Josiane no quería estar allí, pero se vio obligada a ir a terapia debido a las reglas del refugio en el que vive.
Patrícia, su psicóloga, estaba acostumbrada a tratar casos difíciles, pero nada la preparó para Josiane.
Entre la ética y el amor ¿cuál prevalecerá?
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Capítulo 24
Patricia entró en la oficina de Caroline con pasos rápidos, aún sintiendo el sabor amargo de la despedida con Josiane. Sus manos temblaban levemente, pero su semblante era firme. Caroline estaba sentada detrás del escritorio, pero se levantó al percibir el estado de la psicóloga. La mirada de Caroline no era serena como de costumbre; había una mezcla de tristeza y preocupación.
— Vi lo que pasó en la sala, Patricia. El beso. — La voz de Caroline era baja, pero cargada de autoridad. — ¿Qué tienes que decirme al respecto?
Patricia respiró hondo, intentando mantener la calma.
— No hay justificación para lo que pasó — comenzó, con la voz trémula, pero firme. — Cometí un error, un error que podría haberse evitado si me hubieras escuchado.
Caroline inclinó levemente la cabeza, intrigada.
— ¿Escuchado qué?
Patricia se acercó a Caroline, los ojos fijos en los de Caroline.
— Vine a ti varias veces, Caroline. Te dije que me estaba involucrando emocionalmente con Josiane, que necesitaba una transferencia. Pero tú lo ignoraste. Dijiste que no era posible, que el contrato con el ayuntamiento era más importante.
Caroline cruzó los brazos, a la defensiva.
— Patricia, confiaba en tu capacidad de lidiar con esto. Eres una profesional brillante.
— ¿Capacidad? — Patricia soltó una risa alta e irónica. — ¡Pedí ayuda! Admití que no lo estaba logrando. Sabía que algo así podía suceder, y tú me obligaste a continuar. — Se acercó aún más, las lágrimas empezando a brotar en sus ojos. — Ahora mira dónde estamos. Me enamoré de una paciente. Y no solo puse mi carrera en riesgo, sino que también perjudiqué su tratamiento. Todo por tu negligencia.
Caroline titubeó, visiblemente incómoda con las acusaciones.
— Patricia, no sabía que era tan serio...
— ¿No sabías? — Patricia la interrumpió, con rabia. — Lo sabías, Caroline. Elegiste ignorarlo. Y ahora no puedo continuar. No con Josiane, no con ningún otro paciente, por ahora. Renuncio.
El rostro de Caroline se endureció.
— ¿Renunciar? — Repitió, incrédula. — No te irás así, Patricia. Sabes muy bien lo que significa abandonar tu posición. No solo para la clínica, sino para el contrato con el ayuntamiento.
— Ya no me importa el contrato. — Respondió Patricia, levantando la barbilla. — Mi enfoque deberían ser los pacientes, pero a ti solo te importan los números. No voy a ser más parte de esto.
Caroline se acercó, el tono de voz cambiando a algo más amenazador.
— Si insistes en irte, no tendré otra opción. — Hizo una pausa, mirando directamente a Patricia. — Te voy a denunciar al consejo de psicología. Tengo testigos. Violaste el código de ética al involucrarte con una paciente.
Patricia se quedó inmóvil, el corazón disparado.
— No harías eso. — Dijo, intentando mantener la confianza, pero la duda era evidente en su tono.
Caroline dio un paso al frente, inclinándose ligeramente.
— Lo haría, Patricia. Y no solo eso. — Hizo una pausa, dejando las palabras en el aire. — Sé que Josiane robó algo de la clínica.
Patricia abrió los ojos de par en par, confundida.
— ¿Robó? Es mentira.
Caroline sacudió la cabeza, con una expresión casi piadosa.
— No es mentira. Tengo pruebas de que entró en tu oficina, las cámaras del exterior muestran el momento exacto... aprovechó tu salida temporal.
— Te estás inventando eso. — Dijo Patricia, sabiendo que Josiane solo entró en su oficina para entregar la carta, y que nada había desaparecido. — Josiane nunca haría algo así. Y lo sabes.
— ¿Estás tan segura? Algunas personas se están quejando de la desaparición de algunos objetos importantes — preguntó Caroline, levantando una ceja. — Mira, Patricia, no quiero perjudicar a nadie. Pero, si continúas por este camino, voy a tener que tomar medidas. Todo lo que quiero es que continúes trabajando aquí, ayudando a Josiane y a los otros pacientes. Podemos resolver esto de forma que nadie salga herido.
Patricia sintió que el suelo desaparecía bajo sus pies. La idea de que Josiane fuera acusada de algo así, sabiendo que era mentira, era insoportable.
— Me estás chantajeando. — Dijo, con la voz baja, y con odio.
— Te estoy dando una opción, Patricia. Puedes irte y destruirlo todo — tu carrera, la vida de Josiane, y el futuro de la clínica — o puedes quedarte y hacer lo correcto.
Patricia se quedó en silencio por un momento, sintiendo el peso de la decisión. Finalmente, respiró hondo y miró directamente a Caroline.
— Esto no debería ser por el contrato, porque nada podría ser peor para el contrato que un escándalo de falta de ética entre una terapeuta y un paciente. Caroline, ¿qué estás tramando?