Grecia Guzmán es una chica hermosa quin cautiva a un magnate farmacéutico Erick Thomson
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Sin otra opcion
-Iras conmigo a Canadá, te dejo en el departamento para que recojas tus cosas, en dos horas vengo por ti
Me bajé del auto muy molesta, pero ya no quise discutir, cuando vi que se alejó caminé unas cuadras para llegar a la farmacia, le pedí a la encargada que si me podía poner una inyección anticonceptiva de tres meses y me dijo que sí, me la puse y regrese al departamento. –Algo menos de que preocuparme – pensé y ahora aunque en otras circunstancias moriría por conocer Canadá tengo que ir a complacer al Señor, - voy a hablarle a mi madre, hace tiempo que no hablo con ella – su teléfono timbró un rato después se escuchó una voz
-Si diga
-hola madre, soy Grecia
-Hola mi vida que gusto escucharte, ¿Cómo estás?
-bien mama ¿y ustedes?
-Pues también bien hija
- y papá ¿Cómo sigue?
-Está mucho mejor, gracias a ti y a tu marido no nos falta para sus medicinas y gastos de aquí de la casa
Me quede helada, - ¿a qué te refieres mamá?
-sí, tu marido nos manda dinero una vez al mes, ¿no lo sabias? Y nos habla para saludar y saber cómo estamos, nos habla más que tu – se río
-¡ah sí! – Le dije a mi madre entre risas – pues hoy te habló para avisarte que voy a salir de viaje, voy a Canadá
-¿de verdad hija? Que padrísimo, recuerdo que siempre platicábamos de que algún día iríamos a ese lugar que creemos que es tan mágico
--si madre, es lo que me pone triste, que tu no vas conmigo, me lleva mi esposo
-no hija, no estés triste, él es muy bueno y sé que te ama, se preocupa mucho por tu familia, dile que estamos muy agradecidos
- si madre, yo le digo, bueno me tengo que ir, te amo
-yo también te amo Grecia, cuídate
Y colgué, ¿Qué me acababa de decir mi madre? Estaba sumamente sorprendida por lo que me estaba enterando. Erick ya se había ganado a mis padres y no podía hablar de él con ellos, platicarles de todo lo que estaba viviendo con él, no me lo creerían. Me quede sentada en la cama reflexionando sobre todo lo que estaba pasando a mi alrededor, con mi vida, con mi persona, me sentí un poco decepcionada porque ni en mil vidas había planeado esto para mí.
Erick era un hombre muy atractivo, interesante, inteligente, tenaz, con un sinfín de atributos no lo podía negar, pero me trata como si fuera mercancía, lo que yo quiero y necesito parecía no importar, y aquí voy de nuevo a Canadá porque no quiso que me quedara, aun cuando le pedí que me dejara trabajar – más vale que me apure, si no no voy a terminar de empacar a tiempo.
No tenía ropa de invierno aunque también es verano allá, no tengo ni la más mínima idea de que ropa llevar, empaque lo que tenía a la mano - en fin, no hay de otra, allá tendré que comprar, no sé con qué dinero porque sin trabajar no creo que me paguen –
Estaba tan triste por mi trabajo, ya ni siquiera pienso en la universidad, no sé si algún día volveré, alguna vez soñé con ser una mujer independiente y hoy dependo de Erick al mil por ciento, me sentía devastada. Termine de hacer la maleta y faltaban unos minutos para que fueran a recogerme, les mande mensaje a las chicas avisándoles que me iba a Canadá y que regresaba en un par de semanas. Llegó el auto por mí y Erick subió a ayudarme con las maletas, subimos al auto y no dijimos nada, él estaba muy serio y no cruzamos palabra durante un buen rato.
En el avión recibí una llamada era Tamara, me levante del asiento para contestar
-amiga ¿cómo estás? - Me preguntó
-triste pero bien - se me empezaron a salir las lagrimas
-¿Qué paso? ¿Por qué te fuiste?
-Erick quiso que lo acompañara y como siempre no tuve opción, lo más probable es que ya no regrese al departamento
-¿Cómo crees? Te vamos a extrañar mucho
-yo a ustedes – vi que Erick estaba observándome con no muy buena cara – amiga me tengo que ir, espero vernos pronto
-sí, cuídate bye
En cuanto colgué se acercó a mí y me interrogo
-¿con quién hablabas?
-con Tamara, quería saber sobre el mensaje que le mande
¿Y que era? – me quiso arrebatar el celular pero no se lo permití
-les avise que venía contigo a Canadá
-Dame ese teléfono pero ya
-no, porque te lo voy a dar, es mío – forcejeamos un poco y no sé como pero termino en su mano, lo tiro al piso y lo quebró con su pie
-¿Por qué Erick? Que te debo para que me hagas todo esto, si para ti esto es amor estás loco
-no has entendido que eres mía, mía – me gritaba y me agarro de los hombros – a nadie tienes que darle explicaciones solo a mí, ¿no te ha quedado claro aún?
Yo lloraba como una estúpida, no sabía qué hacer, sentía tanto miedo, una vez más estaba aterrada, ya no sabía cómo debía comportarme
-pero aquí estoy Erick, contigo, voy a Canadá porque tú me lo pediste, deje mi trabajo, mi departamento, mis amigas, mi familia, y aun no es suficiente, no sé lo que será entonces – yo un poco más calmada tratando de razonar con el, supe que si me exaltaba tampoco lograría nada. Me jaló de la cara y me dijo –te quiero toda para mí, tus pensamientos, tus palabras, todo lo quiero para mí, solo para mí – también lo dijo ya en un tono más tranquilo.