Lena, una joven que siempre ha sentido que es diferente, sin saber por qué. En la noche de su vigésimo primer cumpleaños, su vida da un giro inesperado cuando descubre que es la Luna destinada del alfa de la manada más poderosa de la región, un hombre llamado Aiden, conocido por su ferocidad y liderazgo implacable.Aiden, marcado por una profecía ancestral, ha esperado años para encontrar a su Luna, la única persona capaz de calmar la bestia dentro de él y traer equilibrio a su vida. Sin embargo, Lena no está dispuesta a aceptar su destino fácilmente. Mientras lucha por comprender y aceptar el vínculo que la une a Aiden, descubre que su conexión va mucho más allá del amor: está vinculada a un oscuro secreto que podría destruirlos a ambos.En medio de luchas internas, conflictos con otras manadas, y una amenaza que podría desencadenar una guerra, Lena debe decidir si está dispuesta a aceptar la marca del Alfa y el destino que le ha sido impuesto, o seguir su propio destino
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Capítulo 23 El Consejo de los Ancianos
Lena sentía cómo su corazón latía con fuerza mientras se dirigía junto a Aidan hacia la gran sala del Consejo. Los muros de piedra, cubiertos de tapices antiguos que narraban la historia de la manada, parecían cerrarse sobre ella con cada paso que daba.
Sabía que estaba a punto de enfrentarse a un desafío que podría cambiarlo todo. El futuro de su familia, su posición en la manada, e incluso su vida con Aidan, dependían de lo que sucediera en los próximos momentos.
Aidan caminaba a su lado, con la mandíbula apretada y los ojos fijos en la gran puerta de madera que se alzaba al final del corredor. Su mano envolvía la de Lena, ofreciéndole apoyo, pero también buscando la fuerza que él necesitaba. Lena podía sentir la tensión en su cuerpo, la rabia contenida y la preocupación que le atormentaba desde que ella le reveló su embarazo.
Habían pasado solo unos días desde que Lena le dio la noticia, y aunque el amor de Aidan por ella y por sus futuros hijos era palpable, ambos sabían que los tiempos venideros no serían fáciles.
El poder que Lena había mostrado durante el ritual, la conexión que había fortalecido con la Marca del Alfa, la había convertido en un objetivo, no solo de sus enemigos, sino también de aquellos que desconfiaban de la magnitud de su poder.
La puerta se abrió ante ellos, revelando la amplia sala donde el Consejo de los Ancianos ya estaba reunido.
Había un silencio sepulcral en el aire, y las miradas de todos se dirigieron inmediatamente hacia Lena y Aidan cuando entraron.
El ambiente estaba cargado de tensión, y Lena podía sentir las emociones mezcladas que fluían de cada uno de los presentes. Era un lugar donde se tomaban decisiones cruciales, y hoy, Lena sabía que no sería la excepción.
En el centro de la sala, rodeado por los otros miembros del Consejo, estaba Marcus, el padre de Serena. Su expresión era severa, y Lena no pudo evitar notar el destello de triunfo en sus ojos al verla.
Marcus siempre había sido una figura poderosa y respetada dentro de la manada, y su influencia sobre el Consejo era innegable. Pero ahora, ese hombre que una vez había luchado junto a su padre, estaba decidido a destruir su matrimonio y arrebatarle todo lo que Lena amaba.
—Aidan, Lena —saludó Marcus con una voz grave y formal—. Gracias por presentarse ante el Consejo en tan poco tiempo.
Lamento que hayamos tenido que convocar esta reunión de urgencia, pero hay asuntos que deben ser tratados inmediatamente.
Lena mantuvo su expresión serena, aunque sentía cómo la rabia comenzaba a burbujear dentro de ella.
Marcus había dejado claro desde el principio que no la aceptaba como la compañera de Aidan. Había intentado manipular la situación desde las sombras, y ahora, parecía que estaba listo para dar el golpe final.
—Estamos aquí para escuchar lo que el Consejo tiene que decir —respondió Aidan con una voz firme—, pero también para defender lo que es justo.
Marcus sonrió con frialdad, antes de dirigir su mirada hacia los otros miembros del Consejo.
Lena observó cómo las caras de los ancianos se mantenían neutrales, aunque podía ver que algunos de ellos parecían incómodos.
—Bien, comencemos entonces —dijo Marcus, su tono era afilado y decidido—.
Como todos saben, la posición de Alfa es una responsabilidad que no solo implica liderar a la manada, sino también garantizar su futuro. Y es mi deber como miembro de este Consejo y como líder de mi propia familia, asegurarme de que cualquier decisión que tome nuestro Alfa sea la mejor para todos.
Lena sintió un nudo en el estómago. Sabía hacia dónde se dirigía Marcus, y el pensamiento de lo que estaba por venir la llenaba de angustia. Apretó la mano de Aidan, buscando su fuerza, mientras Marcus continuaba.
—Es por eso que he solicitado esta reunión —dijo Marcus, sus palabras resonando en la sala—. Como saben, mi hija Serena ha sido siempre una de las mejores candidatas para convertirse en la compañera del Alfa.
Su unión hubiera significado no solo una alianza fuerte, sino también un futuro seguro para nuestra manada. Sin embargo, Aidan decidió en su lugar unir su vida a la de Lena, quien, aunque tiene sangre de la manada, no es la elección adecuada para este puesto.
Las palabras de Marcus cayeron como un martillo en la sala. Lena pudo sentir las miradas de los ancianos sobre ella, algunas de compasión, otras de desaprobación. Pero mantuvo la cabeza en alto, negándose a mostrar debilidad.
—Marcus —intervino uno de los ancianos, su voz era calmada, pero firme—.
Entendemos tu preocupación, pero Aidan ha tomado su decisión. Es nuestro deber apoyarlo en su rol como Alfa.
—Eso es lo que he estado haciendo —respondió Marcus, su voz llena de veneno—. Pero hay algo que este Consejo debe saber.
Algo que podría cambiarlo todo. El silencio que siguió a sus palabras fue tan profundo que Lena sintió cómo su corazón latía en sus oídos.
Sabía que Marcus estaba a punto de revelar algo que había estado guardando como su arma final. Y aunque no tenía idea de lo que iba a decir, sabía que debía estar preparada para cualquier cosa.
—Lena está embarazada —dijo Marcus finalmente, su voz baja pero cargada de significado—. Y aunque eso podría parecer una buena noticia, hay algo que debemos considerar. La Marca del Alfa es un poder que no ha sido visto en generaciones, y que, según nuestras tradiciones, debe ser manejado con gran cuidado.
Lena no solo porta esa marca, sino que también la ha utilizado de manera que no comprendemos completamente.
¿Qué sucederá con esos niños? ¿Qué poder heredarán? ¿Serán una amenaza para nosotros?Las palabras de Marcus resonaron en la sala, llenando el aire de dudas y miedos.
Lena sintió cómo una oleada de pánico la invadía, pero antes de que pudiera responder, Aidan dio un paso adelante.
—Eso no es asunto de este Consejo —dijo Aidan, su voz firme y llena de autoridad—.
Lena es mi compañera, y lo que suceda con nuestros hijos es asunto nuestro, no de este Consejo ni de Marcus.Pero Marcus no retrocedió. En lugar de eso, sonrió, como si hubiera estado esperando exactamente esa respuesta.
—Tienes razón, Aidan —dijo con suavidad—. Pero si Lena es incapaz de controlar ese poder, si pone en riesgo a nuestra manada, entonces será asunto de todos.
Es por eso que, con el apoyo de algunos miembros de este Consejo, propongo que se anule tu matrimonio con Lena y se revise la legitimidad de su posición como tu compañera.
Lena sintió que el suelo se movía bajo sus pies. Nunca había imaginado que Marcus llegaría tan lejos. Las miradas de los ancianos se volvieron hacia ella y Aidan, llenas de incertidumbre.
Sabía que si no hacía algo, todo por lo que había luchado podría desmoronarse en un instante.Pero en lugar de dejarse vencer por el miedo, Lena sintió una fuerza nueva despertando dentro de ella.
Sabía que no podía permitir que Marcus dictara su destino, ni el de sus hijos. Con una decisión firme, soltó la mano de Aidan y dio un paso adelante, enfrentándose al Consejo.
—He escuchado todo lo que has dicho, Marcus —dijo Lena, su voz firme—. Pero hay algo que debes entender. No necesito tu aprobación ni la de este Consejo para ser la compañera de Aidan.
La Marca del Alfa es una señal de poder, sí, pero también es una señal de que estoy destinada a ser la protectora de esta manada, de mi familia, y de todo lo que amo.
Antes de que Marcus pudiera responder, Lena alzó su brazo, revelando la marca que ardía en su piel con una intensidad dorada.
La marca parecía vibrar con energía propia, irradiando un poder antiguo y profundo que llenó la sala. Todos los presentes quedaron en silencio, sus ojos fijos en la marca, como si estuvieran viendo algo que iba más allá de su comprensión.
—Esta marca —continuó Lena, su voz resonando en la sala— no es una maldición, como tú quieres hacer creer, Marcus.
Es una bendición, un poder que me ha sido otorgado a mí para proteger a los nuestros. Y mientras yo la porte, nadie podrá separarme de Aidan, ni de mis hijos.
Esta es la verdadera señal de que soy la compañera del Alfa, y si este Consejo quiere desafiar eso, que lo hagan ahora.
El silencio que siguió fue abrumador. Lena pudo ver cómo las expresiones de los ancianos cambiaban, pasando del escepticismo a la reverencia. Lentamente, uno a uno, comenzaron a inclinarse ante ella, mostrando su respeto y aceptación.
El poder de la marca había hablado por sí solo, y la decisión estaba tomada.
Marcus, sin embargo, permaneció de pie, su rostro torcido por la ira y la frustración.
Había perdido, y lo sabía. Pero Lena también sabía que esto no significaba que se rendiría tan fácilmente.
—Esto no ha terminado —murmuró Marcus, apenas audible—.
Hay cosas que ni siquiera tú comprendes, Lena. Pero pronto lo harás…...
te felicito x tu historia con Lena estuvo increíble q tengas muchos éxitos y sigue así ojalá nos mande la notificación de la historia de sienna a los q no nos aparece