Estoy a punto de casarme con un hombre cruel y sin sentimientos y todo por pagar una deuda familiar, mi nombre es Sofía Gómez y el hombre que me compro se llama Adrik Ivanov, su nombre lo define a la perfección, ya que el es un hombre cuya oscuridad y frialdad te abraza con solo una mirada.
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Capitulo XXIV Noticias sin importancia.
Llegada la noche Adrik se dirigió al hospital, él cuidaría de Sofía está noche.
— Buenas noches. — dijo Adrik entrando en la habitación.
— Buenas noches. — respondió Cecilia.
— Puede irse a su casa, de ahora en adelante yo me haré cargo de mi esposa. — dijo Adrik sin emoción en su rostro.
— No es necesario, yo me puedo quedar sola. — interrumpió Sofía mirando a los dos.
— De ninguna manera amiga, sé que eres capaz de cuidarte sola, pero ahora debemos cuidar a mi sobrino. — respondió Cecilia.
— Yo no haría nada que pusiera en peligro a mi bebé. — dijo Sofía con una sonrisa.
— Mejor no insistas, yo me haré cargo y no hay discusión. — se impuso Adrik.
Si la situación fuera distinta, Sofía lo habría mandado a la china, pero como no podía alterarse, ella simplemente acepto la imposición de Adrik, dedicándole una sonrisa a su amiga y dejándole en claro que ella estaría bien, Cecilia se retiró de la habitación no sin antes dejarle una advertencia a Adrik.
— Más te vale y no la alteres, porque si algo le pasa a mi amiga o a mi sobrino, te la verás conmigo.
Cecilia no le dio tiempo a Adrik de defenderse, ella simplemente se dio la vuelta y salió de la habitación, dejando a Sofía con una gran sonrisa.
— Has comido algo?. — pregunto Adrik acercándose a Sofía.
— Eh!, si ya cené. — respondió Sofía algo nerviosa.
— Bien!, entonces trata de descansar. — dijo Adrik sentándose en la cama dispuesta para los acompañantes.
Sofía lo ignoro y empezó a ver su teléfono, igual no tenía sueño, ya que había dormido casi todo el día, a media noche Sofía quiso ir al baño, primero se cercioró de que Adrik estuviera dormido para luego tratar de levantarse.
— A donde vas? — pergunto Adrik con los ojos cerrados.
— Eh!, solo quiero ir al baño.
— Espera yo te ayudo.
— No es necesario, yo puedo sola.
Sofía no terminó de levantarse cuando ya tenía a su lado a Adrik, él se acercó a ella y la llevo en sus brazos hasta el baño, luego la bajo con mucho cuidado.
— Gracias. — dijo ella.
— Como digas. — respondió él.
— Puedes salir por favor. — pidió Sofía amable.
— No quiero. — respondió Adrik.
— Sabes que no puedo hacer mis necesidades contigo presente. — comento Sofía.
— No, no lo sé, recuerdas que perdí la memoria. — respondió Adrik con sarcasmo.
— Perdón, pero ahora por favor sal del baño.
Adrik no discutió más, él salió del baño y unos minutos después Sofía también salió, se notaba que había humedecido su rostro, cosa que a Adrik le pareció extraño.
— Tienes calor?. — pregunto él.
— No, es solo que por el embarazo a veces siento algo de calor.— Sofía mintió realmente se acaloró por tener tan cerca a su esposo.
— Ok, vuelve a la cama y trata de dormir.
Adrik ya llevo de nuevo en sus brazos hasta la cama, la colocó sobre esta con mucho cuidado y por unos segundos sus miradas volvieron a conectarse, Adrik beso a su esposa con mucha delicadeza, él solo se dejó llevar por lo que su corazón le estaba diciendo, al principio fue un beso suave y tierno, pero al pasar el tiempo fue subiendo su intensidad, los dos estaban sin aliento hasta que Sofía lo tuvo que detener.
— Por favor, detente!.
Adrik pensó que no quería besarlo, él sabía que no podían hacer nada, pues ella estaba delicada debido a su embarazo.
— Tanto asco te doy?.
— No, no es eso, pero tú y yo nos estamos divorciando y no quiero pasar a ser la amante de nadie, digo ya que tienes una novia.
Adrik no dijo absolutamente nada, él volvió a su cama y le dio la espalda a Sofía, ella al final se quedó dormida, pensando en ese beso, se sintió como en el pasado, cuando ella y su esposo eran felices.
Debido a que Sofía paso gran parte de la noche despierta, se quedó dormida hasta muy tarde, eran casi las diez de la mañana cuando al fin abrió los ojos, busco con la mirada a Adrik, pero él no estaba por ningún lado, ella necesitaba ir al baño, así que como pudo se levantó de la cama y camino despacio al baño, después de hacer sus necesidades y lavar sus dientes, salió despacio encontrándose con un Adrik mal humorado, ella sintió que algo no estaba bien, pero prefirió no decir nada, así que volvió a la cama.
— Pedí que cambiarán a tu médico. — soltó Adrik de sopetón.
— Y quien te dijo que podías hacer eso?. — dijo Sofía molesta.
— No permitiré que me veas la cara de imbécil. — dijo Adrik lanzando el periódico en la cara de Sofía.
Ella agarró el pedazo de papel, donde había una foto de ella con Fernando hablando muy cerca, era una foto de hace un mes y ella lo recuerda porque ese día Fernando le dijo que estaba enamorado de Cecilia, pero que no sabía cómo llegarle, ambos estaban riendo y el que tomo la foto lo hizo con mala intención, ya que ellos no duraron mucho tiempo así y en ese preciso momento estaba llegando Cecilia, quien los vio y dijo que parecían enamorados, Sofía no se inmutó y simplemente lanzó el periódico al suelo, luego se recostó en la cama, ella sabía que no podía estresarse, por el bien de su hijo.
Llegado el medio día llegó Cecilia con una sonrisa.
— Eres una descarada, ahora eres la amante de Fernando. — dijo Cecilia sin percatarse de que Adrik estaba en la habitación.
— Sabes que la gente por vender inventan lo que sea. — respondió Sofía restándole importancia al asunto.
— Yo sé que esto es mentira, pero que pensó el troglodita cuando lo vio. — dijo Cecilia preocupada.
— El troglodita piensa que ustedes dos son unas sinvergüenzas que se prestan los novios. — dijo Adrik saliendo del baño.
— Hola Adrik!. — dijo Cecilia haciéndole caras a Sofía.
— Bueno, amiga ya estoy lista para irme a tu casa, gracias por recibirme. — dijo Sofía sonriendo.
La cara de Adrik se puso roja del coraje, pues se suponía que ella se iría a vivir con él.