Lucía había enterrado su pasado para comenzar una nueva vida, pero las malas costumbres siempre se quedan. Charlie sería su nuevo objetivo, sin imaginar que él también ocultaba un oscuro secreto. Sus acciones traerán consecuencias para aquellos que los rodean sin perder su único objetivo, la obsesión.
Las apariencias a veces no son lo que ves, estás ocultan el otro lado de la moneda y Lucía no es ni buena ni mala, solo mentalmente inestable y físicamente una diosa sin presentes.
Esta no es la típica historia de amor. El deseo, la lujuria y el control emocional y psicólogo es lo que Lucía y Charlie provocan a los demas, hasta que ellos se encuentran y toda lógica cambia su vida.
Esta novela está subida de tono y puede tocar temas sensibles. Solo para lectores de 18+.
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"23 Malas provocaciones.
Franco tenía un aura carismática, todos a su alrededor querían llamar su atención y el hacía reír a sus amistades en la mesa.
Lucia no tardó en averiguar que él era el festejado.
Ella miraba a Charlie de vez en cuando, pero sin unirse a las pláticas que había en la mesa. Charlie por su parte no aparto la mirada de Lucía, esto la tenía contenta, pues era su objetivo y se sentía satisfecha.
"¿De dónde conoces a Franco Everly?" Pregunta Fausto quien estaba a su costado.
"Que le digo, el me vio y se acercó a saludarme, hablamos un poco de lo personal y ahora estoy aqui. Solo soy una invitada más, nada especial." No quería verse como una extraña, pero aquellas máscaras prestaban atención a todo lo que ella decía.
"A mí me parece muy grata su compañía y por supuesto que eres especial." Toma su mano una vez más y la vuelve a besar.
"¿Así que Everly? Ayer que estuve en tu casa no mencionaste tu nombre." Charlie había hecho un comentario que puso a Lucía rígida e incómoda.
"¿Disculpa?"
"¡Sí! No debería mencionar el disfraz, pero te reconocí por el lunar en tu clavícula. Que coincidencia volvernos a encontrar." Sus palabras eran en doble sentido, solo daban a entender que Lucía era una cualquiera sin saber el contexto.
"Tú y ella... ¿Ya se conocían?" Pregunta Franco, mientras todos están callados y atentos a la conversación de estos dos, más no opinan por temor al temperamento de esa familia.
"¡Claro! Anoche la llevé a su casa." Charlie estaba interesado en ella, no podía permitir que su primo le tomara la adelantara y perder la oportunidad de conocerla.
"Incluso tengo su número. Solo que no esperaba encontrarla de nuevo está noche." Lucia suelta una ligera risa de disgusto.
"Lo recuerdo muy bien. Y como no recordar al bruto que anoche me dejas casi inconsciente. Lo mínimo que podías hacer era llevarme a mi casa después de esa paliza." Fausto abre sus ojos muy grandes, nunca antes escucho que su hijo había golpeado a una mujer.
"Te recuerdo que fue un accidente. Incluso mi amiga está dispuesta a disculparse contigo."
Había tensión en la mesa, parecía una discusión de dos amantes, pero por el contexto ya no lo era.
"Entonces primero debiste asegurarte de que tú amiga no estuviera mintiendo. Si no fuera por esta máscara y el maquillaje se podría notar mi ojo morado."
"Y yo te dije que fue tu culpa por traer ese disfraz ridículo. Además, acordamos que te compensaría mi error."
"¡No! Tú lo diste por hecho, yo no hice un trato contigo."
"¡Bien, bien! Deberían calmarse un poco. Es una fiesta y debería ser divertida." Dice Franco. "Everly, perdona a mi primo. Si dijo que fue un accidente, entonces fue un accidente. Porque no mejor me acompañas y bailamos un poco. ¿Que dices?"
Lucia molesta con Charlie acepta la invitación de Franco.
"Está bien. Quizás debería bailar un poco antes de irme."
Se levanta de la mesa sin antes dejar en claro a Charlie una cosa.
"Por cierto, la canasta que te llevaron ayer fue el último obsequio en consideración a tu recuperación por el accidente. No pretendo nada, simplemente me di por vencida el día que terminaste lo nuestro y ese fue el cierre de nuestra relación.
"¿Lucia?" Es lo último que el susurra Charlie al ver que ella se aleja.
Charlie sonríe por la ironía, sigue sin entender o creer como no pudo reconocer su voz o un indicio de que era ella.
"¿Es cierto que golpeaste a esa chica?" Pregunta Fausto.
"Lo hice, pero no sabía que era una chica. Además, ella era mi novia y la terminé porque no la recordaba."
"Pensé que Cecil era tu novia. ¿De dónde la conociste?"
"Te dije que la olvidé. Los malditos recuerdos se han ido y me vuelven un inútil." Fausto nota la ira de su hijo al ver bailar a Lucía en la pista de baile.
La forma en como no aparta la vista de los dos y su puño cerrado, le da entender que tal vez su cuerpo tiene conciencia.
"Es muy bonita. Yo en tu lugar no la hubiera terminado hasta saber cómo fue que termine siendo su novio. Las mujeres suelen ser rencorosas, hijo, solo piensa, si la terminas y luego la confundes y la lastimas es probable que no quiera nada contigo. Deja que Franco disfrute su día, hay más mujeres aquí, deja ir esa."
Fausto estaba contento de tener este tipo de charlas con su hijo. Si Charlie por alguna razón recuperaba la memoria lo volvería a odiar y no tendría este tipo de pláticas y acercamiento con él.
"Tienes razón, pero no sé por qué razón me siento tan molesto."
"¡Ya llegué! De que me perdí." Dice Lucas acompañado de su abuelo.
Rápidamente, Fausto ayuda a su papá a tomar asiento. El hombre era viejo, pero más sabio que cualquiera de esa mesa.
"¿Tú sabías que tu hermano tenía novia? El muy tonto la termino porque no recuerda nada de ella. ¿Puedes creerlo? ¡Mira! Es ella." Señala Fausto y Lucas al igual que su abuelo voltean.
"¿Qué hace ella aquí? ¿Y por qué baila con Franco?"
"¿Ya la conocías?" Pregunta su padre, se sentía excluido de la vida amorosa de su hijo menor.
"Por desgracia la conozco, pero por suerte mi hermano termino con ella y por el bien de Franco debería hacer lo mismo. Es una oportunista, no es alguien de fiar."
"Es bonita, las bonitas son todas locas. Si mi nieto termino con ella fue por mera intuición." Dice el abuelo con solo verla unos segundos.
Lucía bailaba con una sonrisa en su rostro. El tango que se tocaba y la forma en que Franco la tocaba a la hora de bailar era muy seductor. Charlie no entendía el porqué, pero se sentía muy enojado, sin importar lo que su familia comentaba.
Fausto conoce a Charlie y esa mirada en el le da a entender que le importa esa chica. Antes fue un mal padre y siente la necesidad de querer enmendar ese error. Ahora que su hijo no recuerda quiere aprovechar pará ser más cercanos.
"Deberías invitarla a la cena de cumpleaños de tu abuelo. Solo digo." Charlie sale del trance de las malas emociones que sentía y voltea a ver a su papá con más tranquilidad.
"¿De verdad? Es que, me parece extraño que tú lo menciones."
"Hablo muy en serio. Si te gusta la chica y quieres conocerla tal vez aún tengas oportunidad. Franco es tu primo, si le explicas y le pides que se aleje lo hará." Lucas hace una mueca de decepción, no podía creer lo que escuchaba.
"Somos hombres papá, no pedimos esa clase de cosas, solo las tomamos." Se levanta de su silla y camina a la pista de baile al ver que la pieza de baile terminó.
La gente alrededor comienza a aplaudir, entre ellos estaba Flor.
Charlie se veía posesivo. Tomó a Lucía de la cintura alejándola de ahí.
"¿Qué pasa? ¿A dónde me llevas?" Ella en su interior estaba muy contenta, pues pensaba que él la había recordado aunque sea un poco.