Segunda Vida Entre La Venganza Y El Perdón

La decisión de entregar o no a Damián pesaba como una losa sobre Anaís y Nicolás. Sabían que Viktor no era alguien con quien se pudiera jugar fácilmente, pero entregar a Damián podría significar un golpe letal para su causa.

La Trampa

Al amanecer, Anaís tomó una decisión. “No vamos a entregar a Damián. Pero podemos hacer que Viktor crea que estamos dispuestos a hacerlo. Lo usaremos como carnada para sacarle más información”.

Nicolás arqueó una ceja, claramente preocupado. “¿Y si Damián se entera? Es un tipo peligroso, Anaís. Si sospecha de nosotros, no dudará en acabar con todo”.

Anaís le lanzó una mirada confiada. “Por eso debemos ser más inteligentes que él”.

Organizaron una reunión con Viktor en un viejo depósito abandonado. Nicolás se encargó de contactar a Damián para informarle que Viktor quería negociar, omitiendo algunos detalles clave sobre su verdadera intención.

“Voy porque confío en ustedes, pero no me traicionen”, les advirtió Damián antes de entrar al coche.

Anaís no respondió. En su mente, solo pensaba en cómo manejar a dos hombres peligrosos sin que la situación se saliera de control.

El Encuentro con Viktor

El depósito estaba oscuro y silencioso, con un eco que hacía parecer que alguien siempre estaba detrás de ellos. Viktor llegó acompañado de dos hombres armados, su expresión calmada pero sus ojos afilados, evaluando cada movimiento.

“Damián”, saludó Viktor, inclinando ligeramente la cabeza. “Qué sorpresa verte aquí. Pensé que preferías mover los hilos desde las sombras”.

Damián soltó una risa seca. “Solo estoy aquí porque ellos me lo pidieron. Tú y yo sabemos que no somos amigos”.

Anaís tomó la palabra antes de que las tensiones se salieran de control. “No estamos aquí para intercambiar insultos. Queremos información, Viktor. Sabemos que Sergei tiene puntos débiles. Ayúdanos a encontrarlos, y podríamos llegar a un acuerdo”.

Viktor la miró con interés. “¿Por qué debería confiar en ti? Sergei no es alguien a quien se le pueda traicionar sin consecuencias”.

“Porque Sergei ya te considera prescindible”, respondió Anaís sin titubear. “Estuvimos en tu reunión, Viktor. Sabemos que hay una grieta en su organización, y tú estás justo en medio de ella”.

El rostro de Viktor se endureció, pero Anaís notó un destello de duda en sus ojos. “Entonces, ¿qué propones?”

“Nos das lo que necesitamos sobre Sergei, y te ayudamos a desaparecer antes de que él te haga desaparecer a ti”, respondió Anaís.

Damián, que había estado en silencio hasta ese momento, se cruzó de brazos y añadió: “Es una oferta generosa. Si yo fuera tú, la tomaría”.

Una Revelación Inesperada

Viktor parecía considerar la propuesta, pero entonces hizo algo que nadie esperaba: sacó un sobre de su chaqueta y lo arrojó sobre la mesa frente a Anaís.

“Esto es todo lo que tengo sobre Sergei. Pero hay algo más que deberían saber”.

Anaís abrió el sobre mientras Viktor continuaba hablando. “Sergei no solo está detrás de tu abuelo, Anaís. También está detrás de ti. Sofía tenía un secreto que él no quiere que nadie más descubra”.

El corazón de Anaís se detuvo por un instante. “¿Qué secreto?”

Viktor sonrió de manera enigmática. “Eso tendrás que descubrirlo por ti misma. Pero te advierto: no todos los que consideras aliados están de tu lado”.

Las palabras resonaron en su mente como una campana de advertencia. ¿A quién se refería Viktor? ¿Y qué era lo que Sofía sabía que podría cambiarlo todo?

La Traición

Antes de que pudieran seguir interrogándolo, un disparo resonó en el depósito. Uno de los hombres de Viktor cayó al suelo, y el caos estalló.

Damián sacó su arma, y Nicolás cubrió a Anaís mientras los disparos llenaban el lugar. Desde las sombras, surgieron más hombres, claramente enviados por Sergei para acabar con todos ellos.

Anaís y Nicolás lograron escapar por una salida trasera, llevando consigo el sobre de Viktor. Damián, sin embargo, se quedó atrás, enfrentándose a los atacantes con una sonrisa demente en el rostro.

“¡No podemos dejarlo aquí!”, gritó Nicolás mientras corrían hacia el coche.

“Si se queda, es porque quiere”, respondió Anaís con frialdad.

Al arrancar el coche, Anaís miró por última vez hacia el depósito en llamas. Sabía que las palabras de Viktor habían cambiado todo. Ahora no solo estaba luchando por vengar a Sofía, sino por descubrir un misterio mucho más profundo.

El Comienzo de la Verdad

De vuelta en su escondite, Anaís abrió el sobre. Había documentos, fotografías y un mapa que señalaba un lugar en las afueras de la ciudad.

“Parece que Sergei tiene más secretos de los que imaginábamos”, comentó Nicolás, observando el mapa.

Anaís asintió, su mente trabajando a toda velocidad. “Y voy a descubrirlos. Esto ya no es solo venganza. Es justicia”.

La guerra con Sergei Romanov acababa de alcanzar un nuevo nivel, y Anaís estaba decidida a ganar, sin importar el precio.