Mónica tiene que superar todos los obstáculo que le puso la vida y recuperar a su hija y todo lo que robaron.
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El qué sabe jugar soy yo.
¡Puedo ser lo quieras, pero no me pidas que te muestre mi rostro! -Dijo, Mónica tentando su suerte, ella solamente lo dijo por decirlo, según lo que le contó Raúl, es que su jefe nunca se mete con una mujer sin antes conocer hasta su historial médico.
Sin embargo, al segundo siguiente, Mónica escuchó el sonido del desbloqueo de las puestas del auto de Larios, y luego, él le sujetó la mano y la condujo al auto, mientras le decía.
¡No jugaras conmigo, aquí el qué sabe jugar soy yo, acepto tu propuesta, está noche serás mi mariposa!
-La mirada de Larios era indescriptible, Quizas por la mezcla de emociones que sentia.
Lo que si es cierto que escapó de Tamara, y el viento que entraba atravez de la ventana, lo hacía sentirse libre.
"¿Aceptó? Oh... Dios mío, ahora qué haré? -Se preguntaba monica con pánico.
"Solamente quería frustrar su compromiso, él es el padre de mi hija y no quiero que ella tenga otra mamá" Pensaba mientras lo miraba conducir en silencio.
-De pronto, el auto se detuvo y Enrique salió y rodeo el Automóvil y como todo un caballero, extendió la mano para ayudarle a bajar.
-En ese momento, Mónica logró ver el enorme rótulo del Hotel Colonial.
-En ese hotel fue donde comenzó parte de su calvario.
En dónde le desfiguraron el rostro y era difícil que esos recuerdos no aparecieran en su memoria
De pronto la voz de Enrique la hizo volver a la realidad.
"¡Este hotel me pertenece, así que nadie sabrá que estuvimos aquí!" El antifaz de Enrique era blanco como su traje, y no podía esconder el brillo en sus ojos.
Asintiendo, Mónica le sujetó la mano, y caminó al lado de Larios. Y una vez que llegaron a la habitación, la joven pudo notar el número en la puerta.
Era la misma habitación de hace siete años, en donde entregó su Virginidad al hombre que le sujetaba la mano.
En ese momento, sintió devolver el tiempo atrás, cuando ella era feliz y solamente se preocupaba por llegar hacer la mejor de todas.
El CEO sacó la llave y abrió la habitación, y al entrar recalcó.
"¡Está habitación tiene siete años de no usarse, solamente la limpian y la vuelven a sellar!"
Enrique esperó ver algún cambio en ella, pero la máscara de Mónica le cubría desde la nariz hasta la frente, y solamente la vio morderse el labio.
-Era lo único que podía ver y sintió un impulso por besarlos, y sin más, se acercó y la besó con ardiente deseo.
"Espera, no tan rápido" Mónica lo apartó y lo hizo retroceder hasta que el CEO cayó sentado al borde de la cama.
-¡Se bueno y disfruta! ella había visto que la habitación tenía un reproductor de sonido y de inmediato puso algo de música, la cual fue perfecta para hacerle un baile de Pole Dance, lo había aprendido cuando modelaba y esto porque los movimientos atrevidos le ayudaban a conquistar la pasarela.
Una una silla, fue lo que utilizó para poder hacerle un show privado al CEO, al principio el vestido le dificultaba realizar los movimientos, por lo tanto lo dejó caer, sin dejar su de lado su baile provocativo.
Frente a ella, Enrique tragaba grueso, y se aflojó la corbata por el repentino calor que sintió.
¡Eres una diva! Declaró Larios, disfrutando el momento. Nunca antes había recibido un baile tan privado como ese, pero esa mujer lo hizo y él ni siquiera se lo pidió.
Mónica no dejaba de moverse, sin embargo, nunca le apartó la mirada, ni ella pensó que se atrevería a tanto, pero ya estaba ahí sola con Larios.
Cuando la notó algo agitada, el empresario se puso de pie y sirvió una copa del frío vino y luego se acercó a ella y se la dio.
¡Toma un poco, te ayudará a refrescarte! Enrique se había excitado con el baile y cuando ella se detuvo y bebió el vino, y le quedaron residuos en los labios, y en ese momento, Larios se acercó y lamió el vino.
Esto dio paso para que la Mariposa se pusiera algo rígida, ella realizó el baile para dar algo de tiempo, y ya no puede alargarlo más, y de eso se dio cuenta cuando sintió que Enrique introdujo la lengua en su boca.
Esta vez, la Mariposa no lo rechazó, al contrario ella envolvió los brazos alrededor del cuello del hombre y se dejó llevar, pero antes le dijo, ¡Está noche quiero ser tuya, quiero que me hagas estremecer en tus brazos!
Pensando en todo lo que ella le acaba de provocar Enrique sonrió y añadió. ¡Te lo has ganado! ¡Quiero volar contigo! ahora fue Enrique, quién la hizo retroceder hacia la cama y, una vez ahí, los beso del hombre bajaron al cuello.
Larios, sentía que él ya había probado aquellos labios, y el perfume se lo confirmaba, algo dentro de él, le decía que era su mariposa, la madre de Mariana.
No obstante la razón, le decía que ella estaba muerta.
Esa noche, la Mariposa, logró sacar todo del CEO, ella lo hizo estremecer, solamente la mujer de hace siete años lo había hecho sentir lo mismo, sentir que no solamente estaba follando a una mujer para complacer su deseo carnal.
Cada beso de ella, hacia que su corazón palpitara como queriendo salir de su pecho.
-Tiempo después el CEO cayó rendido, al igual que hace siete años, Mónica lo dejó exhausto al punto de que sentía pesadez en sus párpados.
En ese momento la volvió a besar y al soltarla habló sutileza.
-"Por alguna razón no quieres que vea tu rostro, y por eso sé qué no me dirás tu nombre!
"Lo respetaré siempre y cuando me prometas que te puedo volver a ver. No sé por qué siento que al cerrar los ojos y volverlos a abrir ya no estaría ahí"
La petición de Larios, tomó por sorpresa a la Mariposa, pero ella supo como mantener la calma, y desde los brazos acogedores del CEO preguntó.
¿Qué pasaría si no acepto?