Abdelary es una niña albina africana, que junto a su hermano gemelo, son rechazados por su condición al nacer, son criados por su tío un general del rey Amin, y desde muy pequeños su abuelo Bonga les enseña a luchar para que se conviertan en los mejores guerreros.
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capitulo 24
Abdelary te buscan… ¿Quién me necesita?... el muchacho de la comida… Dile que pase… señorita… señora… discúlpeme señor es la costumbre… no te preocupes, ¿en qué te puedo ayudar?... se me había olvidado que su padre el general Bongani, me dijo que le dijera lo siguiente: “no te olvides de la felicidad de quién siempre te ha apoyado, todos merecemos ser felices” … Muchas gracias por informarme… de nada señora, que tenga feliz viaje.
Apenas el muchacho sale Abdelary se sienta sin decir nada… ¿Estás bien?... afirma con la cabeza y luego se acuesta y se arropa con la cobija… ¿Quieres hablar conmigo?... no quiero… ¿Qué quiso decir tu padre?… me mando recordar algo que tengo que hacer, pero es algo muy doloroso para mí… sea lo que sea puedes contar conmigo.
Levanta un poco la cobija y ve que su esposa llora... siéntate por favor… no quiero… deja de ser caprichosa, lo que tu padre dijo no suena tan grave… para mí sí lo es, me quedaré sola contigo… ¿y no te parece genial que estemos los dos solos?... ella lo mira y llora a un más, el general solo sonríe… vez porque digo que eres una mala persona, mientras yo lloro tú te ríes.
Él simplemente se acerca y la besa… no, déjame… porque me sigues rechazando sí sé que no te soy indiferente… en este momento no puedo estar contigo así quisiera… ¿Por qué?... cosas de mujeres… lo mira y pregunta ¿no vas a salir corriendo?... ¿Para dónde?... muchos hombres no quieren saber de las mujeres cuando están menstruando.
Estoy que salgo corriendo, mentiras es una broma, sé que es algo normal en las mujeres y me alegra que estés tan tranquila… ¿Por qué no lo estaría?... mis hermanas siempre se están quejando de dolor… pues a mí nunca me ha dolido nada… que bueno, porque no me gustaría verte así, como viven mis hermanas.
Sabes una cosa, me gusta que en tu reino las personas sean de mente mucho más abiertas que en el mío, acá todo esta al revés, por todo forman un lío, en lo único que les ganamos es que las mujeres podemos hacer cosas que en el tuyo no es bien visto.
Ahora dime, ¿qué te tiene tan triste?… tengo que separarme de Palesa, para que ella sea feliz, ella siempre ha estado conmigo, no puedo ser egoísta con ella, ella decidió sacrificarse por mí, y ahora yo tengo que hacer algo por ella, si no lo hago sería la persona más egoísta del mundo, le debo la vida… pero no llores.
Ella sacrificó su vida para cuidarme, no entiendo por qué soy tan egoísta y me duele tanto estar lejos de ella… porque la quieres de verdad… Abdelary lloró esa noche hasta quedarse dormida, cuando despertó Mandla la tenía abrazada y una de sus piernas estaba sobre la de ella.
General, despierte me está aplastando… no te voy a soltar, así que te aguantas... ni siquiera se tomó el trabajo de abrir los ojos, así que le tocó dormir toda la noche de esa forma, cuando el general despertó tenía una gran sonrisa en sus labios… ¿De qué te ríes?… buenos días…
Me duele todo el cuerpo, no estoy acostumbrada a dormir acompañada y mucho menos con una pierna que pesa como una gran roca... pues tendrás que acostumbrarte… ¿General cuando nos organicemos podemos hablar?... está bien, ¿pero por qué no hablamos de una vez?... no, esto es serio y necesito que usted escuche muy bien lo que quiero decirle.
Cuando ambos estuvieron listos para partir, Abdelary observo a su esposo a lo lejos sentado en un tronco, se acercó a él… general, necesito pedirle un favor, en algunos días debo tomar otra ruta con Palesa, necesito dejarla con alguien muy importante para ella, nos volveríamos a ver en unos cuatro o cinco días, el camino que tomaré es mucho más corto por eso tendré que esperarlos.
Mandla se queda mirándola por algunos segundos muy serio… general, yo sé que usted no confía en mí, pero le doy mi palabra de que no me voy a escapar, por favor confié en mí, aunque sea por esta vez, no lo traicionaré se lo prometo… de ver que Mandla no dice nada, da la vuelta para irse, pero el general la jala hacia él y termina sentada en sus piernas.
Yo si confió en ti… ¿De verdad?... de verdad… ¿Eso quiere decir que me darás el permiso?... no solo eso, te voy a acompañar… que bien, dice y le da un fuerte abrazo… y entre mirada y mirada terminan besándose y se olvidan del resto del mundo, hasta que Abdelary reacciona y trata de levantarse, pero Mandla ya había pensado que ella haría esto y la aprieta un poco de la cintura.
¿Qué haces? Suéltame… no te voy a soltar, quédate quieta… mira, tu hermana nos está mirando y quien sabe que se está imaginando… déjala que se imagine lo que quiera… ¿No crees que ya es hora de partir?... sí, pero quiero estar un rato más contigo, estoy muy preocupado… ¿Por qué estás preocupado?... los leones ya hace varios días desaparecieron y nosotros cada vez nos alejamos más.
No te preocupes, el mío en ocasiones desaparece por días, hasta meses y después aparece lo más de tranquilo… mi leona también, pero ella no pertenece a estas tierras… pues el mío si, y te puedo asegurar que cuando menos lo pienses aparecerán bien campantes, tranquilízate ellos están bien… eso espero.
Vamos… lo toma de la mano y él se levanta sonriendo, mira disimuladamente sus manos y no la suelta, cuando están junto a huracán, la ayuda a subirse a él… puedo sola… lo sé, pero igual quiero ayudarte, ella le sonríe…. ¿Hermano me puedes ayudar?... ¿no eres capaz de subirte sola a tu caballo?… Abdelary sonríe al escucharlo.
Pasaron varios días y cada vez, ellos eran más cercanos… Palesa, organiza tus cosas, vamos a llevarte con Olufemi… ¿qué?… ya escuchaste, ha llegado el momento de separarnos para siempre, sé que amas a ese hombre y él te ama a ti, yo no puedo ser feliz si tú no lo eres… se abrazaron y lloraron juntas en medio del campamento... Tu novio me cae de la patada, pero si él te hace feliz haré un esfuerzo para soportarlo como mi cuñado… muchas gracias.
¿Hermano que le pasa a tu esposa que está tan triste? ¿Le hiciste algo malo?... no le he hecho nada malo, está triste porque se tiene que separar de Palesa… ¿Y por qué?... para que ella sea feliz, mañana Palesa, mi esposa y yo, iremos por otro camino, en unos cuatro o cinco días nos volveremos a ver, deben continuar, nosotros los esperaremos más adelante.
Yo no pienso quedarme, voy con ustedes… Halima, ¿que vas a hacer tú allá?, sabes que Abdelary y Palesa, cabalgan muy rápido, tú no seguirías nuestro ritmo… claro que sí.
Además, le prometí a mi esposa que yo la acompañaría, nunca le dije nada de ti… desde que te casaste, ya no me prestas atención, solo quieres complacerla a ella, después que te ayudé a conquistarla ahora quieres deshacerte de mí, ya te estorbo.
Eso no es cierto, sabes que te quiero mucho, eres mi hermana favorita, así seas insoportable a veces… bueno como ahora ella es la que manda le pediré a ella que me lleve… no, ven acá… adiós hermano.