo "Abre tus pie*nas"
La joven obedeció sin pudor, era la primera vez que el hombre estaba tan cerca a una mujer diferente a su ex pareja, en ese instante le apeteció robar todo de ella. Ese lugar estaba cubierto por un suave pasto muy delicado, no era exuberante pero tampoco escaso. El pelirrojo acercó su rostro y aspiró, esto hizo que Nina elevara su pelvis un poco más cerca a sus labios al sentir el toque de su respiración.
El olor agradable que emanaba su zona más sensible atrapó al mago dejándose llevar "Cierra tus ojos nena"
Nina obedeció y el pelirrojo atrapó la protuberancia con sus labios, haciendo movimientos majestuosos en la intim*dad de la chica, provocando choques y descargas en la mujer logrando una experiencia magnífica.
La chica envolvió el cuello del hombre con sus pier*as haciendo que los movimientos fueran más intensos y así alcanzar el tan anhelado clímax. Luther se mantuvo un tiempo más en ese sitio calmando la bestia que deseaba algo más que probarla, después de escuchar sus lindos ge*idos.
"Nena, ya puedes soltarme" Dijo Luther con una sonrisa.
Presente
Luther omitió lo del se*o oral, solo dijo que la había ayudado con su problema porque ella lo Suplicó.
"Esa cercanía te impide ahora leerla, no podrás sacarla de tu mente y cada vez más se incrustará en tu corazón, a ella le pasará igual. Están unidos para siempre" Dijo Christian.
"No te creo padre, ella no puede..."
"Está bien, el tiempo hablará por si solo. No puedes tener se*o con ella aunque te mueras de ganas, aquí eso es normal, allá no. Nina es menor y tú tendrás que contenerte. ¿Recuerdas cuanto espero tu cuñado a tu hermana?. Agradece que no sean tantos años" Aconsejó Christian.
"Padre no te preocupes, ella no le inspira ningún sentimiento"
"Eso no fue lo que vi al ingresar, estabas tan desesperado. Está en casa de Dylan fue a visitarlos" Dijo Christian y Luther se marchó.
"Adiós padre, gracias"
"Nos vemos hijo" Dijo Christian.
Por otro lado, Anastasia le hacía una quinta llamada a Mylan "¿por qué no respondías?"
"Hola mi amor, estaba ocupado, Nina se había perdido" Dijo Mylan.
"¿Cómo está tu hermanita?" Preguntó Anastasia.
"Está bien cariño, en casa de mi hermano. Ella es algo impulsiva, si algo no le gusta desaparece ¿Cómo estás?"
"Bien Myl, extrañándote. Deseo verte Lukyan no está se fue de viaje, puedes venir y pasar la noche conmigo, ya sabes debes venir disfrazado" Sonrió Anastasia.
Mylan cada vez que escuchaba ese nombre le daban náuseas "Llegaré, espérame, te llevaré algo de comer"
"Perfecto mi amor, nos vemos" Dijo Anastasia.
Mylan fue a su casa, se duchó y se dirigió a casa de su amante, el hombre se acercó a la cocina y nalgueó a una de las empleadas.
"¡Joven!"
"Lucy no te hagas, te gusta que haga eso" Guiñó un ojo y se marchó.
"¿A dónde va el señor?" Preguntó Valentina su madre.
"Mamita de mi corazón, saldré con unos amigos, no me esperes despierta" Dijo Mylan mientras abrazaba a su madre.
"Cariño, cuídate, no bebas y deja de..."
"Mami entendí, también te amo" Interrumpió Mylan, dio un beso en la frente a su madre y se marchó.
El hombre pasó por comida italiana, la favorita de Anastasia y llegó a su casa. Dejó el auto dos cuadras antes y se fue disfrazado de contratista de Internet.
"Hola ¿Es usted Anastasia...?"
La rubia lo interrumpió lanzándose a sus brazos devorando su boca, la pareja entre besos fue calentando sus cuerpos.
Ellos iban caminando torpemente por el pasillo sin dejar de besarse, las manos de Mylan no daban tregua e iban quitando toda prenda que se cruzara en su camino.
Anastasia dirigió sus manos hacia la cintura de su pantalón y como pudo desabrochó su cinturón "Bésame amor, no dejes de besarme"
Esa suplica hace que el hombre la bese con mas ganas, sin dejar de mirarla quita su vestido dejándola únicamente en unas diminutas bragas.
Lo dedos del hombre viajan sin control, el pelinegro se arrodilla frente a Anastasia y lentamente baja la última prenda. Mylan la lanzó al sofá tomándola por la parte superior de las piernas acomodándose entre ella.
"Desde quecte conoci supe que la pasariamos muy bien" Dijo Anastasia al sentir el miem*ro dentro de ella.
La sensual tortura comenzó, dos cuerpos deseosos se movían entre sí "Te amo Ana"
"También te amo, amor mio"
Los movimientos de Mylan eran estratégicos, sabia que hacer, como y cuando hacerlo. Conocía el cuerpo de la rubia a la perfección colocando sus besos en el lugar preciso. Sus cuerpos temblaron y ambos cayeron a un precipicio.
"Eso fue increíble, cariño" Dijo Mylan entrecortado cuando su cuerpo se rendía al placer.
"Quisera poder detener el tiempo y quedarnos así para siempre" Dijo Anastasia intentando recuperar el aire que a ambos les faltaba.
"Ven conmigo Ana, vamos a mi casa" Pidió el hombre mientras acariciaba su cuerpo des*udo.
"Tu familia no me quiere" Cuestionó agitada.
"Te querrán, sé que debí quedarme contigo aquella vez, te deje ir y por venganza te casaste, deja al maldito y ven conmigo" Propuso Mylan.
Anastasia sonrió con tristeza "Disfutemos esta noche"
"¿Por qué siento que me ocultas cosas?" Preguntó molesto Mylan.