La historia se centra en 12 personajes que descubren que poseen poderes especiales y que son la clave para salvar al mundo. Estos personajes tienen que aprender a controlar sus poderes y luchar contra fuerzas oscuras. La historia se desarrolla en el marco de "La Sociedad de Poder", donde los personajes deben enfrentarse a diversos desafíos y peligros.
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23. No fue tu culpa.
GÉMINIS:
—¿Y entonces...?—pregunté una vez que nos sentamos en la sala, frente a la desconocida.—¿Quién es ella?
—Soy Selma—se presentó la chica con una gran sonrisa.—Encantada de conocerlos.
—Ella es mi amiga—asintió Jax.—Nos conocemos desde hace muchísimo tiempo. Es muy fuerte, inteligente y confiable.
—Y felicitaciones al que le puso colonia de mujer—añadió la chica.—Fue una buena forma de ridiculizarlo.
Me relajé un poco al ver que Hugo sonreía con malicia. Selma parecía una chica normal, que no tendría problemas para integrarse con "los humanos". A diferencia de Gienn, el chico de ojos morados. Sería impactante ver a alguien con ese color de ojos.
La joven era más pequeña que Jax. Llevaba el cabello castaño hasta la espalda y los ojos del mismo color. Se veía relajada y tranquila, con una leve sonrisa.
Jax, a su lado, no dejaba de mirar entre ella y nosotros, visiblemente preocupada por nuestra reacción.
—¿Por qué estás aquí?—preguntó Piscis.—¿Y por qué pareces tan tranquila entre 'intrusos'?"
—Estoy aquí para ayudarlos—explicó, encogiéndose de hombros. El abuelo Sao me trató muy bien y me ayudó incontables veces cuando era niña. Además, creo que la razón por la que lo van a ejecutar es injusta.
—¿Está bien...?—susurró Escorpio, mirando a Jax—¿Debemos confiar en ella?
—¿Por qué me lo preguntan a mí, si saben que diría que sí?—cuestionó el capitán, confundido.
—Nos permitiste vivir en tu casa y nos trataste como a tus propios hijos—le expliqué—Incluso aceptaste entrenarnos sin dudarlo, sin pensar en la posibilidad de que te engañáramos y te lastimáramos. Si hay alguien en la Sociedad del Poder en quien confiamos, eres tú. Por eso queremos saber tu opinión sincera.
Jax se quedó boquiabierto, mirándonos con incredulidad. Luego sonrió y asintió. Parecía muy feliz de nuevo, como siempre.
—Aseguro que Selma es una buena persona—afirmó—Es de confianza.
—Entonces está bien—asintió Ofiuco—¡Oh, y queríamos darte las gracias!—le informó a Jax.
—¿Las gracias? ¿Por qué?—preguntó el chico, confundido.
Sonreí con incredulidad. ¿De verdad existía alguien tan inocente y dulce en este mundo?
—Si me necesitan, siempre podrán contar conmigo—les aseguró, con tranquilidad—. No hace falta agradecer cuando se salva a un amigo.
—Íbamos caminando en la oscuridad hasta que llegaste—dijo Tauro con una sonrisa—. Es cierto lo que dicen: incluso en los lugares más oscuros, hay luz.
—Solo en la oscuridad se pueden ver las estrellas—murmuró Hugo, levantándose y acomodándose la ropa—. Estoy cansado, me voy a mi habitación.
—El chico pasó frente a nosotros sin mirarnos, subió rápidamente las escaleras y las cerró con más fuerza de lo habitual.
—Miré a los demás, pero nadie pareció darse cuenta. Jax se volvió hacia nosotros, se acomodó en el sillón y suspiró con cansancio.
—¿Qué les parece si entrenamos?—preguntó con una sonrisa—. Debemos apresurarnos para estar preparados cuando Sao nos necesite.
—Me quedaré con Hugo—anunció Hector, poniéndose de pie.
—Ayudar a Jax a entrar en nuestro mundo—sonrió Selma.
Nos levantamos y lo seguimos hasta el lugar de entrenamiento. Observé a Selma, pero la chica parecía tranquila y normal. No parecía ser alguien malvado.
Sin embargo, la vida me ha enseñado que las personas aparentemente calmadas y normales pueden convertirse en tu peor pesadilla...
HUGO:
Oí un golpe en la puerta de mi habitación, así que me apresuré a cubrirme la cara con una almohada, intentando hacer el menor ruido posible para que, quienquiera que sea, no entrara.
—¿Estás ahí?—preguntó la voz de Hector desde afuera.
Me tensé, apretando la almohada contra mi cara. Escuché la puerta abrirse, justo cuando Hector entraba en la habitación y cerraba la puerta tras él.
Permanecí inmóvil y en silencio, esperando que se fuera rápidamente y me dejara tranquilo.
—¿Estás bien?—preguntó, al mismo tiempo que sentía mi cama hundirse, señal clara de que se había sentado.
—Sí—gruñí, esperando que se marchara ya.
—¿Puedo dormir aquí?—preguntó el chico, con la voz llena de emoción.
Me limpié los ojos rápidamente antes de girarme para mirarlo.
—Haz lo que quieras—me limité a responder.
Mi hermano gemelo sonrió, y lo vi sentarse en el suelo, estirándose.
Aquí tienes una paráfrasis de cada párrafo, manteniendo un estilo similar al original:
—Entonces, ¿qué haces aquí?—le pregunté.
—¿Estás bien?—repitió.
—Ya te dije que sí—respondí con brusquedad.
—Deja de mentir—susurró Hector, suspirando—. Soy tu hermano gemelo, te conozco mejor que nadie.
—¡No sabes nada de mí!—contesté, alzando un poco la voz para aclarar mi garganta y controlar mi temperamento—. No creas conocerme solo porque crecimos juntos.
Hector se tensó y frunció el ceño, incómodo por mi grito. Deseaba que se callara y me dejara en paz. Pero en lugar de eso, se levantó y se sentó en la cama antes de tomar mi mano.
—No necesitas decirme nada—susurró, mirándome a los ojos—. Tus ojos lo dicen todo. Estabas llorando.
Aquí tienes una paráfrasis de cada párrafo, manteniendo un estilo similar al original:
OFIUCO:
—¡A comer!—exclamé, dejando todo sobre la mesa.
—¡Guau, no sabía que cocinabas tan bien!—comenzó Tauro, entrando a la cocina, antes de mirarme con cara de "¿En serio?".
—¿Vamos a comer cereales?—preguntó Libra, entrando también a la cocina.
—Se agradece—me quejé—. Si no quieren ver la casa incendiada, es mejor no intentar cocinar con fuego. En mi mundo soy buen cocinero, pero aquí hay tantas cosas que ni siquiera sé para qué sirven. Además, el fuego y el horno aquí calientan muy rápido.
No quería arriesgarme a incendiar la casa de Jax. Mejor esperar a que él nos prepare algo.
—Bueno, comida es comida—asintió Sagitario, sentándose a la mesa y empezando a comer.
—Espera a los demás—le dije, mirándolo a los ojos.
—¿Hablando de eso, dónde están los adultos?—le pregunté a Acuario—. Los vi salir hace poco. ¿Qué ocurre?
—Parece que están buscando a Hugo—explicó Leo—. Hector dice que se escapó sin decir a dónde iba.
Fruncí el ceño, sintiendo un escalofrío nervioso. La Sociedad de Poder era inmensa y peligrosa. ¿Qué le pasaba al chico para irse así, solo?
—Hector está muy mal—añadió Capricornio—. Hugo salió justo frente a sus ojos, y él no pudo detenerlo. Además, dice que en parte es su culpa.
—Espero que no le pase nada a Hugo—susurró Cáncer—. Da miedo, pero sigue siendo nuestro amigo.
—Mientras Jax y Selma lo buscan, estoy seguro de que lo encontrarán—nos tranquilizó Géminis—. Además, Fénix está con ellos.
Era cierto. Fénix era el perro que nos había salvado de The King. Resultó ser un humano con poderes de aire, y también de transformarse en perro. Lo habíamos curado, y ahora estaba afuera.
Era un chico alto, con el cabello negro como la noche y los ojos grises. Nos costó tiempo curarlo, pero por suerte ahora está vivo y puede volver a convertirse en el perro negro.
—Esperemos que Hugo esté bien—susurré.