ÉLITE II: AMOR INMORAL.

—Malditos hijos de perra, la perdimos, perdimos a nuestra bebé.

—Mi pequeña, nooo Dios mío, no puede ser este dolor, no lo soporto. —Enzo, su abuelo, lloraba.

—Los voy a matar malditos bastardos, mi pequeña… —Gino también sufría.

—No, jamás debió entrar a este mundo mi bebé —Ese fue Leo, su tío.

—la luz de mis ojos se fue, me la apagaron — Dijo Lorenzo.

—Siento que me arrancaron el pecho, mi reinita mi bebé — Andrew no podía más

—Mi otra mitad, mi copia perfecta, los mataré —Andre temblaba por las lágrimas.

—Todos a sus puestos estamos llegando. —Hablo Nicholas y Andrew lo miró, lo veía preocupado sí, pero no estaba devastado como ellos, quizá su amor no fue tan fuerte, pensó Andrew.

Los Jets aterrizaron cerca y cada uno se preparó, la matanza llegaría.

Nicholas gritaba como loco pedía que los quería vivos, cada uno estaba armado y ya con su equipo.

Gia se preparó también a pesar de que Andrew le dijo que no lo hiciera, que no saliera, ella debía vengar a su niña.

—Todos a sus puestos, ahora… matemos a esos bastardos.—Entraron de una al lugar, como lo ordeno Nicholas, entraron en todas direcciones, soltando balazos, disparaban a diestra y siniestra.

—entraré —Anuncia Nicholas y luego entra con su arma, Nicholas está en modo animal, no le importa nada, solo quiere encontrarlos y matarlos nada más.

—Muéranse bastardos —Dispara y los ve caer, lanzan granadas y él se esconde y dispara.

—No los dejen escapar. —Grita en su pecho hay un infierno, si mujer no tenía por qué pasar con esto él le prometió algo y no lo cumplió que case de hombre es, piensa.

Con cada paso el pecho se le contrae, no quiere llegar allí, no quiere ver el recuerdo de su mujer diciéndole un te amo, él sabe que todo lo que dijo fue mentira, pero l, el te amo, fue real, él lo sabe muy bien.

André, Alessandro y los tíos de lía entran por detrás disparando como dementes, más de treinta hombres caen sin vida.

Andrew, Tomás, los abuelos de lía y Nicholas van de frente, matan todo lo que respira.

Lía no se ve por ningún lado, ella se fue con Adara y dos coroneles por un costado, entran por una ventana y la masacre continúa.

—Nicholas por aquí… —Anuncia Andrew al destrozar una puerta y entra su grupo.

Una pared de veinte hombres se les atraviesa y Nicholas les dispara junto a los de más, una vez los pasa corre hasta el centro y solo ve sangre.

Hay una marca de arrastre y al terminar el rastro está un cuerpo cubierto con una sábana.

Andrew levanta, pero es el mexicano, tiene la cara destrozada, la verdad le estallaron la cabeza, solo está una parte del cráneo y piel.

Suben y a un lado está otro cuerpo, es ella Lia, llega Gia y la abraza, llora pegándola a ella, Nicholas ve la imagen y sube las escaleras.

Ve a los desgraciados correr a la azotea y le lanza un cuchillo a uno mientras Andrew hace caer a otro, el tercero logra escapar, él dispara al aire, pero el helicóptero se escapa.

—Ahhh, te mataré Draco —Grito frustrado, se devolvió por el italiano que fue al que le enterró el cuchillo lo tenía apuntado lo tomo del cabello y lo arrastró por las escaleras se levantaba y lo pateaba.

Lo llevó hasta donde tenían amarrada a lía y allí lo golpeó una y otra vez, tomo el cuchillo y se lo enterró en una pierna haciendo una enorme raja al hablarla hacia abajo.

—Ahh… —Hijo de perra, jamás debiste secuestrarla. —Tomó el bote de ácido y lo vacío desde su cabeza, el hombre gritaba, pero no se murió, solo la piel se le calló.

Nicholas tomó una tenaza y le pico los dedos, luego sonrió con malicia y le trozo toda la mano.

Ordenó que le quitarán la camisa y lo ataron a la mesa donde estaba antes Lía y tomó el látigo.

—No debiste tocarla bastardo. —Dijo el hombre lleno de ira y comenzó a darle latigazos, sus gritos le llenaban el alma de calma.

—No debiste, no verla. —Decía dándole uno tras otro.

—Maldito imbécil con ella, no. —Ciento cincuenta, luego tomo el ácido y lo regó en su espalda, cayó por todas partes y él seguía dando alaridos, él se reía y todos veían la saña con la que él lo hacía, luego hablo firme.

—Llévenselo y lo dejan en la dirección que les enviaré al otro igual, cuando terminen con él.

Andrew quedó junto con los demás quebrándole dedos, cortándolos y haciéndolos gritar más de lo que gritó lía, mientras Nicholas simplemente salió de allí, se desapareció, sus amigos lo entendía su mujer y su hijo ya no estaban en lo que no estaban de acuerdo fue en que no se acercó al cuerpo de Lía.

Ese día la familia de Lía se dio vida lastimando a esos hombres y luego se los llevaron a donde dijo Nicholas, él quería seguir después, para él lo que le hizo fue nada.

Todos se regresaron a Londres, pero Nicholas volvió más tarde ese día marcó la vida de todos

Gia no hace más que llorar, toda su familia no pueden ni siquiera hablar de lo que le pasó a su niña, porque en su cabeza reviven el momento una y otra vez.

Nicholas ya no es el mismo o más bien lo es, pero como antes de conocer a su diosa.

Es arrogante, frío, malvado, no descansa un día sin buscar a ese bastardo desgraciado.

Cuando sharpei despertó pidió habla con él, pero él salió muy molesto al darse cuenta de que ella tenía amnesia, no recordaba nada de ese maldito día.

Duque sobrevivió, pero él solo recuerda el disparo que le dieron, no vio quién fue.

Sharpei después de su recuperación decidió irse lejos a pesar de que su otra amiga le dijo que no se fuera, ella no soportó y se fue nadie sabe dónde.

En la élite ha seguido todo su curso, pero fue el conde Black el que se quedó con el puesto de coronel.

El conde Black sigue investigando el paradero del bastardo, él no se come ese cuento de que cayeron por casualidad, ya que esa misión fue de último momento, ahora no confía en nadie, él siempre quiso mucho a Lía y se culpa por no cuidarla más.

Nicholas es un verdadero suplicio, es insoportable, solo vive para buscar a ese perro y bebe mucho, van meses desde que lía fue secuestrada cuatro para ser exactos y solo un día de cada mes se ve feliz, los demás días vuelve a ser la bestia de siempre ni sus amigos lo aguantan.

Cuando lía cumplió los cinco meses de muerta llegó a la elite italiana, una capitana muy hermosa, Antonella Miller, sus amigos mueren porque le preste atención, pero él la rechaza por más que ella quiere estar cerca de él le manda mensajes cariñosos y él solo la rechaza, la mujer lo invita a su casa busca la manera de llamar su atención, pero no lo logra.

Antonella Miller

Nicholas trabaja todo el día y se pierde en las noches, ya no vive con Verónica, logró divorciarse de ella y ahora vive en las afueras de la ciudad, el hombre solo trabaja y nada más.