Ella es acusa injustamente por un delito que no cometió y al darse cuenta que el ser que aseguraron que ella asesino esta vivo, hará lo que sea para vengarse y hacerlo pagar por todo lo que ella tuvo que vivir.
Y en el camino hacia su objetivo encontrará a un fuerte aliado que sin darse cuenta los dos caerán rendidos ante las garras del amor.
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Verdad sin anestesia.
[Hola, una gran disculpa por no haber actualizado, pero como muchas saben, ayer fue miércoles y por el descanso de mi esposo hoy tenía demasiadas cosas por hacer, pero aquí les dejo este capítulo y espero subir otro, mil gracias por su atención].
...Actualidad...
Zazil
Lula solo me observaba mientras fumaba un cigarrillo, se levantó del sofá y solo comenzó a caminar de un lado a otro hasta que se detuvo frente a mi.
— Zazil, tu historia es muy interesante, pero esos dos hermanos son los que me llaman la atención, mucho más que sus estúpidos padres.
— si, lo sé y ahora que te he contado mi historia, me di cuenta de que siempre estuve ciega de amor por un ser que quizás, nunca me amo— ella asintió acercándose a mí palmeando mi hombro.
— dime una cosa, después de esa noche en el bar, ¿al día siguiente fue que tu esposo?— al decir la palabra hizo comillas en ella.
— si, pero yo nunca tendría el corazón para lastimarlo a pesar de la vida que lleve a su lado— mostró una pequeña sonrisa asintiendo.
— y dime, ¿ya sabes que le pedirás al patrón?— solo asentí— soy toda oídos Zazil.
— ¿quiero saber por qué yo?, pero también quiero saber, ¿dónde está mi bebé y los restos de Claus?.
— por la mañana le diré al patrón tu pedido y muy pronto estará resuelto— asentí más tranquila y demasiado ligera.
Me despedí de ella y me fui a acostar de nuevo, por la mañana Lula ya no estaba en la celda y como cada día, salí a correr tome una ducha ya lista para ir al comedor.
Y mientras desayunaba solo sentía la mirada de Mara puesta en mí, junto a sus secuaces que son inseparables, al terminar tome la bandeja y pase por el mismo lugar donde estaba ella.
Y una risa me hizo voltear a verla, sabía que estaba hablando de mí, pero solo seguí mi camino, ignorándola para evitar problemas hasta que su odiosa voz me llamo.
— Zazil, ¿cuánto vales?, o ¿qué le prometiste al patrón?— levante mi ceja por la insinuación de Mara— ¿qué le darás para que este así?.
— nada, pero tampoco te debe importar— se levantó y tras de ella sus secuaces hicieron lo mismo y por instinto retrocedí.
— ya no eres intocable, tu sombra se ha ido— me sorprendí por lo que había dicho— ¿no sabías?, ups pobre de ti mi querida Zazil— intento agarrarme de brazo.
Pero mi instinto fue protegerme y con la bandeja la golpeé en el rostro, a una de sus secuaces le aventé con la misma, la otra me jalo del cabello provocando que perdiera el equilibrio.
— de esta ahora si nadie te salvara-—grito mientras la veía escupir sangre de su boca.
Pero toda lucha no fue suficiente, ya que me tenían agarrada y sometida entre las dos, era injusto porque ellas eran tres y yo, pues era solo yo, todas las reclusas se juntaron para ver el espectáculo mientras gritaban y pedían ver una masacre.
Y solo sentí el primer golpe con mucha fuerza en mi rostro, dolía horrible, pero jamás se lo haría saber— golpeas como un niño pequeño— sonrió y volvió a darme otro golpe a puño cerrado.
Sentí en mi lengua el sabor amargo de la sangre, sonreí con mi cabeza en alto hasta escupirle en el rostro— eres una perr… — y antes de que terminará Daina la derribo.
Y mientras ella golpeaba a Mara yo me zafe del agarre de ellas, a una la aventé para darle un puñetazo a la otra y con solo un golpe fue más que suficiente para romperle la nariz.
Una chica que estaba de espectadora me dio otra bandeja y con ella golpeé a la otra muchas veces hasta que mis muñecas dolían, el silbato se escuchó y junto al sonido una ligera explosión.
Todas nos tiramos al suelo, ya que esa era una bomba de perdigones para meter en rienda a las reclusas; el gas lacrimógeno hizo su aparición, no sé veía nada y olía asqueroso, hasta que unas manos me jalaron.
Y solo fue para llevarme a aislamiento por mi comportamiento, la verdad no sé cuantos días habían pasado, hasta que la puerta se abrió y pude ver a Lula junto a una celera.
Entro y extendió su mano hacia mí— ya está todo listo— la vi extrañada, me levante sin tomar su mano y solo camine atrás de ella.
— ¿por qué te fuiste?— ella asintió y nuevamente entramos a la celda— ¿por qué no dices nada Lula?.
— tengo tu pedido y también nos iremos antes de lo previsto— traía consigo una carpeta negra y antes de entregármela me indico que me sentará a su lado.
— ten, míralas y cuando estés lista solo dime y te diré toda la información— solo asentí tomando entre mis manos esa carpeta.
Al abrirla venía la foto de Deo junto a la doctora que en su tiempo llevó el seguimiento de mi embarazo, sentí algo extraño en mi pecho, al ver la siguiente fotografía era una lápida con la descripción de Claus, mi garganta se había hecho nudo.
Pero al ver la última fotografía todo ese sentimiento se transformó en odio e ira, era el dichoso muerto junto a Aileen y por impulso la hice añicos.
— ¿estás bien?— asentí mientras mis manos temblaban de ira— ¿estás lista?.
— más que nunca— le conteste a Lula.
Y solo comenzó a decirme lo que había descubierto.
El abuelo de Claus antes de morir dejó un testamento junto a una jugosa herencia, pero esa dichosa herencia sería entregada al cumplir los cuatro años de matrimonio su primer nieto.
En el cual no deberían divorciarse o ese dinero se dividiría en dos partes, la primera parte sería para Claus y la segunda para mí, por ser su esposa, pero él, al saber esa cláusula no estuvo de acuerdo en compartir, así que la unica manera de deshacerse de mí, fue inventar que lo había agredido y por eso mismo, es que el juicio fue rápido y muy turbio.
Porque había muchos ceros de por medio, y ahora entendía del porqué el abogaducho jamás me defendió, porque ya estaba todo hablado.
Todos los movimientos y las jugadas que hizo ese malnacido todos en su familia lo sabían incluyendo a Deo; en verdad me siento como una estúpida tonta, que cayó en las garras de esa familia, solo por el maldito dinero.
Me levante y camine hacia la ventana, me tomé de los barrotes y solo los apreté para tratar de tranquilizarme y calmar esta ira que comenzaba a consumirme.
Respire profundo y giré hacia Lula quien solo me observaba y solo volví a asentir para qué continuará.
El gran misterioso, pero muy importante motivo del porqué yo, y era porque su abuelo nunca acepto a su novia y, por lo tanto, también lo estipulo, así que en un viaje de negocios a México, me vio en el crucero y solo fui víctima de las circunstancias.
Y la historia que me contó sobre mis padres, fue parte y parte, ellos si hablaron con él, pero él aprovechó esa gran brecha que nos aquejaba por las carencias y les mostró la cantidad inmensa de dinero que les daría por mí y terminaron aceptando.
Pero tampoco justifico los actos de ellos, porque por ellos estoy aquí y prácticamente me tomaron de la mano para llevarme a un acantilado para lazarme.
Lula guardó silencio y de su overol saco una última fotografía— creo que esto te dirá más que mil palabras de las que yo pueda decirte.
Asentí y tome esa fotografía, al verla un nudo gigantesco lo sentía en mi garganta, era la familia Demou junto con Aileen y la doctora, pero en esa foto había algo muy pequeño que resaltaba.
Y era un pequeño con cabello oscuro y sus bellas ondas marcadas, abrí mis ojos, levante mi vista y Lula solo asintió.
Mis lágrimas salieron a caudales, ese pequeño hombrecito era mi hijo, mi bebé y ellos me lo arrebataron, caí de rodillas sintiendo un dolor inmenso en mi corazón.
— tranquila, Zazil, Zazil — solo negaba aún en el suelo, mientras sostenía la fotografía la cual ya tenía marcas de mis lágrimas.
— esa familia las pagará muy caro, por alejarme de mi bebé— Lula me ayudo a levantarme y me llevo al sofá.
— tranquila, es necesario que sepas— la vi mientras limpiaba mis ojos— el abuelo dejó una pequeña herencia para el primogénito varón es por...— no deje que terminará y me levante.
Era doloroso y desagradable a la vez, saber que el único y estúpido motivo por el que me lo quitaron, y es el maldito dinero.
Era tanta mi rabia que sin pensar empuñe mi mano y la estampe en la pared con demasiada fuerza, para terminar soltando un eufórico grito— hoy tengo un solo propósito, mi venganza y pagaran muy caro mi sufrimiento y el haberme separado de mi pequeño Ramsés.