AMOR GITANO #GRUMPY & SUNSHINE

Narra Anto

Me ví dirigiéndome en ese crucero con el esposo que tanto quería, pero resultó ser frio y distante conmigo, estábamos en camarotes diferentes, viajamos en el mismo crucero, pero cada uno haciendo su vida.

Aguantar esto por tres años, no podría, quien lo haría, de que me servía todo lo que tenía si no era feliz.

Eso descubrí al estar con Enzo, con él me sentí completa, de alguna manera, no podía explicarlo.

Me hice amiga de una señora mayor, llamada Katrina, ella me comentó que hubo un tiempo en que tuvo un esposo, que deseo tener una familia, pero dicho esposo resultó ser el peor monstruo que jamás se imagino, de dia era todo un amor, pero de noche la sometía a castigos que ni los esclavos creía que habrían sufrido, con la escusa de que dejó que otro hombre se fijará en ella.

La observé, su cabello con tinte rubio, maquillaje perfecto, tenía más cirugías de las que recordaba, todo para que ese marido jamás la vuelva a reconocer.

Ella se fue de esa casa, al no tener estudio, porque se casó joven y enamorada, se dedico a ser prostitut@, como era muy bella, logro tener clientes de la alta sociedad.

-No te recomiendo este camino... Tu tienes un estudio. Me dijo.

-Mi matrimonio es solo por conveniencia... La empresa de mi esposo se une a la de mi padre... Mi padre impone siempre todo. Le comento.

-Los de la alta sociedad acostumbran negociar con sus hijas ... Y por lo que veo alguien más ocupa tu corazón. Me dijo mirándome con sus ojos verdes.

-Asi es... Y ahora estoy en este crucero... Qué lo veo como una cárcel sobre el agua... Lo espere con ilusión al creer que lo disfrutaría... Pero no es así. Le digo.

-Se te nota... Yo vine a este crucero porque estoy por morir. Me comenta.

-¿Morir?... Se la ve bien. Le digo sorprendida.

-Aunque no lo creas... Es así... Solo me dieron una semana... Si es que no es menos... Pero estoy decidida a no pasar mis últimos minutos en un hospital... Y mi elección fue un crucero... Se que al no tener a nadie... Me lanzarán al mar. Me dice mirándome.

-¿Quién?... ¿Dejo eso escrito como última voluntad?. Le pregunto.

-No... Pero tengo una propuesta... Puedes tomar mi lugar... Y si desapareces... Creerán que caiste al mar. Me dice.

-¿Cómo?... ¿Tomar su lugar?... No podría... Qué sería de mi padre... De mi esposo. Le digo agitada.

-Me dijiste que no eres feliz... Tienes todo pero a la vez nada... Un esposo que no te ve como a una esposa... No te golpea... Pero que te ignore es como si te diera en el mismo rostro una piña... O peor te ocasiona lesiones que no se ven pero te destruyen... Un padre que decide con quién te casas... No puedes elegir... No eres libre... Estás presa... Si tomas mi lugar... Te liberas... Y con tus conocimientos... Tu intelecto... Puedes trabajar donde sea. Me dice.

Después de esa charla reflexione toda la noche, la verdad me sentía ahogada, sin haber caído al agua, jamás me preguntaron que quería, jamás se preocuparon en fijarse si eso me gustaba, daban por hecho todo, mi padre daba por hecho, porque él siempre decidió por mi.

Al subir esos vídeos era satisfactorio porque yo lo hacía porque así lo decidí, y nadie me lo impuso.

Pero eso dejo de interesarme cuando estuve con Enzo, ahora solo quiero estar con él, y si la única forma de estar con él era fingiendo ser alguien más, lo haría, porque solo cambiaría mi nombre.

Me dirigí al camarote de Katrina y llame a la puerta, la misma se abrió sola y la ví recostada en el sofá, estaba calva, su cabello hermoso solo era una peluca de cabello natural, la ví débil como si le costará respirar.

-Katrina... Dime qué necesitas. Le digo preocupada.

-Liberame... Dejame dormir con los peces. Me pidió.

-No digas eso...

Ella me tapó la boca con su dedo tembloroso, librate, ocupa mi lugar y encuentra tu felicidad, no dejes que el tiempo pase. Me dijo con su voz débil y cerro los ojos.

Mi corazón latía desenfrenado, no sabía que hacer, mire a todos lados, ví sus cosas y una carpeta que decía lo que ella padecía, era cáncer, pero según ese informe, era terminal.

¿Podría ponerme la ropa de alguien mas?

¿Qué tan desesperada estaba?

¿Era feliz?

Tantas preguntas se cruzaron en mi cabeza.

No lo dude, me vesti como ella, use su peluca, me arregle lo más parecida a ella y opte por unos lentes oscuros que cubrían mi rostro, chequee sus papeles, extraje de mi teléfono la información de Enzo y lo deseches junto con Katrina, a ella la lleve en brazos, por suerte no pesaba mucho y la pude envolver en una manta. Me dirigí con ella sin que nadie me vea, por suerte todos estaban en el show de juegos artificiales, llegué hasta el borde del costado del crucero, lance a Katrina y me senté en el piso recuperando el aliento, eso me agito mucho, mire que se hunda y suspiré aliviada.

Es una locura lo que cometí, pero ella me lo pidió, regrese al camarote de ella, ya no sería María Antonieta Flores, de ahora en más, me conocerán por Katrina.

Pasado el susto salte emocionada de un lado a otro, era increíble, podría estar con Enzo.

Tan solo debía tener paciencia en esperar un tiempo para dar con él.

Me dormí después de leer el diario que ella dejo escrito, sobre su vida, sus esperanzas., estaba como para ser publicado, lo guarde con esa idea, sería mi homenaje a la que me señalo una salida.

Un sonido de alarma me despertó, golpearon mi puerta.

"DIRIJASE A LA SALIDA SEÑALADA"

"SIGA LAS SEÑALES"

Escuché que gritaron.

Me incorporo y atendí.

-¿Qué paso?. Indague.

-Sufrimos un desperfecto... Hasta que se solucione los invitamos a que bajen a recorrer ... Regrese en dos horas. Informo.

Era la oportunidad que esperaba, me fijé en la ropa de Katrina, no era anticuada y tenía buen gusto, por lo que me puse su ropa, me coloqué su peluca, lentes negros amplios y todos sus papeles, había una maleta de mano que solo contenía billetes verdes, en grandes cifras.

No solo me dejó su identidad, si no la oportunidad de iniciar una nueva vida con esto.

Me lo lleve con solo un pequeño bolso de cambio de ropa, sus joyas, aquello que tenía un valor monetario, lo demás podría adquirirlo luego.

Salí de ese crucero, junto a los demás pasajeros, perdiéndome en la multitud.

Ya nadie decidirá por mi vida, ya no seré una moneda de cambio.

Indague donde podía tomar un vuelo que me lleve de regreso a la ciudad donde vivía Enzo.

Me imaginé su cara de sorpresa cuando me vea.

Subí en ese avión y no me dormí por los nervios, esto era algo nuevo, jamás pensé hacerlo, fingir mi muerte para ser libre, libre de las reglas, de los deberes, de un esposo que no me quiere.

Por primera vez me sentía convencida de lo que realmente quería, y era ser libre de esa responsabilidad.

Llegué un lunes por la noche, viaje un poco más de quince horas, debería estar cansada, pero no, el deseo de poder estar con Enzo me superaba.

Llegué a su departamento, llame nerviosa a su puerta.

Escuchar que la abra hacía latir mi corazón de manera acelerada.

-NO PEDI NADA. Dijo en un tono ebrio, su estado era despeinado, como si no hubiera dormido.

-ENZO. Le dije.

-No... Eres una alucinación... No me atormentes así. Dijo y lo ataje para que no caiga.

-No lo soy... Estoy aquí. Le dije.

Se prendió de mis hombros, me tocó la cara.

-Esto es grave... Deberé ir al doctor. Dijo con la lengua trabada.

-Estoy aquí... Soy tu conejita 69. Le dije.

Él abrió los ojos de par en par, soltó la botella que tenía en su mano y tomo mi rostro con ella.

-Cambiaste tú cabello, pero sigues siendo tú... ¿Cómo es posible?. Me dice.

-Antes que nada... Debes tomar una ducha... Hueles mal. Le digo ingresando con él.

El departamento estaba hecho un desastre, había botellas de cerveza tirados por todos lados, el olor a alcohol era fuerte.

-Te creí muerta. Me dice.

-Estoy aquí para ti... Porque me creerías muerta. Le pregunto.

Aunque se la respuesta.

-Salio en las noticias. Me dice.

-Mejor que así me crean... Así me quedo contigo. Le digo.

-En serio... Te quedas conmigo... Vas a ser mía y de nadie más. Me pregunta.

-Si quieres podemos ir a vivir lejos. Le sugiero.

-Es una locura. Dice tomándose la cabeza.

-No hablemos de eso... Te extrañe. Le digo próxima a él y su mano poso en mi loma.

Él me miro con un brillo singular.

-Yo también te extrañe. Me dijo.

Me quite la ropa, y lo ayude a desvestirse.

Vi que tenía una tina en el baño que puse a cargar. Lo ayude a meterse, y me senté sobre él.

-Anto como te extrañe. Me dice aferrándose a mi.

-Dime Katrina. Le dije.

-Katrina... Me agrada. Dijo posando un beso en mis labios.

-Te gusta. Le consulto moviendome despacio.

-Mmmm... Si me gusta. Responde posando besos intensos en mi cuello, y sus manos estrujandome cada parte.

Unté la esponja de jabón y pase por su torso, sus brazos, mientras gozaba de sentirlo completo. Lave su cabello, senti que me lleno completa y su cuerpo se estremeció.

-Te extrañe mucho. Susurra sobre mis labios.

-Yo también te extrañe. Le respondí.

Salí de la tina.

-No te seques... Me gusta ver tu cuerpo húmedo. Me dice.

-Sal... Antes que te arrugues. Le dije.

Lo ayude a salir, lo saqué con una toalla.

Me abrazo besándome más intenso.

-Deseo que no sea un sueño. Dijo.

-Que sea solo nuestro sueño. Le dije.

-Si... Nuestro. Respondió con una sonrisa.

Lo lleve a la cama y me acosté en sus brazos.

-Es el mejor sueño. Repitió.

**

A la mañana escuché un sonido molesto de despertador, como lo odio, me tape más en la cama.

Sentí que él se levantó, escuché la ducha un largo tiempo, lo que me llamo la atención fue como si llorara.

Me levanté e ingresé a ver, estaba sentado en el piso con las manos cubriendo su cara.

-Enzo. Le dije.

-Put@ madre. Exclamo incorporándose.

-Estas bien. Le pregunto y me meto con él en la ducha.

-Eres real... No te soñé... Estás aquí. Me dice abrazándome.

-Si... Llegué anoche... Aunque estabas con unas copas de más. Le dije.

-An...

-Katrina. Le repetí.

-¿Katrina?. Indaga

-Si... De ahora en más... Dime Katrina. Le aclaró.

-Espera... Tu ... Tu fingiste tu muerte. Me dice con los ojos muy abiertos.

-Es la única manera que estemos juntos... Ya no tendre que seguir reglas tontas. Le dije.

-Es una locura... ¿Qué será de tu padre?. Me pregunta.

-Solo te quiero a ti... No necesito a nadie más. Le asegure.

- ¿A qué te dedicaras?. Indaga.

Se ve que le preocupaba el capital.

-Eso es todo lo que te interesa... Así que solo te fijaste en mi por mi posición. Le digo.

-No... No quise decir eso... Es que hay que tener un plan... Ser independiente implica no depender del dinero de tu padre... Pero todo vale algo... Puede que no lo notarás por como vivías... Pero para las personas comunes es diferente. Me dice.

-Y crees que estaré de arrimada... Me ves como una sanguijuela... Una vampira que te chupara el bolsillo. Le digo vistiendome.

-No lo tomes a mal... Con mi sueldo apenas me mantengo yo. Me dice.

-No te preocupes... Se cuando no me quieren. Le digo terminando de vestirme.

-Anto... No lo tomes asi... Es mejor tener un plan... Te lo digo por experiencia. Me dice.

-Crees que decidí esto sin un plan... Que solo me lance como si nada... Mejor olvídalo... Fue un error en creer en ti. Le digo sería.

-Si piensas cobrar por los vídeos que subes... Cuanto tiempo puede durar eso. Me dice.

Me sentí ofendida de que crea que solo servía para bailar, tenía dinero, podía hacer mi propio camino, si quería podía invertir en la bolsa y me pararía para toda la vida.