La historia puede cambiar al igual que el destino, losert ha perdido la memoria y su destino ha cambiado por completo.
pero ciertas circunstancias aran que losert corra un riego muy grande, ¿podrá losert recuperar sus recuerdos?.
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La verdad regresa
La oscuridad lo rodeaba. No había arriba ni abajo, solo un abismo infinito. En medio de aquel vacío, una voz resonó en su mente.
Voz: Yo soy tú, Losert.
Losert: (Frunce el ceño) ¿Cómo que eres yo?
Voz: Mejor dicho… soy el Losert que olvidaste.
Losert: (Se tensa) ¿Eres mis recuerdos?
Voz: Exacto. Y ha llegado el momento de unirnos.
Losert sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Algo dentro de él le decía que no debía confiar en esa presencia, pero al mismo tiempo... si lo que decía era cierto, si realmente era su otra mitad...
Losert: (Vacilante) Espera... esto es demasiado repentino.
Voz: (Sonríe con un deje de burla) Lo comprenderás una vez que me una a ti.
Losert tragó saliva. Su instinto le decía que aún no estaba listo, pero… ¿qué otra opción tenía? Si en verdad había una parte de sí mismo perdida en la oscuridad, necesitaba recuperarla.
Losert: (Respira hondo) No estoy del todo seguro… pero está bien. Quiero saber qué es lo que no recuerdo.
La figura avanzó entre las sombras, extendiéndole la mano.
Voz: (Seria) Muy bien. Pero recuerda esto… ten cuidado con él.
Losert sintió un escalofrío en la nuca. ¿A qué se refería?
Sin embargo, no tuvo tiempo de dudar más. Su mano se encontró con la de su otro yo y, de inmediato, un torrente de imágenes, sensaciones y recuerdos explotaron en su mente.
Un grito ahogado escapó de sus labios.
La oscuridad se disipó.
Y cuando todo terminó… solo quedaba uno.
Losert se desplomó al suelo, llevándose ambas manos a la cabeza. El dolor era insoportable. Como si su cerebro se estuviera partiendo en dos, como si cada recuerdo lo atravesara como una cuchilla afilada.
Elizabeth…
Elena…
Sus risas, sus voces, sus miradas. Cada instante compartido, cada promesa hecha en silencio.
Recordó hasta el más mínimo detalle.
Sus latidos resonaban en sus oídos como un tambor de guerra. Entonces, despertó.
Se incorporó de golpe en su cama, cubierto de sudor, con la respiración entrecortada.
Losert: (Jadeante) ¡Carajo… eso fue… doloroso…!
Se pasó una mano por la cara, tratando de calmarse. Pero una risa burlona resonó en la oscuridad.
Su cuerpo se tensó. Lo sintió.
Una sombra débil pero presente.
Losert: (Mira la penumbra) Veo que no tardaste en hacerte presente, Vladich.
Vladich: (Emergiendo de la sombra) Jajajaja… por fin recuerdas todo. Ahora solo es cuestión de tiempo…
Losert: (Frunce el ceño) ¿Tiempo para qué?
Vladich: Para que me apodere de tu cuerpo, por supuesto. Una vez que vuelvas a ser un semi-vampiro…
Losert apretó los puños.
Losert: (Sonríe con burla) Lo siento, pero no voy a echar a perder lo que Elizabeth tuvo que sacrificar. No le diré nada.
Un silencio tenso.
Vladich: (Su voz se torna gélida) ¿Eres idiota acaso? ¿Planeas verla morir otra vez?
El estómago de Losert se encogió.
Vladich: Belial es igual de fuerte que yo. No por nada fue mi pupilo.
Losert: (Susurra) Belial…
Vladich: (Satisfecho) Exacto, No se detendrá asta matarte.
Losert cerró los ojos un momento. Ese maldito…
Losert: (Apretando los dientes) Elizabeth no perderá. Y no está sola.
Vladich: (Se ríe con desprecio) Niño idiota… verás que la oscuridad será tu única salvación.
Y con una carcajada burlona, la sombra se desvaneció.
Losert permaneció en silencio. Sentía su corazón latir con fuerza. Su respiración aún estaba agitada, pero lo que más lo perturbaba era…
El amor que sentía por Elizabeth.
¿Cómo podría ocultarlo ahora?
Losert: (Piensa para sí mismo) Si comparo mis dos personalidades… son muy parecidas. Pero en una me enamoré de Elizabeth, y en la otra… estaba comenzando a olvidarla.
Se llevó una mano al rostro, sintiendo el calor subirle a las mejillas.
Losert: (Murmura) Ahora que solo hay un yo… ¿cómo demonios podré ocultarlo?
Sus pensamientos quedaron atrapados en ese dilema, pero afuera, en la oscuridad, el peligro acechaba.
Bosque, 2:45 a.m.
Cuatro figuras se ocultaban entre los árboles, observando la casa.
Albedo: Entraremos cuando sean las tres en punto.
Jhonatan: (Fastidiado) ¿Por qué esperar tanto?
Ximena: (Riendo y abrazando su peluche) El idiota tiene razón. ¿Por qué esperar?
Albedo: (Les lanza una mirada fulminante) Porque yo soy la líder aquí. Charlotte, ¿puedes explicarles la otra razón?
Charlotte: (Asiente) La otra razón es simple. Esperaremos a que estén completamente dormidos. Así podremos entrar y matar al objetivo sin problemas.
Albedo: (Cruza los brazos) Exacto.
Jhonatan y Ximena: (Suspiran, desanimados) Sí, sí… entendido…
Charlotte: (Se acerca a Albedo, susurrándole) Mi señora… ¿el amo no se molestará por adelantar la misión?
Albedo: (Sonríe con frialdad) Tranquila. La otra misión fue demasiado fácil.
Ximena: (Interviene con un brillo cruel en los ojos) Jejeje. Sí, los perritos dieron pelea, pero al final… se rindieron muy rápido.
Jhonatan: (Mira la casa con interés) Hablando de eso… vimos a una perrita ahí adentro. Tal vez si se la llevamos al amo… le sirva de algo.
Albedo: (Sonríe) Habrá que descubrirlo.
Desde la penumbra, el Cuarteto del Infierno había sellado el destino de Losert.
Y Elena era su próximo objetivo.
Continuará...
