Carla

Me despierta mi querido amigo con el desayuno en la cama, a noche me convenció de quedarme a dormir con él y puedo decir que me levante mucho mejor.

-mi querida destroza corazones, ¿cómo amaneciste?

Yo le sonrío a Mauro

-bien, muy bien gracias. ¿Pudiste dormir bien vos?

-si bien lastima que te ocupaste toda la cama,

Los dos reímos.

-bueno quiero que desayunes bien, porque hoy salimos a distraernos un poco.

-mmm, ¿vamos a hacer uno de tus famosos tour de la City porteña?

-pero el tuyo va a ser especial.

A continuación mi teléfono suena y reviso para ver quien me llama, pero el número es desconocido, imagino que debe ser alguna empresa de telefonía vendiendo, así que decido colgarle, pero el mismo número vuelve a llamar.

-hola

-Hola Carla, ¿cómo estás? Por favor no me cortes

-Iván?, no quiero hablar ahora.

-por favor Carla, tenemos que hablar.

Yo cuelgo

-Iván no entiende que no quiero hablar ahora.

Nuevamente, suena el teléfono, Mauro se queda serio mirándolo y decide contestar él

-Hola, ¿si?

-¿quién habla?, ¿dónde está Carla?

-Mira Iván, soy el novio de Carla, no sé que necesitas, pero me lo podés decir a mí, si no deja de molestarnos

-ok perfecto, después hablo con ella.

Veo que Mauro se aleja el teléfono de su oído y me queda mirando con cara seria.

-el idiota me corto, y creo que estaba furioso.

Se ríe

-la verdad Carla, ese hombre está desesperado.

-por el momento no quiero saber nada con él, así que este número también lo voy a bloquear.

-bueno, amiga, no pensemos más en eso y pongámonos en marcha.

Nos damos una ducha y armamos nuestro equipo de mate, y nos disponemos a salir. El día es perfecto y mi amigo se dirige a La Boca. Paseamos por El Caminito, el barrio es muy colorido, los conventillos se preservan y los turistas van y viene. Sacamos fotos por todos lados, personas de otros países nos miraban con cierta curiosidad porque veníamos con el termo y el mate bajo el brazo. Cuando ya teníamos nuestras tripas lavadas de tanta infusión, era el momento de comer, así que nos fuimos para el Barrio de San Telmo y comimos en un bodegón que estaba frente a la estatua de nuestra Mafalda. El lugar era fantástico, tenía pisos en blanco y negro y una serie de artefactos viejos por todo el lugar, que en una vida pasada de seguro eran útiles. Nuestra mesa contaba con la decoración de una botella sin etiqueta pero repleta de vela derretida y en la punta la misma. Los platos eran grande, comimos superbién, de hecho, dijimos que en el mes íbamos a volver al Bar Seddon.

Luego de un gran almuerzo nos disponemos a caminar por El Paseo de la Historieta, paseamos por el Mercado de San Telmo y por último casi cansados nos fuimos a Costanera Sur para comprar algunas chucherías más en la feria. Nos sentamos a mirar la Reserva Ecológica mientras tomábamos una rica cerveza con papas fritas.

-¿y?, ¿cómo te sentís Carla?

-estoy más tranquila, creo que necesitaba salir 

-amiga mía, la rutina es cansadora y a veces necesitas despejarte para poner las ideas en claro. La pregunta es, ¿pudiste ordenar algunas ideas?

-estoy pensando lo que voy a hacer de ahora en más.

-carla, decime la verdad, ¿qué sentís por Ale?

-uff Mau, que pregunta que haces

-¿por qué**?, si es simple de contestar**.

-no quiero sentir nada por Ale, pero pienso todo el tiempo en él, ese día me trato como si fuéramos una pareja de años, sentí que cuando tuvimos sexo, realmente fue por amor y no solo deseo, hasta sueño con él a veces. Realmente no sé que voy a hacer

-mi querida amiga vuelvo a confirmar una vez más que te enamoraste, ahora yo opino que vayas a su casa y hables con él.

-¿qué?, ni loca.

-A ver carla, ¿qué es preferible ir y hablar con él o que te lo cruces en el trabajo y te reconozca?, imagínate todo lo que puede pasar.

-no me da la cara para ir a la casa y hablar con él. Eso lo tengo en claro, no puedo hacer eso.

-bueno, amiga, entonces no queda otra que esperar lo que se viene y que no sabemos que es. Puede que reaccione bien o como que reaccione mal.

-dudo de que reaccione bien.

-¿y por qué decís eso Carla?

-porque la última vez él volvió a buscarme a casa

-Carla, la put. Madre, nena, no me dijiste nada de eso.

-si ya sé, no te enojes, no recuerdo porque no te lo conté, seguro se me paso

mi amigo pone los ojos en blanco y largo un gruñido

-bueno, decime que paso ese día

-él fue al edificio vecino, porque yo le hice pensar que vivía ahí, y cuando pregunto con el encargado, se llevó la sorpresa del día, no vivía ninguna victoria ahí. Héctor lo vio y me contó todo, me dijo que se fue terriblemente enojado, así que dudo mucho que reaccione bien cuando me reconozca, así que estoy pensando en renunciar porque mis vacaciones las pedí para el mes entrante recién.

-¿pero vos estás loca?, Carla asumí todo esto nena, enfréntalo siempre te escondes y ¿de qué sirve?

-No puedo Mau, no sé que cara poner, no sé

-tranquila, tomemos un poco de calma y reflexionemos.

-¿querés que hable con él?

-¿estás loco?

-si es verdad, es una locura, te haría quedar peor. Sigo creyendo que tenés que ir vos.

-No, Mau, prefiero hacerme cargo de la situación.

-Carla, sea lo que sea, te pido que me tengas al tanto, yo estoy acá y te apoyo en todo. No te encierres de nuevo, por favor.

-si Mau, te lo prometo.

Mi amigo me da un beso en la mano, en forma de mimo y conformándose con mi respuesta.

Terminamos nuestra cerveza y nos fuimos a descansar un poco a su casa, esta noche también me quedo con él, me siento confortable cuando estoy con Mauro, mañana partimos a casa de mi madre.