Luna es una chica que quedó huérfana el día que nació, al tener heterocromia de iris, las personas de su pueblo la llaman bruja y desde pequeña comienzan a acosarla haciendo su vida miserable.
Ella sigue su vida "normal" hasta que un día sin más encuentra a un hombre herido en su cabaña.
Luna se enamora de él a tal punto de entregarse sin saber que esto la llevaría a un abismo de dolor, pero también la haría experimentar el más hermoso amor.
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Mi padre
Al ver la silueta no pude distinguir quién era por eso aunque me moría de miedo, me armé de mucho valor y comencé a gritar.
_ ¡LARGO DE AQUÍ!.. ¡SI ENTRAS TE GOLPEARE!._Le grité enojada para que retrocediera.
_ ¡Espera Luna no hagas nada, soy yo!._ Me dice César entrando despacio.
_ ¡César eres un idiota me diste un susto de muerte!._ Le digo soltando un gran suspiro de alivio.
_ Perdón por venir hasta ahora pero no podía saltarme el colegio, si lo hacía mí tía se daría cuenta._ Dice acercándose._ Les he traído algo de comer, no he conseguido mucho pero creo que esto ayudara._ Dice mientras se acerca apenado sosteniendo un par de manzanas y una pieza de pan.
_ Muchas gracias César, eres un buen amigo._ Le dice mi bisabuela.
_ No es nada._ Dice apenado entregandonos las manzanas._ He pasado por la cabaña y esta hecha casi cenizas, lo bueno que ya no hay nadie ahí, además en el colegio y en el pueblo piensan que de verdad las quemaron._ Nos dice sentándose en el piso.
_ ¡Son unos malditos, tarde o temprano me las pagarán!._ Le digo enojada dándole un fuerte mordisco a la manzana.
_ No hagas nada Luna, es mejor que piensen que hemos muerto._ Dice mi bisabuela soltando un suspiro pesado.
Después de estar unas horas escondidas en la cueva y de que César regresara a casa de su tía, nosotras regresamos a lo que había quedado de la cabaña. Al llegar a ella vimos que algunas paredes todavía estaban en pie, pero casi todo lo de su interior estaba echo cenizas.
Pasaron varios días y con la ayuda de César que a diario venía a traernos un poco de comida, tratamos de arreglarla, pero a eso ya no se le podía llamar cabaña, sino más bien era un tipo de choza o un cuchitril, porque solo eran ramas y algunos maderas encima de otras.
Un par de días después, ers una cálida mañana, de las últimas de la temporada, ya que se avisaba que se venía el Otoño. Yo estaba juntando un poco de ramas secas para no pasar frío en esa temporada cuando mi bisabuela me llamó.
_ ¡Luna!.. ¡Luna!._
Rápidamente entre a la cabaña para ver que le pasaba, ya que desde la mañana anterior no se ponía de pie y una tos constante no la dejaba en paz.
_ ¿Pasa algo bisabuela?..¿Necesitas agua?._ Le pregunto mientras tomo una tasa con agua tibia.
_ Estoy bien solo quiero salir a caminar un momento._ Me dice tomando su bastón.
Un bastón que no era más que un palo de cedro que César le había encontrado para que lo usara como "bastón".
_ Esta bien pero que sea cerca._ Le digo ayudándola del brazo.
Caminamos por unos minutos hasta llegar al camino prohibido. Ella siempre me decía que no fuera por ahí porque podría haber personas peligrosas para mí, por eso ahora no entendía porque me traía precisamente aquí.
_ Vamos no tengas miedo._ Me dice al ver mi temor por entrar a ese camino.
La seguí hasta donde ella me dijo. Siempre pensé que el camino prohibido era feo y terrorífico, incluso que talvez había hasta fantasmas ahí, pero no, al contrario era un lugar hermoso.
Llegamos hasta donde las copas de los árboles se abrían y dejaban pasar los rayos del sol por estas, nos sentamos ahí solo mirando los insectos volar de un lado a otro y algunos animales del bosque que aparecían e inmediatamente se iban.
Mi bisabuela me apunto con su bastón un viejo árbol de roble y me dijo que buscara algo en su tronco.
Al acercarme pude ver que efectivamente el árbol estaba hueco, pero me daba mucho miedo tener que meter mi mano ahí. Tenía miedo de que fuera un nido de serpientes, ya que a estas les tengo pavor.
_ No tengas miedo, ahí no hay nada._ Me dice al ver mi temor.
Pasando trago de saliva por mi garganta, me puse de rodillas frente al tronco y con el corazón que casi se me sale del pecho, poco a poco metí mi mano temblorosa ahí. Logré tocar algo frío en su interior, era una especie de caja y cuando estaba por sacar eso, el graznido de un cuervo me hizo gritar.
_ AHHHH._ Grité asustada mientras corría de regreso con mi bisabuela con lo que encontré en el tronco del árbol.
_ JAJAJA._ Ella se reía por todo lo alto al ver el tremendo susto que me dio esa ave.
Al sentirme avergonzada por quise cambiar de tema para que no se siguiera riendo de mí.
_ ¿Qué es eso bisabuela?._ Le pregunto curiosa al ver que el objeto que saque del tronco del árbol es una vieja caja de aluminio.
_ Traelo aquí y siéntate._ Me dice asiendo seña con su mano.
Hice lo que me pidió y me senté junto a ella, totalmente curiosa para que abriera la caja y me mostrara que tenía dentro.
Cuando la abrió inmediatamente me puse de rodillas para ver su interior, pero me llevé una decepción al ver que solo se trataba de un montón de papeles junto a unas fotografías viejas.
Al ver una fotografía donde aparecía una pareja inmediatamente la tomé para ver quiénes eran, pero por más que la vi, no los reconocía. Era una mujer hermosa que sonreía feliz junto a un hombre muy apuesto quien la abrazaba con cariño.
Estaba por dejarla en su lugar cuando le vi los ojos al hombre y un escalofrío recorrió mi cuerpo.
_ Este... este..._ Quería preguntarle a mi bisabuela si ese hombre era mi padre pero las palabras no me salían.
_ Sí Luna, ese hombre es tú padre... Gabriel Montenegro._
^^^Continuará...^^^
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