Él es el pecado, la lujuria y la oscuridad, él es el Rey Demonio que conquistó el mundo y llenó la tierra de destrucción. Ella, una humana, cazadora, sobreviviente, con deseos de vengarse y liberarse de una maldición. Ambos lucharán contra el odio, el deseo e intensa atracción que los dominará poco a poco.
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LOS AMULETOS DE LA SANACIÓN
...EZRA:...
Ivonne pertenecía al lugar de donde venía, con su gente, a mi lado solo estaría en riesgo. Me enfrentaría a una batalla a muerte con los demonios y con los dioses, no había espacio para ella, no sin arriesgarme a que perdiera la vida. Por eso debía quedarse con los suyos, separarnos era lo correcto, por el bien de cada uno.
Si lograba derrotar a mis enemigos, ella ya no tendría que esconderse y yo no tendría que preocuparme por eso.
No podía llenarme de falsas esperanzas con Ivonne, el tiempo la arrastraría hasta la muerte y yo seguiría con los ojos abiertos al mundo, por la eternidad. No quería ver como se le escurría la vida con el pasar de los años, solo la tendría por unos años más y cuando se marchara no sabría que sería de mí. Volvería a estar solo y tal vez sufriendo un dolor físico y emocional por la eternidad.
Por eso, antes de que siguiera aumentando la fuerza del vínculo, yo debía marcharme.
Su gente me odiaba, aquel refugio no era mi lugar, yo no pertenecía allí.
En cuento cumpliera con el trato, me alejaría.
Si moría en batalla no me arrepentiría de tener aunque fuese un poco de lo que los humanos compartían, de haberme sentido acompañado por otro ser que no me viese con temor y como el demonio que era, que me quisiera sin ningún mal interés.
— Solo soy humana y voy a envejecer.
— Me costaría mucho ver como te desvaneces poco a poco.
— Es la ley de la vida mortal... ¿Si fuera como tú si me querrías?
— La soledad es el destino de un demonio, si fueras como yo no pudieras transmitir en mí sentimientos humanos — Dije, tomando su mano y tomó una larga respiración — Soy un ser nacido del pecado y la lujuria, para los dioses y todo ser, somos una blasfemia que no debió ni existir. No merecemos nada y siento que yo no merezco el que me quieras a tu lado.
— Ezra, yo quiero que te quedes, ya no me importa si eres un demonio o el hijo del dios del Inframundo, el destructor de mi mundo, por favor, quédate conmigo — Pidió, con sus ojos brillantes.
— Aquí voy a causarme muchos problemas.
— Búscame — Apretó mis dedos — Después de que destruyas a tus enemigos, búscame — Se le cristalizaron las pupilas — Llévame contigo.
— Si hago eso, voy a apartarte para siempre de tus compañeros. No les des la espalda. Ellos estuvieron contigo en los peores momentos.
— Pero, Ezra...
Su tristeza me invadió, de sensación pesada.
— Ivonne, estarás por siempre en mi mente.
Se tragó las lágrimas y me ardieron los ojos ¿Qué era esto? Asintió con la cabeza, con resignación.
La abracé y rodeó mi espalda baja, apoyando su cabeza de mi pecho.
Acaricié su cabeza.
— Tu también estarás en mi mente por siempre.
Se separó y me observó.
— Ahora, debo librar de su sufrimiento a tu gente, por lo menos eso servirá para remediar tanto daño — Toqué sus mejillas — Lo lamento, Ivonne, jamás pude comprender el daño que hacía, porque nunca sentí.
— Los dioses son los culpables.
— Yo comparto culpa, al aceptar su trato.
— Cualquiera que estuviese atrapado en el Inframundo lo hubiera aceptado, la libertad es lo más preciado que hay, sin eso no se puede vivir — Se acercó y me dió un casto beso en los labios — Sin ese trato yo no te habría conocido.
— Perdiste a tus padres por mi egoísmo.
La tristeza en ella aumentó.
Alguien abrió la puerta y me separé rápidamente de Ivonne.
Una mujer de piel oscura, amuletos y túnica entró, con los ojos abiertos como platos hacia mí, envolvió uno de sus amuletos en su palma y su cuerpo se tensó, sintiendo mi energía oscura ondular por toda la habitación.
Una bruja.
— Perla — Dijo Ivonne, con incomodidad, ocultando su expresión.
— Ivonne... — Parecía impactada — Haz encontrado al rey demonio — Sin moverse de su lugar — Como lo juraste — Me reparó, alarmada — Pero, no lo mataste y nunca lo harás, porque te ha tomado, ha marcado tu cuerpo y tu alma, como suyos — Dedujo, leyendo la marca de oscuridad en Ivonne.
— No tienes pelos en la lengua — Elevé una ceja y ella estrechó los ojos, Ivonne estaba sonrojada.
— Era la única forma...
La bruja agitó la mano — No me debes explicación, entiendo que el destino te llevó por otro camino, muy distinto, pero más ventajoso.
— ¿Ventajoso? — Fruncí el ceño.
— Le quitaste la maldición sin necesidad de forzarla o el que ella te matara.
Era una bruja poderosa, pero no demasiado.
— Ivonne nunca me mataría.
— Tal vez, pero su espíritu de lucha y valentía la habrían ayudado a lograrlo — Siguió apretando el amuleto y se me ocurrió una idea.
— Se que juré matarlo, pero...
— Sigues demostrando ser muy valiente, requiere de eso para aceptar unirse a un ser oscuro a pesar de todo lo que ha provocado — La bruja nos evaluó, sintiendo el vínculo entre nosotros — Increíble... Esto jamás lo había visto. Una humana y un...
Mi oscuridad onduló hacia ella, rompiendo sus baratijas y rozándola cerca.
"Cierra la boca, ella no lo sabe, nunca lo sabrá" mi voz retumbó en su interior.
Ivonne ahogó un grito cuando los restos de hueso y perlas cayeron al suelo junto a las cintas rotas.
La bruja retrocedió, con expresión aterrada, pero con suficiente valentía para no salir corriendo.
— Amuletos hechizados, poderosos, pero no contra mí, sin embargo, sin eso habrías muerto ¿Tienes más de esos?
— ¿Qué pretendes? demonio oscuro — Siseó e Ivonne me evaluó confundida.
— Para poder romper las maldiciones que aquejan a tu gente, debo poseer los cuerpos con mi poder, pero los mataría en el proceso de ser así, necesito una canalización — Me aproximé, elevando las perlas rotas con mi poder hasta colocarlas en mi palma — Las perlas pueden funcionar como canalizadores, contendrán mi energía pesada mientras los despojo de las maldiciones. Si soy yo quien las sella, no se romperán fácilmente.
— Mis perlas son preciadas, tu energía oscura las va a mancillar...
— Es la única forma no dolorosa.
Ivonne se aproximó, tomando una de las perlas rotas, observó hacia la bruja.
— Ezra tiene razón, las perlas absorben energía, pueden servir para que ninguno salga lastimado, solo usarás doce de las perlas.
— Con cargas diferentes de poder, según cada maldición, algunas son más pesadas que otras.
— Perla, es la única forma, deja que Ezra lo haga — Ivonne la tomó de la mano — No hay tiempo.
— De acuerdo, pero si alguien sale lastimado, no le daré el agua pura, ya sé porque lo trajiste — Gruñó, con desconfianza — Tiene una herida malsana.
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Después de que Ivonne cambiara de ropa a su corset de cuero, pantalones del mismo material y chaqueta, la bruja nos guió hacia su cuarto de hechizos y posiciones.
Había muchos frascos en las vitrinas, con extrañas plantas en líquidos, también muchas partes de demonios.
En el centro había una mesa con perlas agrupadas en un triángulo.
La bruja hurgó en unos cajones.
— Deben hacerse con cordones gruesos — Argumenté, observando las perlas.
La bruja volvió con varias cintas de cuero y tomó asiento.
— Jamás recibí órdenes de un demonio — Dijo, con rostro emocionado — Y mucho menos un descendiente del dios del Inframundo, esto quedará para la historia — Le sonrió a Ivonne y ella soltó una carcajada.
— Pídele una pluma como recuerdo.
Lancé una mirada de depredador — Eso nunca.
— No sería una mala idea — Dijo la bruja, mientras hacía varias trenzas.
— Tócame y quedaras como muñeco vudú.
— Tranquila bestia, estoy bromeando — Sacudió su mano y luego evaluó a Ivonne — Tiene el mismo temperamento que tú.
— Cierra la boca — Le advertí.
Ivonne sonrió — Es cierto, no lo había notado.
Le lancé una mirada insinuante y apretó su boca.
— Guarde sus energías para los amuletos — Dijo la bruja y solté un gruñido bajo que hizo temblar la mesa.
Después de armar los amuletos con las perlas le pedí a ambas mujeres que se apartaran, no sin que antes me indicaran las diferentes maldiciones de cada uno y lo avanzada que estaban.
Consideré colocarle menos carga negativa a la del infeliz de Peter para verlo retorcerse de dolor cuando lo estuviera despojando de la maldición.
Mi lado perverso casi me domina, pero más peso tenía mi capacidad de volar.
El lugar se llenó de oscuridad cuando mis garras quedaron expuestas mis dedos se oscurecieron cuando empecé a recitar en mi lenguaje, pasando mi manos por encima de los amuletos.
Los recipientes de vidrio se sacudieron y el fuego en los candelabros se apagó hasta que terminé.
El fuego volvió y todo se calmó.
Ivonne y la bruja observaban mudas desde su posición alejada.
— Ya están listos — Los tomé, su peso había aumentado — Llévame con la gente. Yo sostendré los amuletos, si los tocan pueden recibir una carga de energía.
— Sígueme — Dijo la bruja, adelantándose.
— ¿Haz hecho esto antes? — Me preguntó Ivonne.
— No, pero espero que funcione, como contigo, solo que ésta vez el canalizador serán las perlas y no... — Decidí no distraerme con eso, ya era suficiente con tener su esencia impregnada.
— Entiendo.
Nos marchamos, siguiendo a la bruja por el túnel, tomamos otro camino hasta llegar a una enorme cámara donde los humanos estaban reunidos.
La sala se quedó en silencio cuando la bruja caminó, pasando por enmedio.
Todas las cabezas giraron y hubo sonido de espantos de parte de los que no me habían divisado antes.
Se apartaron de mi camino de inmediato.
Me posicioné al frente.
— ¡Ivonne! — Una niña con la mitad del cuerpo transformado en piedra se aproximó a mi humana, ella se agachó para recibir su abrazo.
— ¡Yumi!
Un niño con partes convertidas en humo gris, corrió seguido de la niña.
— ¡Doular! — La sonrisa de Ivonne creció, tomando en sus brazos al pequeño.
— ¡Pensé que no volverías! — Reclamó la niña, en llanto, con un cabello de madera en su mano — ¡Peter me lo dió, me dijo que tu lo encontraste para mí!
— Prometí volver y lo hice — Ella le tocó la cabeza — Y lo mejor es que traje a alguien que puede curar sus maldiciones — Ivonne me observó, sin importarle que los demás estuvieran espantados con mi presencia.
Los niños me observaron.
— ¿Quién es él?
Ivonne susurró algo que sus compañeros nunca alcanzarían a oír.
— Es mi amigo.
— Pero se ve malvado — Susurró el niño.
— No, es todo lo contrario — Los besó a ambos en la frente.
— Dime, rey demonio — Gruñó el infeliz de Peter — ¿Cómo harás para cumplir con tu palabra? ¿Piensas exorcizar a cada uno de nosotros como lo haría un sacerdote? — Ironizó y me provocó arrancarle los ojos con mis garras. Su piel brillante iluminaba toda la sala.
— No confío en él — Protestó un hombre con espinas saliendo de su rostro.
— Yo tampoco — Apoyó una mujer que parecía marchita.
— No me interesa si confían o no, Ivonne les ha traído la cura y deben estar agradecidos por eso.
— Nos trajo al demonio que destruyó todo, al que nos maldijo y acabó con nuestras familias — Otra mujer, me observó con odio — ¿Ahora pretende ayudarnos? ¿Después de tanto sufrimiento causado?
— ¡Sé lo que hice y no me molestaré en justificar algo que no se puede eludir ni remediar, pero para Ivonne, ustedes son lo único que les queda, ella se arriesgó demasiado para ver este momento concretado, negarse a aceptarla es un acto de ingratitud, significará que todo lo que hizo ella sería en vano! — Dije, observando de forma firme a todos, sin utilizar mi don de manipulación — ¡Háganlo por ella, solo por ella y por ustedes mismos!
— La palabra de un demonio no vale — Protestó Peter.
— Ezra es un peón en todo — Dijo Ivonne, observando a sus compañeros — Los dioses acudieron a él en el Inframundo para ofrecerle un trato...
— Ivonne — Protesté.
— Ya es hora de que lo sepan y que no te sigan señalando como el único culpable — Ella insistió — Los dioses lo enviaron para exterminar la humanidad, porque para ellos somos una plaga indeseada, ninguno de ellos estaba contento con los humanos.
— Eso no puede ser cierto — Protestó otro hombre.
— Sí lo es ¿Por qué creen que todas nuestras suplicas y rezos no han servido de nada? Los dioses orquestaron todo esto.
— Acepté ser el señor de la destrucción a cambio de mi libertad — Confesé, recibiendo miradas de desaprobación — Solo por eso pagué un gran costo, habrá una batalla, me enfrentaré a los dioses y a los demonios por su libertad, como pago a mi maldad.
que te transporta a un mundo de fantasía y te sientes parte de la historia.
Ezra, Ivonne, Eriz, Darrell, Latía al igual que Tessa, dejan su huella 🤷♀️
he leído la saga Corazón de piedra, Corazón de cristal y Corazón rebelde y quedé encantada.
Muchos éxitos Thailyng, Dios la bendiga 🙏
Se las recomiendo 👌
Excelente historia Thailyng 👏👏👏👏
todos encuentran a su parejas.
Muchas gracias Thailyng es una hermosa historia, mis felicitaciones 👏
De que vendrán muchos mini dioses, seguro que sí 😊 que viva el amor 💘
Ezra y Eriz hacen honor a su padre 🥰
Ahora, habrá paz entre humanos y demonios 🤔
Ezra y Eriz, está es la oportunidad para
poner fin a lo Dioses, que dejen de manipularlos a todos.
al parecer no le tiene miedo 😜
Veremos la reacción de Ezra al ver a su padre 🤦♀️
aquí se puso, súper interesante, que harán los otros Dioses, cuándo se enteren .
Que sucederá 🤔 cuándo salgas con Latía 😱
Espero que tu sacrificio 🤷♀️ valga la pena.
espero que sus diferencias se arreglen
con está entrega 🥰 se de una oportunidad.
Violet pronto se encontrará contigo 🤔 se fue,al igual que tú 🙈 ustedes son tal para cuál 😜 van a sacar chispas, cuse junten 🤣🤣🤣