Era el día antes del apocalipsis.
“¡Jajajaja!”, de repente se echó a reír. Mientras reía, las lágrimas brotaron de sus ojos. Lloró y rió mientras derramaba la ira y el dolor de su corazón.
Habían pasado ocho años. Había estado luchando por sobrevivir. .... Como le debía la vida a Andrew, la culpa y la deuda que sentía la hacían aferrarse a lo último que él le había dado, ella había prometido que si tenia la oportunidad le pagaría este hombre todo lo que este cuerpo le debía.
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Capítulo 24. Enojo.
"Andrew, ¿estás bien?" Liner se adelantó rápidamente para abrazar el brazo de Andrew y preguntó con preocupación, mostrando deliberadamente su intimidad. Sin embargo, sus ojos miraban constantemente en dirección a Alire.
Alire la apartó. “¿Por qué lo tocas?”
Liner cayó al suelo débilmente y miró a Andrew con lástima.
—Basta. ¿Aún no has dicho qué querías hacer entrando en mi habitación por la noche? —Andrew la jaló del brazo y le preguntó con frialdad.
—¡Cállate! —Alire solo pensó que quería proteger a Liner. Había un dejo de agravio en su enojo—. ¡Será mejor que bebas tu leche correctamente! —Dicho esto, lo miró con enojo y salió por la ventana.
Andrew recibió un grito sin motivo alguno. Se quedó mirando fijamente su enojada espalda. Ella había entrado en su habitación y lo había golpeado. ¿Por qué es ella la que está enojada ahora?, se preguntó.
Liner, que estaba sentada en el suelo, vio a Andrew mirando fijamente la espalda de Alire y entró en pánico. No podía dejar que Alire atrajera la atención de Andrew nuevamente. Si recordaba algo, entonces ella no sería nada para él.
Al ver que no tenía intención de ayudarla, Liner se puso de pie rápidamente por sí sola. Había protegido muy bien el vaso de leche que tenía en la mano cuando se cayó deliberadamente. Endureció su corazón y dijo: "Andrew, te he servido un poco de leche. Ya es tarde. Toma un poco de leche y vete a la cama temprano".
Andrew miró la leche que tenía en la mano y preguntó: "¿Conoces a Alire?"
Liner se sorprendió y soltó: "¿Cómo sabías que se llamaba Alire? ¿Lo recordabas?"
“¿Qué debo recordar? ¿No la llamaste Alire hace un momento?” Andrew gradualmente sintió que algo andaba mal. Sus palabras parecían decirle que había olvidado algo.
Liner vio que no parecía recordarlo y suspiró aliviada. Sonrió torpemente y dijo: “No, nada. No es nadie importante. Es demasiado tarde. Vete a la cama rápidamente después de beber la leche”.
Andrew la miró con mirada evasiva, tomó el vaso en su mano y se llevó la leche a la boca mientras miraba nerviosamente.
La emoción se apoderó de los ojos de Liner. Pronto, mientras él lo bebiera, ella podría convertirse en su mujer esa noche.
La mano de Andrew se detuvo por un momento antes de volver a dejar el vaso.
Liner lo miró decepcionado y le dijo: "Date prisa y bebe".
—Será mejor que no me hagas ninguna broma. Me salvaste la vida. Aunque prometí protegerte, si tienes otras ideas, no me culpes por haberme peleado contigo.
La cara de Liner estaba pálida. "¿Lo habrá descubierto?", pensó. No, el vendedor de drogas dijo claramente que es imposible detectarlo.
—Andrew, ¿de qué estás hablando? —Liner fingió estar confundido.
Andrew le entregó la leche y le dijo con frialdad: "Bébela".
Liner lo tomó nerviosamente. No quería beberlo, pero no podía dejar de beberlo. De lo contrario, la echarían de verdad. Su mano que sostenía el vaso se tensó. Bajo la mirada de Andrew , se armó de valor y lo bebió.
"Andrew, estás pensando demasiado. Solo estoy preocupada por ti". Liner reprimió el calor en su cuerpo y sonrió.
“¿Es así? Entonces puedes irte”. Andrew la empujó fuera de la habitación y cerró la puerta.
Liner aplastó el vaso vacío en su mano. El calor en su cuerpo le dificultaba mantenerse en pie. Se agarró a la pared y regresó a regañadientes a su habitación. Una figura la siguió y le preguntó: "Señorita Kill, ¿está bien?"
Su respuesta fue un abrazo apasionado.
Después de salir de la villa de la familia Kill, la ira de Alire se disipó tan pronto como salió. Ya sabía que había algo mal con Andrew pero parecía que solo la había olvidado a ella.
Andrew no durmió bien en toda la noche. Sus sueños estaban llenos de esa mujer llamada Alire. En sus sueños, esa mujer pasó de golpearlo y regañarlo en la vida real a llamarlo obedientemente Andrew.
Se paró en el baño y se miró en el espejo. Había un gran moretón negro en su ojo izquierdo. Era la mujer que lo había golpeado ayer. Apretó los dientes y dijo: “No dejes que te atrape de nuevo. De lo contrario, te… te…”
Al pensarlo, el rápido y decisivo Andrew repente se dio cuenta de que en realidad no sabía cómo castigar a esa mujer.
