Zoe ha renacido en Elise, la extra que es obligada a casarse con el villano y muere en manos de este, pero ahora, Elise se ha preparado para ese momento y esta dispuesta a sobrevivir y ha quitar a todo aquel que se interponga en su camino, porque no sabe, que no todo es lo que parece.
NovelToon tiene autorización de Arhuchim para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capítulo 20- ataque...
Aprovechando que había regresado a Asd y que el emperador anda fuera, Elise salio del palacio para visitar a su padre, por supuesto que durante su viaje hacía la mansión de la familia, pudo notar que alguien la estaba siguiendo, seguramente aprovechando que ella iba con pocos guardias.
- el Duque Brown debe querer darle la bienvenida...
Agregó Eva quien iba a su lado.
- que dulce de su parte, le daré las gracias antes de volver a Erty.
Aunque por el momento esos hombres solo parecían estar vigilando, iban tras su carruaje como si solo fuesen simples transeúntes, incluso delante, había una carreta de lo que parecía ser un grupo de mercaderes, no era difícil saber que iban tras ella debido a que se cruzaron de repente y no han cambiado de dirección. El carruaje llego a la mansión Castelli, donde el Duque ya esperaba ansioso a su preciosa hija, apenas Elise bajo se acerco a abrazarla y la aparta para observarla.
- mi pequeña ¿estás bien? Ese demonio...¿te trata bien?
- estoy bien, no me ha pasado nada malo.
- me alegra saber que estar bien, pero me angustia el hecho de que la estuvieras pasando mal.
- su majestad es mejor hombre que cualquier humano, eso se lo aseguro, no soy obligada a nada que yo no quiera, si eso te tranquiliza padre.
- entiendo...si tú lo dices. Vamos he hecho que preparen tu platillo favorito.
- gracias padre. Por cierto, su majestad dijo que vendría para la cena y que quiere que pasemos la noche aquí.
- b-bueno...no creo que haya problema con eso, es tu esposo después de todo.
- se que no te dio buena impresión, pero no es aterrador como crees.
El Duque no estaba del todo convencido, pero trata de confiar en su hija y en sus palabras, además de que ella se ve bien, no parece asustada o ansiosa por mantenerse lejos del emperador. En la noche, tal como Elise dijo, Cedric llego a la mansión, incluso había llegado con regalos que los sirvientes le fueron entregando al Duque.
- lamento mi repentina visita, pero quería conocer la casa, donde mi adoraba esposa creció.
Cedric al estar cerca de Elise le sostiene la mano y le deja un beso en el dorso de esta, el Duque puede darse cuenta que el demonio observa a Elise con admiración.
- no era necesario tantos regalos. Estoy bien con que haya permitido que Elise visitará esta casa.
El emperador ríe por las palabras del Duque.
- yo no necesito darle permiso, Elise es mi esposa no mi prisionera. Si ella quiere ir al fin del mundo, con gusto la dejo ir y si ella lo permite, la acompaño.
- gracias majestad. Pase, la cena esta lista, espero sea de su agrado.
El Duque se hace a un lado para permitir que el emperador pase, así que Cedric le ofrece el brazo a Elise y ella lo sostiene.
- mi esposa dijo que tiene excelentes cocineros y le creo.
Todo lo contrario a lo que los sirvientes esperaban ver al saber que el emperador era un demonio, fue completamente diferente, ahí estaba ante ellos, un hombre atractivo y joven, que durante la plática de la cena, era bastante cortés con el Duque, en ningún momento se mostró arrogante o amenazante, quizás las historias sobre los demonios eran solo eso, historias. Después de la cena, Eva es quien lleva al emperador a la habitación de Elise para que se instale, mientras que la rubia se había quedado con su padre a degustar de un postre.
- ¿estará bien que se quede en tu alcoba? Pienso que deberían prepararle la habitación más elegante.
- esta bien, padre no te preocupes.
Más tarde Elise regresa a su alcoba, al entrar Cedric estaba sentado cerca de la ventana observando la noche y sus ojos lucian de color carmín, Elise cerró la puerta y camino hacía él observando sus brillantes ojos, ella estira la mano y acaricia por debajo del ojo.
- son como dos rubíes brillando bajo la luna.
- si fueras hombre sabrías como seducir a una dama.
- pero no lo soy y te estoy seduciendo a ti.
Elise se inclina para besar los labios del emperador, incluso se sienta en su regazo mientras le abraza del cuello para prolongar el beso. Para el día siguiente Elise se despierta, escuchando el ruido de fuera, ya los empleados deben de haber iniciado sus labores, así que Elise se levanta, el emperador y su padre seguramente ya deben estar desayunando. Al bajar, ambos ya estaban en el comedor, la rubia saluda a ambos y toma asiento para acompañarlos.
- no pregunte anoche, pero ¿cuanto tiempo se quedarán en Asd?
- el tiempo que mi esposa quiera, después de todo, fue su idea venir.
El Duque se sorprende por eso, pues creyó que el emperador solo había llegado a Asd por algún asunto político con el rey.
- en realidad no lo pensé cuantos días, pero no podemos dejar Erty por mucho tiempo.
- comprendo. Aún así agradezco que me hayan visitado, es extraño estar sin tu presencia en esta casa, mi niña.
- también extraño estar aquí, pero encontré un lugar donde me han aceptando tal cual soy.
Cedric observa a Elise y deja ver una leve sonrisa, algo que el Duque nota de inmediato.
- majestad, cuide muy bien de mi niña, es todo lo que pido.
- no se preocupe Duque, ella estará bien y cuando guste es bienvenido a Erty. Aunque la última vez me vi obligado a sacarlo, me disculpo por eso.
El Duque se sorprendió por esa disculpa, siendo el emperador, es sorprendente que acceda a dar una disculpa. Más tarde ambos van de regreso al palacio, aunque era obvio que nuevamente había gente siguiendo el carruaje y además, este comienza a desviarse, mientras los bandidos tratan de detener a los guardias para que no les sigan, aunque lo extraño, era que estos nisiquiera intentaron hacerlo.
- parece que este viaje no será tan aburrido.
- más tarde hay que agradecerle al Duque Brown tan agradable bienvenida.
El carruaje iba por el bosque, hasta que este comenzaba a tener dificultades para avanzar debido a lo inestable del terreno, al final el carruaje termina por voltearse, Cedric abraza a Elise siendo él quien se golpea al caer, poco después la puerta que había quedado hacía arriba es abierta, habían varios hombres.
- muy bien perra, sal de ahí y no intentes nada.
Cedric los mira mostrando enojo.
- ¿como te atreves a faltarle al respeto a mi emperatriz?
Los hombres ríen, ante las palabras del emperador.
- en estos momentos ya no importa el estatus. Salgan ahora mismo.
- por supuesto que saldré.
Cedric abraza a Elise y la cubre con su capa, de un momento a otro, el carruaje termina por romperse lanzando a todos los que estaban cerca, fue como si todo hubiese explotado y cuando el humo se disipa, se veía de la espalda de Cedric unas enormes alas de plumas negras extendidas, eran lo suficientemente fuertes como para haber roto el carruaje, Elise estaba en sus brazos, se veía tranquila y al ver las alas sonríe.
- no se dejen intimidar...nuestro objetivo solo es la perra que viene con él.
Los hombres los tenían rodeados, Cedric baja a Elise y levanta la mano listo para atacar su magia, no iba a permitir tales insultos a su emperatriz, Elise le sostiene la mano y hace que la baje.
- descuida cariño, si lo que quieren es una perra, se los daré.
Ante la mirada de asombro de todos esos bandidos, Elise de transforma en aquella bestia similar a un licantropo, sus feroces colmillos resaltan cuando ella gruñe, sus garras rasgan la tierra en cada paso que da. Aquellos hombres intentan escapar, pero todos parecen chocar con una pared invisible, era un muro mágico creado por Cedric, no iba a dejar que la diversión de su esposa escaparan. Elise ataca a todos esos hombres, algunos siguen intentando huir otros intentan pelear, pero el resultado es el mismo, Elise los atrapa entre sus garras y destroza sus cuerpos con facilidad, quedando solo unos pocos quieren tiemblan de miedo y se arrastras por el suelo.
- n-no nos dijeron que ella era una bestia...
- l-lo sentimos...si nos deja vivir le diremos quien nos envió.
- no hace falta, sabemos quien.
Cedric se acerca a ellos y con espada en mano y no duda en cortarles la cabeza. Minutos después llegan los guardias, Elise ya había regresado a la normalidad, como Eva venía con los guardias, ella le da un pañuelo para que limpie sus manos de la sangre.
- aquí tiene su caballo, majestad.
- se los agradezco. Emperatriz, espero sepas ir a caballo.
- por supuesto.
Cedric sube primero y le ofrece la mano para subirla delante de él, con todo listo, los guardias se retiran para dirigirse al palacio, mientras que Elise y Cedric se van por otro lado.
Creen que pueden asustarla, están muy equivocados.