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ENCANTO SOMBRÍO

ENCANTO SOMBRÍO

Status: En proceso
Genre:Traiciones y engaños / Demonios / Ángeles / Chico Malo
Popularitas:1.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Diana Ambros

Luz y oscuridad reunidos por primera vez.

Somos dos almas unidas por un mismo anhelo: el poder.

Un deseo que desató un "amor" que nos condenó hasta el final.

NovelToon tiene autorización de Diana Ambros para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 20: Mi elixir prohibido

Extrañamente los días se sintieron cortos.

La vigilancia volvió a sentirse monótona, sin embargo yo me sentía diferente.

Ya no me causaba aburrimiento ni nada por el estilo.

Tal vez Stolaz no aprendía nada eficaz pero estaba segura que se convertiría en un excelente superior (sobretodo por la elocuencia de sus palabras y su acciones temerarios.)

El asunto de Bennit había quedado por terminado, o al menos eso pensé.

Por otro lado, Kael y yo nos habíamos convertido en amigos.

Si, formamos algún tipo de lazo: amistad.

Era extraño, porque al principio me mantuve renuente sobre tener algún tipo de conexión con Kael.

No quería que Stolaz sospechará y hubiera malos entendidos.

Sin embargo, él seguía con la idea que yo solo buscaba el momento perfecto para “devorar” el alma de Kael.

Quise pensar que era algo ingenuo en otros aspectos.

Pero entonces, decidí ser su amiga hasta que mi misión terminará y volviera al Inframundo.

A pesar que él tenía la idea errónea que yo pertenecía a la mafia.

Era mejor así.

Se había convertido en una rutina verlo después de la universidad.

Lo muy poco que supe de Kael era que no tenía familia, vivía solo y trabajaba los fines de semana, muy arduamente para costear sus estudios.

También supe algo importante: su edad.

Él tenía 20 años.

Era muy joven para ser verdad pero muy maduro de mente y cuerpo.

No es que me importara en lo absoluto, pero con el pasar de los días era inevitable no verlo con otros ojos.

Algo me pasaba y tenía que averiguarlo.

Incluso Stolaz mencionó que mi actitud se estaba volviendo dócil y extrañamente gentil.

No es que sea una demonio “amable” pero sin duda si que había algo que todavía no comprendía.

Terriblemente llegó el clima que más detesto: la lluvia.

—No quiero salir…¿Y si mejor nos quedamos a descansar?

—Maestra Irina, tengo guardado un par de impermeables; nos será útil. —respondió Stolaz sin la menor idea de como me sentía por dentro.

«¿Acaso no ve mi cara malhumorada?»

—¡¿En serio no te molesta que el clima este así?! Literal está cayendo un diluvio allí afuera. —exclamé.

Él negó con la cabeza.

—En lo absoluto.

Suspiré frustrada.

«Supongo que no hay opciones.»

Antes de salir del departamento, recibí un mensaje de Kael.

Debo decir que inconscientemente sonreí al leer su corto mensaje.

(Hay que aclarar que tenía el mismo temperamento, frío y cortante.)

[No hay clases. ¿Qué planes tienes hoy?]

Le respondí que tenía que trabajar aunque el cielo se estuviera cayendo.

[¿A qué hora estás libre?]

Me sorprendió que lo preguntara así que le respondí que a las 7 de la noche, la hora que Stolaz se dirigía a su lugar de descanso.

[Bien, ¿quieres venir a cenar conmigo?]

Mi corazón latió fuertemente.

Mis mejillas se sonrojaron y volví a sonreír pero con timidez.

No lo pensé dos veces y le dije que si.

Ahí estaba otra vez con las emociones revoloteadas, sin embargo había llegado la oportunidad que ansiaba.

Descubrir lo que pasaba conmigo.

Kael me mandó la dirección de su departamento.

Era la primera vez que él daba el paso para invitarme.

Así que sería la primera vez que conocería donde vivía.

Mi mal humor por el clima cambio en un dos por tres.

—Vamos Stolaz, el tiempo es oro.

—Vaya, está con más ánimos.

En realidad, se me subieron los ánimos al pensar en Kael.

Recuerdo que llovía a cántaros, las calles se inundaron de agua y mis zapatos se empaparon completamente, aún así me mantuve serena.

«Hoy no será el día; hoy no voy a explotar de rabia», pensaba sin borrar la sonrisa de mi rostro.

(Horas más tarde)

Finalmente se había terminado.

Terminamos antes de lo previsto ya que no dejaba de llover.

Cómo siempre Stolaz era el primero en retirarse.

Nos despedimos.

Dejé pasar unos minutos para después desviarme de camino y tomar un taxi directo al departamento de Kael.

Honestamente no pude ocultar mi molestia, no solo mis zapatos se habían empapado si no que mi ropa ya se sentía humeda.

Ni modos, tuve que soportar hasta llegar.

Luego de media hora de viaje llegué al departamento.

Exactamente no era un departamento como el mío.

Sino un pequeño cuarto.

Quise pensar que el interior era espacioso.

Le mandé un mensaje para avisarle que ya había llegado.

Al siguiente segundo, él abrió la puerta.

Kael tenía la ropa desalineada y el pelo hecho un desastre.

«Parece que apenas se levantó de la cama.»

—Adelante. —me dijo.

Pasé a su pequeño cuarto; porque si, el espacio era pequeño que apenas me sentía cómoda.

Sin embargo, todo estaba muy bien ordenado… menos él.

Me invitó a sentarme en un pequeño sofá.

Pero me negué.

—Voy a mojarlo.

Él me vio de pies a cabeza.

—Tu ropa…

—Si, se mojó por la lluvia.

Kael bajó la mirada.

“¿Hay algo de malo con mi aspecto?”

—Tu blusa, se transparenta … —dijo con cierto titubeo.

Entonces bajé la mirada hacia mi pecho.

Llevaba una blusa blanca, pero como mi sostén era negro fue visible por estar empapado.

Al principio no sentí nada.

Me pareció tonto su forma de actuar, pero entonces algo surgió.

“¿Por qué el humano actúa tímidamente?”

La respuesta llegó de golpe.

“Yo era mujer y el un hombre en una sola habitación.”

—Ja Ja Ja. ¿Qué hay con eso? —reí nerviosamente.

—Tienes que tener pudor.

—¿Cuál pudor? No olvides cuando rompiste mi blusa y me viste casi todo. Aparte no verás nada de otro mundo.

Aunque intente sonar sarcástica con la situación, inconscientemente me cubrí con mis brazos.

«¿Qué es esto? No debería ser capaz de avergonzarme.»

Entonces me di la media vuelta.

—¿Q-Qué puedo hacer ahora…? Regresar sería una perdida de tiempo, además está lloviendo más fuerte.

Se produjo un silencio incómodo.

Escuché un ruido detrás de mí.

«¿Qué hace?»

—Toma, no sé si te quedará pero úsalo antes que te resfries.

Me volteé y tomé las prendas que claramente eran de él.

Kael me señaló donde se encontraba el sanitario.

Tan pronto entré, solté un gran suspiro.

Rogaba para que mi cara no estuviera roja otra vez.

Rápidamente me observé en el pequeño espejo.

Afortunadamente tenía una expresión normal.

Sin pensarlo me quite la ropa, sin quitarme el sostén y las bragas.

Debo decir que la ropa de Kael me quedaba un poco grande pero pasable para estar cómoda.

Dejé mi ropa en una esquina y me quité los zapatos.

Salí del sanitario.

Él se encontraba en la cocina.

—Creí que tu ropa me quedaría más grande pero esta bien.

—Es la ropa que tú misma compraste y la misma que llevé puesta cuando me fui de la cabaña.

—¿Eh?

No me había dado cuenta.

Por eso me quedaba bien porque en ese entonces su cuerpo era enclenque.

—Vaya, pensé que lo habías desechado.

—Pues no. Ahora te ha servido a ti.

Después de todo no podía culparlo y enojarme con él.

El rencor no servía de nada.

Verlo cocinar era un hecho verdaderamente increíble.

—Que bueno es ser joven. Tienes una vida por delante…

—¿Por qué lo dices? Tú también te ves joven.

—No digas mentiras. No me veo joven; además soy diez años mayor que tú.

Aún no era capaz de averiguar mis propios sentimientos.

No quería aceptar aquello que rondaba en mi cabeza: estar enamorada de un humano.

Tenía miedo y coraje.

Pero Kael, cada vez que lo escuchaba hablar o cuando dirigía sus orbes grises a mí, era como un elixir.

Un elixir prohibido.

¿Qué pasaría si me atrevía a tocarlo?

“Si se concretará el deseo sexual entre los dos, hay una posibilidad de extraer lo que está dentro de él y así drenarme de sus oscuros sentimientos.”

Nada me costaba intentarlo; si no podía devorarlo entonces el método sexual funcionaría sin dañarlo físicamente.

Era una emoción que hacía arder mi piel.

—Irina, la cena está lista.

—S-Si.

—Tu cara está roja.

«¡Me dejé llevar por mis pensamientos…!»

—Es por la calor que hace aquí adentro.

Mejor me senté en la silla esparciendo mis impuros deseos.

No era una súcubo y me estaba volviendo loca por dentro.

—Er. ¿Qué tipo de comida es?

—¿No lo has probado?

Negué con la cabeza aunque el delicioso aroma me hacía agua la boca.

—Estofado. —respondió.

No lo había probado así que sería un gusto probar algo nuevo.

—Estuvo delicioso. Eres un gran cocinero.

Eso era un cumplido.

Después de cenar, nos sentamos a ver la televisión.

Ya pasaban de las nueve.

Tenía que regresar al departamento.

Afuera la lluvia no cesaba.

Antes que pudiera decir algo, Kael me tomó por sorpresa con su invitación.

—Puedes quedarte a dormir. Dudo que encuentres transporte con este diluvio, ¿qué dices, te quedarías a dormir?

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🌟Dianita🌟 🌻
Querida Lectora; los capítulos de esta novela ya están listos solo para subirse, actualmente la autora está escribiendo los siguientes capítulos de la otra novela 😊
Gracias por la comprensión ❤️
Faby Dsb
actualizas muy seguido esta novela, sería Bueno q Actualices la de cain también.
Martha Divas Delgado
woooooo más autora
Martha Divas Delgado
excelente me gusta
Martha Divas Delgado
aaaaaaaaaaay autoraaaaa Kien es buena muy buena
Martha Divas Delgado
wooooooooo autoraaaaa me gusta otra historia
Elizabeth Sánchez Herrera
más ➕ capítulos
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