NovelToon NovelToon
Tú Mi Luna, Yo Tu Tierra

Tú Mi Luna, Yo Tu Tierra

Status: En proceso
Genre:Escuela / Romance / Colegial dulce amor
Popularitas:827
Nilai: 5
nombre de autor: Kitty_flower

Anne es una chica común: pelirroja, de ojos marrones y con una rutina sencilla. Su vida transcurre entre clases, libros y silencios, hasta que un día, al final de una lección cualquiera, encuentra una carta bajo su escritorio. No tiene firma, solo un remitente misterioso: "Tu luna". La carta está escrita con ternura, como si quien la hubiese enviado conociera los secretos que Anne aún no se atrevía a decir en voz alta.

Día tras día, más cartas aparecen. Cada una es más íntima, más cercana, más brillante que la anterior. Anne, con el corazón latiendo como nunca antes, decide dejar su respuesta: una carta pidiendo un número de teléfono, un pequeño puente hacia la voz detrás del papel.

Desde ese momento, las palabras ya no llegan en papel, sino en mensajes que cruzan el cielo entre la luna y la tierra. Entre risas, confesiones y silencios compartidos, Anne descubre que la persona tras el seudónimo no es un sueño, sino alguien real.

NovelToon tiene autorización de Kitty_flower para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Primer mensaje

El número bailaba en mi cabeza durante todo el día. Lo había guardado en mi celular bajo el nombre "luna", con un emoji de estrella al lado, aunque me sentí un poco tonta haciéndolo. Pero en el fondo... me gustaba sentirme así. Nerviosa. Ilusionada.

Había releído su carta como veinte veces. La flor seguía entre las paginas de mi cuaderno, como un pequeño secreto.

Me encerré en mi habitación, ya anocheciendo. Fuera, la nieve caía suave tiñiendo la calle de blanco. Me senté en la cama, respire hondo y abrí el chat. No tenía nada escrito aún. Solo el número y el cursor parpadeante.

Mis dedos dudaron.

¿Qué se dice en un primer mensaje cuando ya has dicho tanto en papel?

¿Qué palabra no suena tonta?

¿Qué palabra no suena demasiado?

Y entonces, sin pensarlo más, escribí:

"Anne (tierra)

hola...

no se si esto es muy pronto o muy torpe...

pero soy yo. La chica de la carta bajo el pupitre. Supongo que ya sabes eso. No tengo idea cómo empezar esto en "modo teléfono"... pero quería decirte que tu flor fue lo más bonito que alguien me ha dado en mucho tiempo. Y que ya te pienso más de lo que debería.

Así que... ¿Hola, luna? ¿Todavía estás despierta en el cielo esta noche? "

Leí y releí cada línea. Dudé. Quise borrarlo. Pero al final, cerré los ojos y presioné "enviar".

Un solo clic.

Un solo universo nuevo.

Una historia apenas comenzaba a escribirse, ahora, en la palma de mi mano.

Luna.

"Mi tierra esta despierta,

la luna siempre esta de noche, en lo mas alto del oscuro cielo, estaba esperando con ansias tu mensaje, y no te preocupes nada cambia en este "modo teléfono" lo único que cambia es que me lees en este instante y me respondes con la misma emoción. Y sobre la flor, la traje de mi lugar favorito, del invernadero de mamá. "

Anne (Tierra)

"Mi luna esta despierta, quisiera saber mas de ti, en quien piensas antes de cerrar tus ojos, en que música envuelven tus dulces oídos, cuál es tu color favorito..."

Luna.

"Estoy despierta, aunque voy al instituto por la mañana temprano soy un ser que se duerme inevitablemente tarde. Mayor mente pienso en ti... La música que envuelven mis oídos son solo instrumentales de la era antigua, y mi color favorito es el de tu cabello... o el de tus ojos. Y cuéntame tierra a la que orbito, ¿quien ocupa tus pensamientos cada noche?"

Sus mensajes me sacan una sonrisa, estoy sonriendo al celular, a un chico que esta detras de la pantalla, que es real que no es parte de mi increíble imaginación. Tomo un sorbo de agua que hay en mi mesita de noche y respondo entusiasmada.

"últimamente la Luna se a colado en mis pensamientos, a pesar que sea de día, espero todo el día una carta de parte suya."

En ese momento, Mi luna deja de responder por un largo rato. Pensé que se abra quedado dormido, así que guardo mi celular bajo la almohada y me acomodo para dormir. Pero mi pensamiento recurre a sus bellas palabras y que ahora tengo su número de celular, lo cual es increíble, lo cual me tiene sonriendo todo el tiempo. No se quien es, pero siento que ser simplemente vista me hace feliz. Cuando estoy a punto de cerrar los ojos y caer en un sueño pesado me llega una notificación, es Luna. Con un nuevo mensaje.

"Disculpa, fui a lavar mis cráteres, tambien a tomar un poco de agua, a veces la sed llega de noche. Tierra ¿estás dormida?"

inmediatamente abro los ojos, me siento en la cama lista para seguir la conversación.

" Claro, estoy despierta, casi sueño contigo, pero tu dulce melodía me trajo en esta realidad donde puedo hablar contigo."

Tierra.

Luna:

"Perdón por interrumpir tu dulce sueño, querida Tierra."

Tierra:

"No te preocupes, me gusta hablar contigo...

Ya casi es media noche, y me cuesta mantener los ojos abiertos... pero no podía irme a dormir sin escribirte primero.

No sé por qué, pero tus palabras me acompañan incluso cuando cierro los ojos. Es como si tus letras se volvieron estrellas que cuelgan en el cielo de mi mente, guiándome suavemente hacia el sueño.

Hoy pensé mucho en ti. Me pregunto cómo habrá sido tu día. ¿Te reíste? ¿te dolió algo? ¿sentiste frío? Yo me abrigué con un suéter que huele a lavanda, y no puedo evitar imaginar cómo sería prestártelo si tuvieras frío tambien.

Me gustaría que el mundo fuera mas pequeño, que las distancias se acortaran y que pudiera susurrante un "buenas noches" sin tinta de por medio. Pero por ahora, esta carta será mi abrazo más sincero.

Tú, mi Luna, eres mi ancla.

Eres la razón por la que, incluso en las noches más largas, la luna no se esconde.

Gracias por existir.

Gracias por escribirme.

Gracias por ser tú.

Duerme bien, precioso.

Y si sueñas, ojalá sueñes conmigo.

Con toda mi tierra y agua,

Tu tierra. "

Un martes cualquiera, o casi.

Hoy fue uno de esos días en los que el cielo no se decide. Amaneció nublado, con esa luz blanca que parece salida de un cuento en blanco y negro. el viento olía a lápiz recién afilado y a tierra mojada, como si el mundo también tuviera tareas por entregar.

Llegué al colegio con los audífonos puestos, escuchando esa canción que siempre me hace imaginar que voy caminando en cámara lenta. En la entrada me encontré con Zadkiel, recargado contra una columna como si fuera el protagonista de su propia novela adolescente.

— ¿Otra vez llegas tarde, Anne? — me dijo, sin mirar su reloj, porque ni siquiera usa uno.

— No llego tarde, llego con estilo. — le respondí, empujándole el hombro con una sonrisa.

A los pocos minutos apareció Iven, con una dona de chocolate en la mano y migas en la camiseta . Siempre tiene algo dulce, y siempre me ofrece la mitad aunque sabe que se la voy a rechazar (la mayoría de las veces).

—Hoy soñé con dragones que jugaban ajedrez —dijo, como si fuera lo más normal del mundo.

Así somos. Cada uno en su órbita, pero girando juntos.

~~~~☆~~~~

En clase de Historia, Zadkiel fingía prestar atención mientras dibujaba en el borde de su cuaderno. Estaba haciendo caricaturas de la profesora como una faraona egipcia, con una corona de lápices y un cetro de gises. Me pasó el dibujo por debajo del pupitre y tuve que ahogar una risa.

Iven, en cambio, anotaba todo. Todo. Incluso las pausas dramáticas de la profe. “Aquí suspiró. Posible dato importante.” Es un genio raro, y lo adoramos por eso.

Yo… bueno, a veces sí presto atención, a veces no. Hoy me costaba. Tal vez porque mi mente andaba colgada entre papeles, cartas, y una luna misteriosa que ahora ocupaba buena parte de mi pecho.

Durante el receso, nos fuimos al patio. Nos sentamos en el mismo rincón de siempre, cerca del árbol de hojas anaranjadas que Iven insiste en bautizar como “Arbóreo El Grande”.

—¿Creen que los extraterrestres hacen tarea? —preguntó Zadkiel, con una papa frita colgando de la boca.

—Claro que sí —respondió Iven—. Probablemente tienen que escribir ensayos sobre la evolución del pensamiento humano, y están decepcionados.

Yo solo reí. Era bonito estar con ellos. Era fácil. Me hacían olvidar el peso invisible que a veces siento en el pecho. Ellos no lo sabían, pero eran parte del hilo rojo también.

~~~~☆~~~~

Al final del día, caminamos juntos hasta la salida. Zadkiel empezó a contar chistes malos y Iven fingía no reírse (pero sí lo hacía). Yo solo los observaba, pensando en lo mucho que los quería. A mi manera, claro. Esa manera torpe de no decirlo nunca en voz alta.

Nos despedimos en la esquina de siempre. Iven se fue en su bicicleta azul, y Zadkiel tomó otro camino, lanzándome un saludo con dos dedos y esa sonrisa pícara de quien guarda secretos.

Yo volví a casa con una sonrisa tranquila. Un día normal. Uno de esos que parecen no significar nada… hasta que los recuerdas y te das cuenta de que lo eran todo.

Abrí la puerta de casa y el olor me abrazó antes de que pudiera quitarme los zapatos. Pan tostado, sopa caliente y un toque de canela, como si mi madre hubiera cocinado recuerdos en lugar de comida. Me solté la bufanda y colgué el abrigo en el perchero de madera con forma de árbol que papá construyó para mí cuando tenía ocho años. Todavía tiene mi nombre tallado torpemente en la base: Anne, con una "e" muy torcida.

—¡Ya llegué! —grité, como siempre.

—¡En la cocina, cariño! —me respondió mamá con su voz de melodía suave.

Entré y ahí estaba ella, removiendo una olla humeante con su delantal de flores. Me sonrío apenas me vio, como si yo fuera su pequeño milagro de todos los días. Y a veces siento que sí lo soy.

—¿Cómo te fue hoy? —preguntó mientras me daba un beso en la frente.

—Normal. Zadkiel hizo dibujos tontos de la profe y Iven sigue convencido de que el árbol del patio puede hablar.

—¡Qué bueno que tienes amigos así! —rió—. Los excéntricos hacen la vida más sabrosa.

Me senté en la mesa y vi a papá llegar con las manos llenas de polvo de madera. Siempre está haciendo algo en su taller. Hoy, por el olor, creo que lijaba una repisa.

—¿Y cómo está mi chica favorita? —preguntó, dándome una palmada suave en la cabeza.

—Soy tu única chica.

—¡Y aún así, mi favorita!

Mis padres adoptivos no pueden tener hijos. Lo supe desde que era pequeña, y no sé explicarlo, pero eso nunca me hizo sentir menos hija. De hecho, creo que me hace sentir más amada. Soy su única estrella, su universo chiquito. Y aunque a veces me pesa esa adoración constante, la verdad… me gusta. Me hace sentir especial, incluso cuando no hago nada extraordinario.

Comimos juntos, los tres, hablando de cosas simples: la nueva planta que mamá quería adoptar (como si fueran niños verdes), el proyecto de papá para construir una estantería curva, y mi día en la escuela. O al menos la parte que puedo contar. No hablé de las cartas. Aún no. Es mi secreto, uno bonito, uno que quiero cuidar un poco más.

Después de lavar los platos, mamá me abrazó sin razón. Lo hace a veces. Solo se acerca, me envuelve con sus brazos y se queda en silencio. Su manera de recordarme que estoy aquí, que me eligieron, que me aman.

Antes de subir a mi cuarto, papá me preguntó si quería ver una película después.

—Si no me quedo dormida escribiendo —le dije con una sonrisa.

Y él solo asintió, como si supiera que mi mente andaba lejos… en la luna.

*Querida Tierra*:

*Hoy pensé en ti más veces de las que el cielo guarda estrellas*.

*Pensé en tu risa, en tu forma de mirar el mundo como si todo aún pudiera salvarse. Pensé en el hilo invisible que nos une, en cómo cada palabra que escribimos es una puntada más en esta historia que solo nosotras entendemos*.

*Quisiera estar allí, contigo, cuando cierras los ojos. Acariciar tu frente con un murmullo, como hace el viento entre los árboles. Susurrarte que no estás sola, que aunque el mundo a veces se sienta grande y frío, yo siempre te estoy buscando. Y te encuentro, Tierra … en cada letra que dejas para mí, en cada pausa entre tus palabras, en tu forma de querer sin miedo aunque aún no me veas del todo*.

*Prometo que cuando te duermas esta noche, la luna brillará un poco más. No porque yo esté allí, sino porque tú estás pensando en mí*.

*Duerme bien, mi tierra*.

*Yo te cuidaré desde el cielo*.

*Siempre tuya*,

*Tu luna*

1
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play