Entregando Vidas... Misión Nostradamus.

Santino:

Cerré la llave de la ducha, me dolía un poco el pecho. Sostuve la toalla la enrolle haciendo un nudo. Pasé mi mano por el espejo con demasiado vapor.

Ver la cirugía de mi pecho, me hacía darme cuenta que no siempre somos invencibles, siempre podía llegarnos la hora cuando menos lo esperemos, tomé otra toalla dejando en mi cuello, sostuve una punta revolviendo un poco mi cabella en ella.

Abrí la puerta del baño, mi mirada se fue directa hacia la cama, esto era todas las noches, la usencia de Nahir me dolía. Negué con la cabeza, ¿Cómo podía seguir pensando tanto en ella? Era rusa, una rusa que…

Pasé al armario, levanté mi mirada hacia la ventila de la calefacción, sonreí recordando las veces que discutíamos y siempre terminamos distanciados se podía escuchar a través de ella su vocecita cantando sensualmente. Tragué saliva al tener reacción en mi cuerpo.

Bajé un pants, removí la toalla dejando caer. Me lo puse acomodándome, miré hacia mi miembro que estaba erecto. Lo di un ligero masaje, lo que me ocasiona pensar en la única mujer que me calaba hasta los huesos y no tenerla a mi lado.

Santino: esto si es un ligero suplicio para mi.

Tomé una playera cuando escuché que la puerta se abrió, miré de reojo hacia la entrada del armario, inhale el perfume de la persona que había entrado. Ella reposó su cuerpo en el marco de la entrada.

Santino: ¿Qué haces aquí?

Beida: Ya me dijo Dimitri lo que Nahir ha estado haciendo a nuestras espaldas.

Santino: Nahir es la única que lo ha hecho antes que todos nosotros.

Beida: Debe tener buenas alianzas, ayuda de ese tal Pavel. ¿Qué sabemos de él?

Me puse la playera, la presencia de Beida no ayudaba mucho y menos de la manera en que estaba. Se apartó de la entrada caminando hacia adentro del armario. La seguí con la mirada acomodando por completo mi playera.

Santino: Beida, Dimitri está en la villa.

Beida: Lo sé. Puedo sentirlo, puedo escucharlo a kilómetros.

Negué con la cabeza, pasé de ella, pero me sostuvo del brazo, miré hacia el frente pasando mi mirada hacia ella. Las cosas no estaban mejorando entre ella y yo. Mordió su labio inferior, se giró un poco empezando a bajar la cremallera de su traje, podía admirar cada cicatriz que tenía, una situación difícil para ella cuando la atacaron, sin duda tuvo que aprender a vivir con el dolor de lo sucedido.

Me acerqué a ella sosteniendo sus manos. Sus hermosos ojos brillaban.

Santino: sé que te dije que me encantaría por llevarte a la cama, si, esa es la verdad, pero le estarías faltando a Dimitri que no se lo merece. Le estaría faltando a Nahir que tampoco se lo merece.

Beida: Lo sé. Lo que siento por Dimitri es amor, pero lo que quiero contigo es diferente, solo tú y yo. Siempre ha sido así. Sé que le dijiste a Nahir que nunca ha pasado nada entre nosotros, ella me lo dijo y se lo confirmé. Pero revivir esos tiempos donde solo fuimos tú y yo, creo que nos hace falta.

Negué con la cabeza, eso no eran mis planes, sonreí subiendo lentamente la cremallera. Ella se arrojó hacia mi plantándome un beso en los labios, mis manos se fueron hacia su cuerpo, me hacía tanta falta una mujer, que en estos momentos no estaba pensando con la cabeza. Sus manos desesperadas queriendo dejar marca en mi brazos…

La alcé con fuerza sentándola en una de las estanterías. Bajó de nuevo su cremallera, metió su mano entre mis pants, abrí los ojos al sentir su mano en mi miembro… Los dos nos miramos fijamente.

Estaba perdiendo la cabeza, negué con la cabeza de inmediato apartándome de ella. Acomodé mi ropa.

TOC!! TOC!!

Beida se subía su cremallera, miré hacia la entrada escuchando que la puerta de la habitación se abrió.

Nelly: Señor. Lo espera el señor Bastian y el señor Dimitri en su despacho.

Santino: (susurrando) Cuando salgas, tendrás cuidado que te vean.

Asintió con la cabeza, caminé hacia la entrada del armario, cerré la puerta, la mirada de Nelly estaba hacia mi.

Santino: Vamos.

Ella asintió con la cabeza, un pequeño sonido se logró escuchar, Nelly se dio la media vuelta mirando hacia el armario.

Santino: andando.

Ella salió esperando con la mirada hacia dentro de la habitación, cerré la puerta, los dos caminamos por el pasillo, miré hacia la habitación en el mismo instante que Beida salía de la habitación. Ella se quedó en la entrada mirando hacia Nelly, que bajó de inmediato las escaleras, parecía que Beida no se daba cuenta de lo que esto implicaría.

Se acercó hacia mi, quería matarla en este momento.

Santino: Te dije que no salieras.

Beida: Por favor Santino, no me digas que le tienes miedo a una chica de servicio.

Pasé mi mirada hacia Nelly que se apresuraba a ir hacia la cocina.

Santino: Es respeto Beida.

Me sostuvo de la mano sin importarle que la hayan visto, bajé hasta el ultimo escalón con ella, hice que me soltara caminando hacia el despacho, abrí la puerta viendo a Daemon, Dimitri y Bastian. Daemon solo levantó una ceja mirando la pequeña sonrisa de Beida que entró acercándose hacia la portátil.

Dimitri giró la portátil, me acerqué con pasos lentos, era el acta de nacimiento de alguien.

Daemon: Hace una semana que eres padre Santino, al parecer todo indica que es un hermoso varón y que está en buen estado.

Reposé mis manos sobre la mesa, podía ver la hora y el día justo que había nacido. Un hermoso varón que pesó 3.200 kilos, leía con mucha atención que fue un parto complicado pero se logró ser natural.

Bastian: Siena, se encargó de registrar cada detalle del embarazo con su colaboradora Marcela.

Santino: Esa doctora Marcela ¿la atendió?

Bastian: al parecer ese tal Pavel estuvo con ella y Dalila la amiga de Nahir.

Santino: PAVEL, PAVEL… MALDITA SEA… QUE HACE PAVEL CERCA DE MI MUJER.

Beida: Lo que tú ahora no le haces a Nahir.

Todos miramos a Beida, Dimitri se sorprendió al escuchar las palabras de Beida con un resentimiento, algo que no le iba a permitir que se expresara así de ella.

Santino: Beida…..

Daemon: Santino.

Santino: NOOO, Nahir, es una mujer decente. No necesita hacer lo mismo que yo para sentirse segura de ella misma.

Beida: Puede ser, pero como explicas que un hombre que no es el padre de su hijo esté con ella y que la asista en su parto.

Negué con la cabeza, las palabras de Beida sobre pasaban los límites de referirse a Nahir de la manera que no me agradaba.

Bastian: Muy sencillo, ya lo escuchaste, ese tal Pavel ha estado con ella. El mismo Lenko lo confirmó.

Daemon: Beida, creo que estas predisponiendo las cosas.

Beida: ¿Yo? Para nada, recuerdo bien que Siena es la única doctora que nos ha asistido, ningún hombre por petición de ustedes. Caray, ya quisiera ser Nahir.

Santino: BASTAAAA!!! BASTAAAA!!!

El lugar quedó en completo silencio, Dimitri solo negó la cabeza ante las palabras de Beida, caminé hacia ella manteniendo fija la mirada, reposó sus manos en la cintura desafiándome con la mirada.

Santino: TE RECUERDO QUE HABLAS DE MI ESPOSA.

Beida: Esposa de nombre, por que todas nosotros hemos pasado por muchas cosas. TODAAAAS, Y USTEDES SON LOS UNICOS QUE HAN ESTADO EN NUESTROS MOMENTOS MÁS DIFICILES.

Santino: SIII, ES CIERTO, PERO LES RECUERDO A TODOS QUE ME DIERON POR MUERTO, SI LA INFORMACIÓN LLEGÓ A NAHIR, ES LA UNICA… ME OYES… ES LA UNICA QUE MENOS CULPA TIENE DE LO QUE ESTÉ PASANDO O HACIENDO.

Ella aplaudía en forma de burla, rodé los ojos apartándome de ella antes que hiciera una real estúpides.

Beida: QUE BUENO QUE LE ESTAMOS TOLERANDO LA MUERTE DE AGNES, LA MUERTE DE JEFES DE LA MAFIA RUSA. BIEN POR NAHIR… NOSOTRAS ¿Cuándo? ¿AHHH?

Dimitri: No creo que ninguna tenga las aptitudes de Nahir.

Beida: PÚDRETE…

Levantó el dedo de en medio mostrándoselo a Dimitri, él no hizo absolutamente para tranquilizarla, ella se dio la media vuelta saliendo del despacho.

Respiré profundamente viendo a Dimitri que se apresuró a salir tras de ella, era mejor que no estuviera aquí o juraría que no sé que más le hubiera echado en cara, pero que agradezca que no lo hago solo por Dimitri.

Daemon: Lamento lo que dijo Beida.

Santino: No me interesa la opinión de las demás hacia mi esposa. Nahir, ha estado sola en este proceso, me cree muerto y no la juzgo para nada.

Me senté en la silla, tenía muchas cosas en la cabeza más que nada las ideas de como ir por Nahir sin ser detectados, la gala de los Rusos no estaba lejos, eso nos podía con las manos atadas.

Si llegábamos antes de tiempo, el riesgo de la Emisora Drive se iba por los suelos, eso era un lujo que no nos podíamos dar, al menos tendría que esperar un tiempo más para ir por Nahir y por la emisora. Lo necesitábamos más que nada por la información que se empezaba a plantear ante el gobierno del país, donde los Fiscales estaban peligrando en este punto.

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