AMARTE, DUELE

Narra Kate

Me despierto y observo si a mi lado esta Bastián, pero me sorprendo al verlo tirado en el suelo con nada que lo arrope, me quedo estupefacta al ver que no lleva una camisa puesta, lo que deja en evidencia su ejercitado cuerpo, miro sus grandes y tatuados brazos, su abonen finamente marcado por el ejercicio y ver su entrepierna sobresaliente hace que mi garganta se seque, no que se pasa por mi mente pero la curiosidad me gana y comienzo a tocar mis pechos mientras lo observo dormir, es la primera vez que hago esto, pero hacer un leve y circular movimiento en mis endurecidos pezones mientras me imagino sus boca en ellos es una sensación indescriptible, eso me pide bajar más, hasta que el sonido de la alarma me hace reincorporarme abruptamente, calmo mi respiración y me hago la dormida

− Kate, oye Kate es hora – me dice tocando mi espalda

− Umm, umm, ya va – digo tratando de sonar somnolienta

− Ok, me bañare primero, espero que estés despierta cuando salga – dice y yo solo muevo mi cabeza

Cuando escucho que cierra la puerta del baño me levanto con un sentimiento de culpa, por poco me descubre, no sé en qué estaba pensando.

Cuando lo veo salir de la ducha completamente listo, me siento lenta, asi que de inmediato me ducho y me visto, pongo un poco de maquillaje en mis rostro, luego salgo, tomo mis tacones, mi cartera y salimos.

Bajamos por elevador hasta la entrada principal donde esta nuestro conductor esperándonos, después de varios minutos llegamos a un prestigioso restaurante, el encargado nos lleva a nuestra mesa, al llegar los hombres presentes se levantan y hacemos las debidas presentaciones, alguno de ellos ya conocían a Bastián, pero en mi caso no.

Comemos y luego proseguimos con la presentación de nuestra propuesta comercial, ellos asienten, la leen y parecen complacidos con la estrategia. Al terminar la junta ellos nos pide que los acompañemos a sus instalaciones para mostrarnos su metodología de trabajo, Bastián y yo quedamos más que complacidos con la alianza.

Pasan dos días y todo está listo para firmar el nuevo contrato, solo que esta vez, ellos deciden hacer una pequeña reunión en nuestro honor y en honor a la nueva asocian entre países y empresas, Celebramos con algunas copas, pero veo que Bastián está tomando demás, así que me disculpo con los nuevos socios y como puedo me llevo a Bastián, subo al auto con el arrastras y le pido al conductor que nos lleve al hotel.

Subimos a la habitación con el apoyándose en mi hombro y yo con mis tacones en la mano, llego y lo tiro en la cama, pero el muy infeliz no se quiere dormir y en cambio pone un poco de música y sirve dos tragos mas

− Vamos, estamos celebrando – me dice extendiendo su mano con mi copa

− Una y ya – le digo para se acueste después de este trago

− Solo si bailas conmigo una canción, si lo haces te juro que me acuesto – me dice en un tono de complicidad

− Está bien – acepto

Acepto y él pone una canción y se me acerca para ponerme de espalda y pegarse contra mi trasero

− ¡Bastián no! – le digo para alejarme pero él me abraza tan fuerte que puedo sentir su aliento en mi cuello

− Solo quiero olerte, me encanta tu olor, hueles a cereza, es extraño ¿sabes? Para una mujer que no tolera el dulce es extraño que su olor característico sea algo tan dulce, delicioso y provocativo como la cereza – me susurra en un tono jodidamente sensual

− Solo me gusta su olor – respondo mientras me muevo al ritmo bajo de la música

− ¿solo me pregunto algo? – habla y yo asiento por saber su pregunta – quiero saber si todo tu cuerpo sabe así

Me voltea con fuerza y no me deja ni pensar, me toma del cuello y me obliga a besarlo, al principio intento resistirme hablándole de lo mal que hacemos si nos dejamos llevar, pero poco y nada me presta atención y en cambio me lleva contra la pared para acorralarme, levanta mis piernas para abrazarse con ellas a su cintura, haciéndome sentir su dureza

− Bastián yo, yo…, esta es mi primera vez – le digo y él se aparte y me observa incrédulo

− ¿tú nunca has estado con nadie? – pregunta y yo niego – pero si Ken… – habla pero luego decide callar y puedo ver que se le ha pasado un poco la borrachera

− Creo que no deberíamos… – no me deja terminar de hablar

Pone un dedo en mis labios en señal de silencio y en cambio me toma de la mano y me lleva hasta la cama, se sienta y me deja de pie con su rostro frente a mi pecho , levanta su rostro y con sus dedos acaricia mi piel como si fuera terciopelo, sube y baja por mis brazos hasta que sus dedos toman los tirantes de mi vestido para dejarlos caer por mis pechos, se queda embelesado observándolos mientras que su dedo pasa por en medio de ellos, luego viaja por cada uno de ellos hasta que ese suave toque pasa por uno de mis pez0nes, me estremezco y cierro mis ojos, acto seguido siento como los toman con ambas manos y se lleva uno a uno a su ardiente boca, los lam3, succiona y tortura con sus dientes mientras que su manos libre toma mi pecho libre para hacer leves pellizco circulares en mi rozado pez0n antes abandonado, me dejo llevar por esa deliciosa tortura y de mi boca solo salen g3midos de plac3r, llevo mis manos a su cabello en señal de querer ser más devorada y él lo nota, me toma con suavidad y me recuesta en la cama, se levanta un poco y termina de quitar mis prendas. Me deposita en la cama con sumo cuidado y me besa con fiereza mientras sus expertas manos navegan por todo mi cuerpo, nuestras bocas hacen un salvaje juego con mordiscos llenos de 3xtasis, me sorprendo al sentir que su mano esta en mi despejado monte de venus, aparto mi mirada nerviosa por lo que creo que hará, pero el muy cínico me observa con sonrisa maquiavélica y acto seguido se adueña de mis pechos con su boca y su mano ardiente baja hasta mi centro ya preparado, percibo como sus dedos juegan en mi intimidad sumamente hum3da, mi respiración se vuelve entrecortada cuando se enfoca en mi botón inexplorado, siento como si el alma se fuera a salir del cuerpo, como si yo misma no me perteneciera y en cambio fuera Bastián el dueño de mi ser, escucho como gruñe en medio de su tortura y posteriormente hunde uno de sus dedos en mí, luego mi cuerpo se llena de una sensación lujuriosa y me dejo liberar en solo sentir, los espasmos se apoderan de mis vientre plano hasta mis piernas me aparto un poco por el asombro de lo que acabo de experimentar y veo que él se alista para bajar, aún tengo un poco de pudor por miedo a lo desconocido, le suplico que no lo haga pues aun no estoy preparada y el asiente para luego posicionarse encima de mí, levanta un poco mis piernas para abrazarse con ellas y siento como suevamente se va adentrando, el ardor y el dolor se apoderan de mí, pero él se acomoda para besar mi cuello y bajar hasta mi pechos, cosa que me alivia un poco – me encanta sentir lo apretada que estas – me susurra y hace suaves movimientos que entre dolor y placer, me llevan a un sinfín de sensaciones jamás conocidas, puedo sentir como se contiene pues las venas de su cuello aumenta de tamaño y su rugido es como de dolor, hasta que en una estocada más fuerte el dolor dentro de mi aumente, pero el vuelve a calmar el ritmo apresurado de su cadera, me observa, me besa y luego baja con incomodidad hasta mis amigas necesitadas, esta vez se las come con devoción y en tan solo algunos movimientos mas se deja dejarse venir dentro de mi

− ¡Bastián! – es la voz de Kenia afuera en la puerta de la habitación

− ¡maldita sea! Es Kenia – dice en un gruñido Bastián

− Yoo…, que hago, no se ¿Qué hago ahora? – pregunto esperando una respuesta

− No lo sé, carajo – grita furioso

− No me iré de aquí hasta que abran esa maldita puerta – vocifera furiosa – los voy a matar a ambos

− Debemos abrir – dice Bastián

− Pero no puedo, mírame, no podemos dejar que nos vea así – le respondo mientras tomo una sábana y voy directo al baño para vestirme y escucho a Bastián caminar para abrir la puerta