Transmigración: La Esposa del Tirano

"¡Jajajajaja, así que, su alteza la princesa se perdió porque estaba huyendo de alguien a quien había ofendido!" Savierra se rió a carcajadas al escuchar la historia de la princesa, que le pareció divertida.

La princesa Allea resopló molesta. "Hermana Vierra, ese hombre daba mucho miedo. Me arrepiento de haberme quedado prendada de su atractivo. No tuve más remedio que huir...", dijo con vehemencia.

"Vierra, ¡hablas como si nuestra hermana tuviera toda la culpa!", intervino Zyonel.

Savierra negó rápidamente con la cabeza, "Lo siento, hermano Zyo, no era mi intención. Pero las normas locales son así. No se puede tirar basura", explicó Savierra.

"Ese hombre dijo que la multa sería una multa. Si me iba, me detendrían, ¿es eso cierto, hermana Vierra?", volvió a preguntar Allea. "Tengo miedo de que me encierren por escapar".

"No. Tal vez si la multa fuera el castigo, sería cierto. Pero por ir a la cárcel, no debería serlo", intervino Ryden, que había estado en silencio hasta entonces.

Zyonel frunció el ceño, "¿Así que ese hombre sólo estaba jugando? ¡Huh! ¡Cómo se atreve a asustar a mi hermana pequeña! ¡Si me encuentro con él, me aseguraré de que su vida sea un infierno!", dijo sarcástico y molesto. ¡Nadie debía intimidar a su preciosa hermana pequeña!

"Jajaja, bueno... es culpa nuestra por dejar a Allea sola".

Allea frunció los labios, "¡Tú también, hermano! ¿Por qué no has estado localizable en toda la mañana? Me he sentido como una niña abandonada...".

Zyonel abrazó a Allea. "Lo siento, tenía cosas que hacer, siento haberte ignorado, preciosa..."

Savierra y Ryden, al ver esto, intercambiaron miradas. La relación entre el hermano y la hermana era envidiable.

"El hermano Zyo es muy protector con Allea, ¿verdad, Ryd...?", susurró Savierra a Ryden a su lado. Era obvio que ahora estaban muy cerca el uno del otro.

Ryden se sobresaltó al oír el susurro a su lado. Su cuerpo se tensó, y luego, al volverse hacia Savierra...

**¡Deg**!

Savierra se quedó atónita, al igual que Ryden. Estando tan cerca el uno del otro, sus narices se rozaban, haciendo que sus corazones latieran a mil por hora.

Savierra se quedó paralizada\, con el corazón latiéndole a toda velocidad\, sintiendo una *euforia* que amenazaba con estallar. Lo mismo le ocurría a Ryden\, cuya temperatura corporal había aumentado drásticamente. Miró a Savierra. Sus hipnotizantes ojos azules\, su belleza natural y sus labios...

**¡Gulp**!

Ryden tragó saliva al ver aquellos labios rosados y naturales. Al verlos, recordó su sueño prohibido. Un sueño que le hacía sentirse caliente y frío a la vez, y que le impedía mirar a Savierra a los ojos durante demasiado tiempo.

"¡¡Ejem!!"

Ambos se sobresaltaron al oír aquel fuerte carraspeo. Ryden y Savierra se apartaron al unísono, alejándose el uno del otro.

"¿Qué pretendéis hacer?", bramó Zyonel, furioso. "¿Os atrevéis a desafiarme?".

"Lo siento, hermano...", dijo Savierra avergonzada. Su rostro se sonrojó.

"¿No me respetáis?", les espetó Zyonel.

"¡Exacto!", intervino Allea.

Ryden resopló molesto, se levantó y se marchó. "¡No exageres! Estamos casados y podemos hacer lo que queramos", dijo malhumorado. Pasó junto a Zyonel sin inmutarse.

"¡Oye! ¡Aunque seamos amigos, al menos deberías mostrarme algo de respeto como príncipe del reino! ¡Maldito Ryden!", refunfuñó Zyonel. De verdad, delante de Ryden era como si perdiera su orgullo.

"Ah, sí, no os olvidéis de la fiesta de esta noche. Los vestidos de Savierra y la princesa Allea ya han llegado. Id a ver si os quedan bien",

"De acuerdo, ¡Ryd!".

"Vale, hermano Ryden".

Respondieron Savierra y Allea al unísono.

•••

—Hotel Carlton on the Grand Canal

La llegada de los dos coches de lujo llamó la atención de los invitados que pasaban por delante de la entrada del hotel donde se celebraba la fiesta.

Las 2 parejas que acababan de bajar de los coches se convirtieron en el centro de atención de todos los invitados. Sus ojos no podían apartarse de los 2 apuestos hombres y las 2 mujeres que eran tan bellas como diosas griegas. Sus rostros eran como polvo de diamantes, y muy encantadores, en contraste con la ropa que llevaban esa noche.

¿Quién no conocía a estos dos hombres? Al fin y al cabo, ambos eran genios de los negocios de Nueva York. Sus habilidades eran inigualables.

Leonardo Ryden Hander, el genio de los negocios, y Zyonel Arron Soivell, el astuto y despiadado príncipe.

Ryden tomó a Savierra por la cintura, sorprendiéndola. "Ryden, ¿está bien así?", preguntó Savierra en un susurro.

"No pasa nada. ¿Acaso no eres mi esposa? Compórtate como una dama de la nobleza, y como un marido y una mujer que se aman", respondió Ryden con naturalidad.

*Tsk*... ¡Qué descarado! Decía que no me reconocería como su esposa, pero ahora...

Savierra se burló para sus adentros, pero sus mejillas se sonrojaron. Tomó la mano de Ryden y lo abrazó con cariño.

Realmente, esta pareja hacía una gran pareja. Savierra, que llevaba un encantador vestido rojo, mientras que Ryden vestía un traje como un apuesto caballero al lado de Savierra.

Mientras tanto, Zyonel, al ver aquella muestra de afecto, sólo pudo exhalar un suave suspiro, 'Ryden, eres muy bueno fingiendo', pensó, y luego negó lentamente con la cabeza.

"¿Qué te pasa, hermano?", susurró Allea.

El príncipe sólo acarició el pelo de su hermana y negó suavemente con la cabeza, "Estoy bien, preciosa. Vamos a seguir a Ryden para ver a los anfitriones de la fiesta".

"¡Vamos!".

Al llegar al vestíbulo del hotel, vieron que ya había muchos invitados. La fiesta estaba a punto de empezar. El animado ambiente se tornó silencioso cuando las puertas del vestíbulo se abrieron de par en par, mostrando cuatro figuras de gran belleza.

"¿No son esos el segundo príncipe y la cuarta princesa del reino de Leoborn? Son muy guapos...".

"Mira, ese es el señor Ryden. El genio de los negocios de Nueva York".

"¿Quién es esa mujer que está al lado del señor Hander? ¿Es su esposa?".

"Es una mujer muy guapa...".

Una pareja de gemelos que acababa de regresar de saludar a los anfitriones se detuvo en seco al oír los susurros de los invitados.

"¿Qué pasa, hermano?", preguntó una chica a su hermano gemelo.

"No lo sé, parece que ha llegado un invitado importante", respondió su hermano.

El hermano pasó junto a los invitados que seguían cuchicheando. Su hermana lo siguió. Y, al ver a alguien a quien conocían, la hermana corrió hacia él...

"¡¡HERMANO RYDENNN!!"

**¡¡BRUMMM!!**

Ryden estuvo a punto de perder el equilibrio si Savierra no lo hubiera sujetado por detrás. Todos se quedaron atónitos, sobre todo Savierra, que se quedó boquiabierta al ver a su marido abrazado por otra mujer.

"Hermano, Ying te echaba mucho de menos...".

Ryden intentó apartar a la chica, "Ying, suéltame, por favor", dijo con firmeza.

"Echo mucho de menos a Ying... El hermano Ryden está muy ocupado, ¿verdad? Por eso no me visita muy a menudo",

Ryden miró con torpeza a los que lo observaban y luego a Savierra, que tenía el rostro inexpresivo... ¿Estaba celosa Savierra?

"Hola, Ryd, cuánto tiempo sin verte", saludó Lizhe a Ryden.

Sí, eran los gemelos de la familia Shen. Shen Lizhe y Shen Luoying. Se decía que Shen Lizhe era amigo íntimo de Ryden de la escuela secundaria en Italia. Eran cercanos, pero Ryden no lo era tanto de la hermana gemela de Shen Lizhe. Lo único que recordaba era que Shen Luoying era una chica a la que le gustaba molestarle cuando estaba con Lizhe.

"Hola, Lizhe. ¿Puedes apartar a tu hermana?", dijo Ryden con voz inexpresiva, lo que hizo que Lizhe apartara rápidamente a Luoying.

"Ying, ¡no armes un escándalo aquí!", dijo Lizhe advirtiéndola. Ying obedeció a su hermano y volvió a colocarse junto a él.

"Siempre eres el centro de atención, Ryd...", dijo Lizhe riéndose entre dientes mientras miraba con admiración a su viejo amigo. "¿Eh? Por cierto, ¿quién es esta hermosa mujer que está detrás de ti?".

Lizhe e Ying miraron a la hermosa mujer que estaba detrás de Ryden.

'¡Ah, me olvidé de Savierra!', pensó Ryden. Apartó a Savierra suavemente y la abrazó. "Os presento a mi esposa, Savierra Arlott".

"¿QUÉ? ¿ESPOSA?", exclamó Ying sorprendida. "H-hermano... ¿cuándo te has casado? ¿Por qué no se ha publicado nada?", preguntó Ying con voz temblorosa. Apretó los puños, conteniendo la rabia. Miró a Savierra, que se mantenía relajada y elegante.

"Savierra, ellos son los gemelos de la familia Shen. Shen Lizhe y Shen Luoying", dijo Ryden presentándolas.

"Hola, joven maestro Shen, soy Savierra", saludó Savierra y estrechó la mano de Shen Lizhe.

"La señorita Savierra es muy guapa, llámame Lizhe", respondió Lizhe besando la mano de Savierra.

De repente, Savierra sintió una fuerte aura negativa, miró a Ryden, que tenía el rostro inexpresivo. Savierra se rió para sus adentros al comprender la molestia de Ryden.

Luego miró a la chica que la había estado mirando fijamente. Savierra tendió la mano a Ying, pero ésta pareció ignorarla.

'Esta chica...', pensó Savierra, furiosa. Tomó la mano de Ying y la estrechó. "¡Soy Savierra, señorita Ying. Soy la e-s-p-o-s-a de Ryden!", saludó Savierra enfatizando la palabra esposa.

La mandíbula de Ying se tensó al ver que Savierra parecía estar burlándose de ella. "Tsk, no te alegres tan pronto, señora. Ryden volverá conmigo a su debido tiempo. ¡Tú sólo eres una extraña aquí!", susurró Ying amenazando a Savierra.

Savierra sonrió con suficiencia, 'Vaya, creo que huelo a la otra mujer...', pensó molesta. "Oh, ¿sí? Entonces, veamos quién está más cerca de Ryden. La señorita, o yo como su legítima esposa", susurró haciendo que Luoying la mirara fijamente. Su mano agarró con fuerza la de Savierra.

Savierra le devolvió el apretón con la misma fuerza. Le apetecía jugar con esa chica.

"Hmph, ¡ya veremos!".

•••