Cegada por el primer amor confío en que era correspondida dando paso a lo que fue y lo que será la vida de Diana, una adolescente que comienza a experimentar una vida de maltratos
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Capítulo 24
Fue en una mañana de mayo cuando ocurrió todo, ya llevaba más de tres meses allí cuando surgió el desencadenante que hizo que todo cambiara. Tocaban la puerta de una manera pausada, mi ex suegra iba a abrir la puerta, no esperábamos a nadie esa mañana, pero como ella estaba en la cocina con las labores domésticas yo me ofrecí para abrir en su lugar y ver quién era.
Al hacerlo un chico más menos de la edad de mi hijo con cara afable me preguntó si allí vivía Dayana, al responderle que sí y decirle que era yo, un sonido ensordecedor invadió el lugar, quedé sin ser capaz de escuchar las palabras de mi ex suegra que corrió hacia mí, con una cara de terror, no tenía idea de lo que había ocurrido.
El chico corrió automáticamente, abandonó el lugar, vi como se marchó mientras sentí un líquido caliente brotar de mi pecho, no sentí dolor, pero mi vista comenzó a nublarse, mis piernas comenzaron a flaquear y caí inconsciente en el suelo, mi ex suegra abrazo mi cuerpo mientras pedía auxilio.
Todo ocurrido allí ese día había sido planificado por Javier, poco a poco fue sutilmente sacando información a mi hijo, este inconsciente al daño que me haría le contó todo sobre mí, donde vivía lo que hacía, que cambie mi nombre por Dayana. Para Javier fue muy fácil acceder a mí, ya sabía que me había mudado con su madre, con la esperanza de una reconciliación con mi hijo, era una presa fácil.
Javier contrató a espaldas de su hijo a un chico que se dedicaba hacer este tipo de encargos, lo hizo mediante una chica a la cual le pagaba por compañía y lo visitaba con bastante frecuencia en la cárcel. Ella pidió una cita con él y Javier le explicó todo el plan, le pidió que solo me lastimara a mí, por eso el chico verificó mi nombre.
Mi hijo antes de eso seguía ignorando mis llamadas, visitaba a su abuela con la condición de que yo no estuviese por allí. Avisaba el día antes y yo salía de la casa y me conformaba con verlo de lejos. Venía muy poco en realidad a casa de su abuela, solo una vez por semana.
Ese era todo el vínculo que tenía con él, gracias a su abuela supe que aunquélseguía en el negocio de la droga y en la banda le gustaba una chica nueva, que nada tenía que ver con ese mundo y le había pedido que lo dejara todo por ella, él lo estaba considerando y yo solo rezaba por qué lo hiciera.
De Karla jamás volví a saber, mi hijo la ignoró completamente, al igual que la universidad. En el poco tiempo que llevaba en las drogas tenía gran dinero, auto propio incluso. Pero era proveniente de un dinero sucio, la nueva novia sabía de su oficio por eso quería que saliera de allí.
Un paso a su favor era que había iniciado terapia para desintoxicarse, incluso estuvo ingresado dos semanas, al parecer esta chica lo estaba llevando por el buen camino y comenzaba a volver a retomar su vida. Tenía tres años mayor que él, ya trabajaba en un negocio familiar, tenía varias tiendas de ropas.
Ella estudiaba en las noches y trabajaba de día, fue en la tienda donde lo conoció. El vino a por condones y al verla le pidió una cita así sin más, fue su ocurrencia, mezclado con su aspecto de chico malo lo que la hizo darle la oportunidad de salir con él. Desde ese día él solo tenía ojos para y por ella.