El Príncipe De Las Bestias

A los pies de Kael, Aria dormír sentada en un sillón con su torso y brazos apoyados en los pies de Kael, no había querido despegarse de él ni un segundo

Día a día lo limpiaba, le daba los medicamentos recomendados por los médicos antiguos y peinaba su cabello liso

-Señorita, debes dormir aunque sea un poco- El mayordomo se acercó a Aria para cubrirla con una manta gruesa

El invierno estaba pasando, pero el frío clima con la brisa helaba los huesos de los ciudadanos

El Reino era un caos, se esperaba el despertar de Kael para la nueva proclamación de gobernante, pues era el único actual descendente de familia Real

-No quiero irme de aquí

-Lo sé, pero al menos recuestese al otro lado de la cama

El mayordomo ayudó a Aria a acurrucarse al lado de Kael, con la comodidad y el calor que le brindaban aquellas gruesas cobijas, cayó en un profundo sueño

La luna brillaba imponente filtrándose por la amplia ventana de la habitación los dedos de Kael se movieron lentamente y sus párpados, que ahora eran pesados para él, se abrieron poco a poco

Observó el techo de la habitación, era el techo de su habitación, pero el viejo recuerdo de este, miró a los alrededores, era igual

La antigua habitación donde creció, sin telas rasgadas, sin huesos de animales, sin olor a sangre, el espejo del vestidor no estaba partido y las ventanas tenían largas cortinas rojas

Su cuerpo se sentía pesado, aún así, no tenía ni un dolor acompañandole, se giró hacía su lado izquierdo, el peso de la cama ligeramente hundida, sus ojos cerrados, largas pestañas y cabello despeinado, una preciosa piel inmaculada y labios carnosos

-Mi hermosa cazadora…- Kael acercó su rostro al de ella, acarició con la punta de su nariz su piel para terminar posando suavemente sus labios en los de ella

El beso fue tomando profundidad, los labios de Aria se movían lentamente mientras salía del profundo sueño

“Juro que si estoy dormida y es un sueño, no quiero despertar jamás” pensó

Rodeo el cuello de Kael con sus finos y brazos, apretando más contra ella, Kael no dejó de tomar sus labios jamás

Ágilmente sus manos recorrieron el cuerpo femenino pasando de sus muslos definidos a su cadera, levantó el camisón que tenía escabulléndose hacía su ropa interior

-Mi Aria…

-Mi Kael, por favor nunca me dejes

Ambos se miraron a los ojos desbordando pasión y deseo. Aria abrió sus piernas para que Kael se acomode entre ellas, su centro emanaba calor puro, las mejillas estaban coloradas, pero si realmente era un sueño, exploraria todos sus deseos sin vergüenza

Kael gimió cuando sintió su dura erección presionarse contra el centro femenino, alertandola de que no era la única deseosa

Ambas manos fueron entrelazadas, el roce producía electricidad entre ellos, con delicadeza, Kael usó su otra mano para soltar las cabuyas de su escote, dejando al descubierto sus blancos pechos con botones rosados

-Mhmm

De los labios de Aria salió el más dulce de los gemidos escuchados por Kael, descendió su boca sobre ella, pasando de sus labios a su barbilla, deslizando por su cuello hasta llegar a su pecho

Sus labios succionarón boton a boton, arrancando gemidos de placer, las piernas de Aria rodearon el cuerpo de Kael, quién mantenía la distancia suficiente para que al mover su pelvis, se frotaran suavemente tentando el cuerpo de Aria cuyo centro estaba caliente y húmedo

Las manos de Aria se movieron por la espalda de Kael, acariciando cada centimetro de su piel hasta llegar a la nuca y entrelazar sus dedos en su cabello, no importaba la dirección, Kael seguía descendiendo trazando una línea central por el cuerpo de Aria

Se detuvo en su ombligo, apreció aquella cintura estrecha por donde se imaginaba, la sostendría para embestirla sin piedad

Kael descendió hacía su pelvis, llegando a los labios inferiores que hinchados, podrían gritar la petición de ser tocados, lamió sus labios con la lengua y luego mordió uno a uno regando pequeñas mordidas a cada lado de sus labios, ingle y muslos

Aria sentía que se derretiría en los brazos de su hombre

Kael gimió ante su sabor, aquel gemido tuvo enormes efectos en el cuerpo de Aria, recorriendolo deseoso, apretó con fuerza el sedoso cabello entre sus dedos, hundiéndolo a su centro

Kael deslizaba su lengua ágilmente, recorriendo de arriba a bajo, recogiendo cada gota del néctar de Aria, su sabor dulce lo tenía embriagado

Los gemidos de Aria se convirtieron en gritos ahogados cuando los labios de Kael succionaron el punto de placer más alto, estaba mojada y lista para recibirlo, ansiosa, movía su pelvis frotándose contra la cara de Kael, quién deslizó sus dedos en el interior de Aria moviéndolos con rapidez

Los labios masculinos se detuvieron, acercó su cuerpo hacia ella, lamió los labios de su boca y los capturó en un beso necesitado que ahogaba los gemidos de Aria

-Por favor…- suplicó, juntando sus frentes, se veían con pasión ardiente

La erección de Kael se centró en la entrada del cuerpo ansioso y caliente que deseaba recibirlo, estaba tan mojada, que se deslizó estrechamente pero sin esfuerzo

-Ugh Kael… mmm más- Se sentía poseída por las sensaciones que exploraba

-Joder Aria… esto es el cielo

Kael embestía cada vez más rápido y con fuerza, la habitación estaba llena de gemidos, gritos callados en los labios de ambos y el sonido de los cuerpos al chocar

Aria sentía que su estómago se encogía y una corriente eléctrica se apoderaba de su pelvis, los espasmos de su cuerpo avisaron a Kael de su orgasmo, uniéndose a ella sin poder evitarlo, sus paredes interiores se aferraban a él como si lo exprimieran con fuerza

Una mano sujetaba su cadera presionando los movimientos más rapidos, no importa si ambos habían acabado, ninguno estaba saciado aún

Aún estaba duro como una piedra, salía y entraba con fuerza haciendo gritar a Aria justo cuando trataba de recuperar el aliento

Giró el cuerpo femenino con agilidad, Aria besaba la almohada y gemía acalorada contra las sabanas agarrandolas con fuerza entre sus manos

Kael embestía sin piedad aquel frágil cuerpo femenino, enloquecido por su deseo por ella, se estremecía de placer

Descendió una de sus manos entre los labios inferiores de Aria, estaban hechos desastre, mojados, corrían los fluidos de ambos hasta sus muslos

Las paredes internas se contraian nuevamente, aprovechando el momento, Kael frotó con sus dedos el centro de Aria

-Por favor… siento que voy a morir… más mmm por favor- gritaba Aria siendo torturada por Kael

-Cuánto lo deseas cazadora?- preguntó Kael con voz ronca

-Lo deseo mucho, no aguanto más…- Fueron las últimas palabras coherentes

Kael no dejaba de arremeter contra su intimidad, con sus dedos, las embestidas unas tras otras, se sentía como el maldito hogar estar dentro de ella

-Te amo Kael

-Te amo tanto Aria

Cuando el sol se asomó por la ventana, ambos estaban deshechos, agotados y jadeantes acurrucados en la cama, Aria en el pecho de Kael, peleaba con sus ojos para mantenerlos abiertos, hasta que ambos fueron vencidos por el agotamiento

-Dios, vaya que fueron escandalosos, pensé que Kael ya no era una bestia

-Callate, los avergonzaras, ya era hora de que aliviaran toda esa tensión sexual

Fenrir y Lydia desayunaban juntos, mientras los sirvientes murmuraban los mismos comentarios, el mayordomo, se sentía inseguro de dejar a su amo sin un vistazo de madrugada, y justo antes de abrir la puerta, escuchó los gritos y gemidos de la habitación

Avergonzado, declaró a todos los sirvientes que salieran del ala del castillo y dejaran descansar a su amo

Así pues, muy contentos, todos murmuraban acerca de la relación consumada del príncipe

Las semanas pasaron rápidamente, Kael, aunque se encontraba reacio, no tuvo más remedio que ascender al Trono junto a Aria, eran los nuevos gobernantes del ahora, Imperio de Alabath

Poco a poco, se reconstruyeron los pueblos y reinos que habían sido marchitos por la maldición de Morganna, sólo había felicidad para aquellos habitantes que habían sufrido durante largos años

Fin

…

-Oh madre, es una preciosa historia- agradeció una niña de rasgos femeninos, afilados, con rizos plateados, piel blanca y mejillas coloradas

-Así es querida, es la historia de tus abuelos

-Entonces es verdad que soy idéntica a mi abuela Aria?

-Así es mi pequeña Aria, eres identica a mi abuela, mi madre solía llorar al verte, lloraba de emoción por supuesto, ninguno de sus hermanos ni hijos tuvo el cabello blanco

-Pero mis tías son hermosas

-Así es, pero mi queridos abuelos (Aria y Kael) tuvieron cuatro hijos de los cuales, todos heredaron el cabello oscuro y los ojos hermosos de la abuela, ninguno sus rasgos como tu mi niña

-Entonces quiero ser una cazadora igual que ella mamita- La pequeña que había escuchado la historia de su madre (con su respectiva censura) estaba maravillada de escuchar la época de magia y hechiceros

Agatha, nieta mayor de Aria, cerró el libro que relataba la historia de los primeros emperadores de Alabath “El príncipe de las Bestias”, tomó la mano de su hija y caminaron juntas a la biblioteca real donde solo la familia Real podía acceder

-Mirate mi hermosa Aria, el espejo, te mostrara un recuerdo de tu abuela

La pequeña Aria aplaudió con sus manos, llena de emoción, solo tenía 10 años, pero incluso el carácter, era terca como su bisabuela

El espejo mostró con encanto a una imponente Aria, cazadora, cabalgaba a caballo con su típica vestimenta negra y sus dagas en las piernas, largos cabellos blancos revoloteaban con la brisa mientras en su rostro se dibujaba una amplia sonrisa, cabalgaba al encuentro con su amado, quien la esperaba a pie del caballo cerca del lago y con los brazos abiertos

A pesar de la maldición y la maldad en aquel tiempo, Aria y Kael vivieron felices hasta sus últimos días.

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Gracias a todas las lectoras que llegaron hasta aquí, espero hayan disfrutado de esta historia conmigo, y tengan fé en que el amor, todo lo puede.

Pronto publicaré una historia terminada, no apta para público sensible. Hasta entonces, nos leemos pronto.