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Un Reloj… En Sus Sueños

Un Reloj… En Sus Sueños

Status: En proceso
Genre:Romance / Futuro / Pareja destinada / Amor eterno
Popularitas:4.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Zoilo Fuentes

Un relato donde el tiempo se convierte en el puente entre dos almas, Horacio y Damián, jóvenes de épocas dispares, que encuentran su conexión a través de un reloj antiguo, adornado con una inscripción en un idioma desconocido. Horacio, un dedicado aprendiz de relojero, vive en el año 1984, mientras que Damián, un estudiante universitario, habita en el 2024. Sus sueños se transforman en el medio de comunicación, y el reloj, en el portal que los une. Juntos, buscarán la forma de desafiar las barreras temporales para consumar su amor eterno.

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CAPÍTULO 22: EL LABERINTO DE SUS SUEÑOS

En los postreros años del siglo XVIII, el nombre de Eldric Thalmar resonaba en toda Europa. Este alquimista y maestro relojero había alcanzado una fama sin precedentes, gracias a sus enigmáticos relojes de los sueños. Cada uno de estos artefactos, meticulosamente elaborados, prometía experiencias más allá de la comprensión humana, y su reputación se extendió rápidamente, cruzando las fronteras del tiempo y el espacio, hasta llegar al siglo siguiente.

Los relojes de los sueños de Thalmar se convirtieron en objetos de deseo. Viajeros y coleccionistas de toda Europa acudían a Ravenwood, un pequeño y pintoresco pueblo en las montañas de Transilvania, para adquirir uno de estos relojes mágicos.

Una noche, mientras trabajaban en un nuevo prototipo de reloj, Eldric tuvo una revelación. Creía haber encontrado la clave para manipular el tiempo mismo. Sin embargo, su descubrimiento vino con un precio. Los relojes de los sueños no solo permitían vislumbrar el futuro, sino que también podían atrapar a sus usuarios en un limbo temporal.

— Diora, creo que lo he logrado. Este reloj… puede cambiarlo todo, dijo Eldric, con sus ojos brillando de emoción.

— Maestro, ¿cree de que sea seguro? Hemos visto lo que estos relojes pueden hacer, respondió Diora, con una mezcla de preocupación y admiración.

— No hay progreso sin riesgo, mi querida Diora. Debo intentarlo, afirmó Eldric, decidido.

Eldric activó el reloj, y en un destello de luz, desapareció. Diora, horrorizada, intentó revertir el proceso, pero fue en vano. Eldric Thalmar había sido consumido por su propia creación, atrapado en algún lugar entre el tiempo y el espacio.

A la mañana siguiente, el pueblo de Ravenwood amaneció con la noticia de la desaparición del famoso alquimista. Todos los periódicos de la época lo anunciaban en sus titulares, y la conmoción se extendió rápidamente. El laboratorio de Eldric quedó en manos de Diora, quien, a pesar de su juventud, asumió la responsabilidad de continuar el trabajo de su maestro.

Con el paso de los años, Diora se convirtió en la guardiana de los relojes de los sueños. A sus 80 años, aún recordaba con claridad la noche en que su maestro desapareció. Había heredado la tienda de antigüedades de su abuelo y continuaba el trabajo de Eldric, aunque con una cautela que su maestro nunca tuvo. Además, fundó lo que llamó la Escuela de Thalmar, un lugar donde enseñaba a nuevos aprendices los secretos de la alquimia y la relojería, manteniendo vivo y vigente el legado de su gran maestro.

Con el tiempo, Diora decidió mudarse de Ravenwood, llevando consigo los últimos ejemplares de los relojes de los sueños. Tras años de trabajo incansable, ya agotada, decidió abrir una tienda de antigüedades en una ciudad lejana, donde exhibía los relojes y continuaba compartiendo las historias y secretos de Eldric Thalmar.

...🕰️🕰️🕰️...

Una mañana luminosa, una joven de belleza singular llamada Nieves cruzó el umbral de la tienda de antigüedades de Diora. Estaba en busca de un obsequio especial para su prometido, Lucas, con quien pronto uniría su vida en matrimonio. Lucas era un apasionado coleccionista de objetos antiguos, y Nieves deseaba encontrar algo verdaderamente único para él.

Nieves recorrió la tienda con detenimiento, observando cada pieza con atención. Finalmente, sus ojos se detuvieron en un reloj de bolsillo antiguo, adornado con grabados intrincados y una pátina que susurraba historias de siglos pasados.

Desde su rincón, la anciana propietaria, Diora, observaba con una mezcla de sabiduría y misterio en su mirada. A sus 80 años, Diora había presenciado muchas cosas, pero pocas tan fascinantes como el reloj que ahora sostenía Nieves.

— Disculpe, señora. ¿Podría contarme la historia de este reloj?, preguntó Nieves, con una voz suave pero llena de curiosidad.

Diora sonrió, sus arrugas se profundizaron mientras se acomodaba en su silla.

— Ah, ese reloj… Fue creado por Eldric Thalmar, un alquimista de renombre. Eldric desapareció misteriosamente hace muchos años, llevándose consigo muchos de sus secretos. Este reloj es una de las pocas piezas que quedan de su legado, explicó Diora, con una voz cargada de nostalgia.

Nieves miró el reloj con renovado interés, notando la inscripción grabada en su superficie.

— ¿Y cómo llegó a sus manos?, inquirió Nieves, sin apartar la vista del reloj.

— Es una larga historia, joven. Pero para no entrar en detalles, lo obtuve de alguien que afirmaba haber conocido a Eldric, afirmó con cierto sarcasmo. — Este reloj tiene propiedades especiales, respondió Diora, con un tono enigmático.

Intrigada, Nieves decidió comprar el reloj. Mientras Diora envolvía cuidadosamente el objeto, le lanzó una última advertencia.

—Ten cuidado, muchacha. Este reloj no es un simple objeto. Puede que te lleve a lugares que nunca imaginaste, advirtió Diora, con una mirada penetrante.

Nieves sonrió, sin saber que esas palabras serían proféticas. Al salir de la tienda, sintió una extraña conexión con el reloj, como si una parte de ella ya supiera que su vida y la de Lucas estaban a punto de cambiar para siempre.

Al llegar a casa de Lucas, Nieves no pudo esperar para mostrarle el reloj. Cuando él lo sostuvo en sus manos, una chispa de reconocimiento brilló en sus ojos.

— Este reloj…, murmuró Lucas, casi para sí mismo. — He visto estos símbolos antes, en los libros de mi abuelo.

Nieves lo miró con sorpresa.

— ¿Tu abuelo? ¿Qué sabes de estos símbolos?

Lucas la miró, con sus ojos llenos de emoción y un toque de preocupación.

— Mi abuelo también era un coleccionista, pero más que eso, era un estudioso de lo oculto. Estos símbolos pertenecen a una antigua orden de alquimistas. Si este reloj realmente perteneció a Eldric Thalmar, podría contener secretos que muchos han buscado durante siglos.

Nieves sintió un escalofrío recorrer su espalda. La advertencia de Diora resonaba en su mente.

...🕰️🕰️🕰️...

La unión de Nieves y Lucas fue una celebración rebosante de felicidad y amor. No obstante, la noche de bodas dio inicio a una cadena de sucesos inquietantes. Esa misma noche, Lucas empezó a experimentar sueños intensos y perturbadores, tan vívidos que parecían reales.

Los sueños de Lucas se volvieron cada vez más intensos y detallados. En ellos, aparecía una mujer joven de una belleza deslumbrante, con largos cabellos oscuros y ojos que parecían contener todo el misterio del universo. Su presencia era tan vívida que Lucas sentía como si realmente estuviera con ella.

Cada noche, la mujer se acercaba más a Lucas, hablándole en susurros y compartiendo secretos que parecían resonar en lo más profundo de su ser. Poco a poco, Lucas comenzó a enamorarse de ella, sintiendo una conexión inexplicable y poderosa.

Mientras dormía, Lucas murmuraba palabras en su sueño, revelando fragmentos de sus visiones nocturnas. Nieves, preocupada, escuchaba atentamente y pronto se dio cuenta de la presencia de otra mujer en los sueños de su esposo. Esta mujer, de una belleza etérea, parecía tener un poder inexplicable sobre Lucas, atrayéndolo cada vez más hacia su mundo onírico. Cada noche, esos murmullos de Lucas se volvían más claros y detallados, describiendo encuentros con la misteriosa mujer.

Durante el día, su mente estaba llena de pensamientos sobre la mujer de sus sueños, y su comportamiento con Nieves se volvió cada vez más distante y errático. Nieves, observando el cambio en su esposo, se llenó de preocupación y tristeza. Sabía que algo oscuro estaba afectando a Lucas, y estaba decidida a descubrir la verdad. Recordó las advertencias de Diora el día que adquirió el reloj. Sospechaba que la mujer en los sueños de Lucas no era una simple creación de su mente, sino una entidad vinculada al mismo.

Una noche, mientras Lucas dormía, Nieves decidió confrontar la situación. Notó que el reloj de bolsillo brillaba con una luz tenue y pulsante. Decidida a descubrir la verdad, tomó el reloj en sus manos y cerró los ojos, poco a poco fue adentrándose en sus sueños y, sin notarlo, se encontró en lo que parecía un antiguo laboratorio, donde la esperaba la mujer de los sueños de Lucas.

— ¿Quién eres y qué quieres de mi esposo?, preguntó Nieves con valentía.

La mujer sonrió, con una sonrisa que era a la vez hermosa y aterradora.

— Soy Elaria, la guardiana del reloj. Lucas y yo estamos destinados a estar juntos, y tú no puedes detenernos, respondió con voz melódica.

Tras su encuentro onírico con Elaria y las ominosas palabras de advertencia que resonaron en su mente, Nieves despertó sobresaltada, como si hubiera emergido de una pesadilla. Su corazón latía con fuerza y su mente bullía de preguntas sin respuesta. Con una determinación renovada, comprendió que debía actuar con celeridad para salvaguardar a Lucas y preservar el amor que los unía de la siniestra influencia que los acechaba.

...🕰️🕰️🕰️...

Recordando las advertencias de la anciana de la tienda de antigüedades sobre el reloj, decidió que era propicio volverla a visitar buscando respuestas para salvar a su esposo. Nieves se encontró de pie frente a la tienda de Diora, empujó la puerta y el tintineo de una campanilla anunció su llegada. Diora levantó la vista desde el mostrador, sus ojos estaban llenos llenos de una sabiduría antigua.

— Hija, sabía que volverías —dijo Diora con una voz suave pero firme.

— Diora, necesito tu ayuda. Los sueños de Lucas se están volviendo más intensos. Elaria… ella está tratando de separarnos, respondió Nieves, con su voz temblando de preocupación.

Diora asintió lentamente, como si ya supiera todo lo que Nieves iba a decir.

— Ven, siéntate. Hay algo que debes saber, dijo Diora, señalando una silla junto al mostrador.

Nieves se sentó, con sus manos temblorosas descansando en su regazo.

— Hace muchos años, fui la asistente y aprendiz de Eldric Thalmar, el creador del reloj de los sueños. Él me enseñó los secretos de su magia, pero también me advirtió sobre los peligros de jugar con el tiempo y los sueños, comenzó Diora, con su voz cargada de recuerdos.

— ¿Qué debo hacer para detener la influencia del reloj?, preguntó Nieves, desesperada.

Diora se inclinó hacia adelante, sus ojos brillaban con una intensidad inusual.

— La clave está en dos elementos. Primero, la inscripción en el reloj. Allí se encuentra la clave para llevar los sueños a la realidad. Debes traer a Elaria a este plano para poder destruirla, dijo Diora, con voz baja y grave.

Nieves frunció el ceño, tratando de comprender.

— ¿Y cómo hago eso?, preguntó, apenas susurrando.

— Solo una persona que ame sinceramente a quien está en peligro puede comprender el mensaje de la inscripción. Tú, Nieves, eres esa persona. Debes leer la inscripción con el corazón abierto y el amor verdadero que sientes por Lucas te guiará, explicó Diora, tomando las manos de Nieves entre las suyas.

Nieves sintió una oleada de esperanza y determinación.

— Haré lo que sea necesario. ¿Dónde está la inscripción?, preguntó, con voz firme.

— Está en la parte trasera del reloj, allí encontrarás una serie de símbolos grabados en el metal.

Diora hizo una pausa y luego añadió:

— El segundo elemento es el diamante en forma de luna incrustado en el reloj. Al acabar con Elaria, el cristal se fracturará y el reloj dejará de funcionar, liberando a Lucas de su influjo. Sin embargo, debes saber que este poder es infinito y pasará de generación en generación. Si el destino así lo dispone, alguien de tu descendencia lo encontrará y se hará presa del poder del reloj nuevamente.

Nieves sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, pero su resolución no flaqueó.

— Lo haré, Diora. Por Lucas y por nuestro futuro, dijo Nieves con firmeza.

Diora la miró con una mezcla de tristeza y admiración.

— Que el amor verdadero te guíe, Nieves. Ve con cuidado, dijo Diora, despidiéndose con una leve inclinación de cabeza.

...🕰️🕰️🕰️...

Nieves agradeció a Diora y regresó a su hogar con el corazón pesado. Al entrar, su mundo se detuvo al ver a Lucas desmayado en el piso. Corrió hacia él, llamándolo y sacudiéndolo con desesperación, pero no obtuvo respuesta. En ese momento, comprendió la gravedad de la situación.

Con gran esfuerzo, arrastró a Lucas hasta su cama y lo acostó con cuidado. Recordando un antiguo brebaje que su abuela le había enseñado para inducir un sueño profundo, lo preparó rápidamente, lo ingirió, luego tomó el reloj en sus manos y cerró los ojos, concentrándose en el amor que sentía por Lucas. Al abrirlos nuevamente, se encontró en un extraño laberinto. Las paredes eran altas y cubiertas de enredaderas, y el aire estaba cargado de una energía misteriosa. Comenzó a caminar, notando que las manecillas del reloj se movían cada vez más lentamente y que el diamante en forma de luna brillaba con una intensidad creciente.

Cada paso que daba la acercaba más a su destino, pero también sentía el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Sabía que debía encontrar a Elaria y traerla a este plano para poder destruirla y liberar a Lucas.

De repente, escuchó un susurro a lo lejos. Siguió el sonido, sus pasos resonaban en el silencio del laberinto. Al doblar una esquina, se encontró frente a una puerta antigua, tallada con símbolos que reconoció de la inscripción en el reloj. Con el corazón latiendo con fuerza, empujó la puerta y entró.

Dentro, la atmósfera era aún más densa. En el centro de la habitación, Elaria la esperaba, su belleza etérea contrastaba con la oscuridad que la rodeaba.

...Elaria, la guardiana del reloj de los sueños....

—Sabía que vendrías, Nieves, dijo Elaria, con voz suave pero cargada de poder.

—No permitiré que sigas atormentando a Lucas. Esto termina aquí, respondió Nieves, con voz firme.

Elaria sonrió, pero sus ojos brillaban con una amenaza latente.

— ¿Crees que puedes destruirme? Soy parte del reloj, parte de los sueños. No puedes simplemente deshacerte de mí, dijo Elaria, avanzando hacia Nieves.

Nieves sostuvo el reloj con fuerza, sintiendo el poder del diamante en forma de luna. Recordó las palabras de Diora y supo lo que debía hacer.

— No estoy sola. El amor verdadero siempre encuentra una manera, dijo Nieves, levantando el reloj y apuntando el diamante hacia Elaria.

La luz del diamante se intensificó, envolviendo a Elaria en un resplandor cegador. La guardiana del reloj gritó, su figura empezó a desvanecerse lentamente . El cristal del reloj se fracturó con un sonido agudo, y Nieves sintió una oleada de alivio. Sabía que Lucas estaba libre.

Lucas y Nieves despertaron abruptamente, sus corazones latían con fuerza. Se miraron, confusos y desorientados.

— ¿Qué ha pasado?, preguntó Lucas, frotándose los ojos.

Nieves, aún recuperándose del impacto, se levantó y recorrió la habitación con la mirada. Fue entonces cuando divisó una figura de barro tallada con la forma de Elaria en el suelo. Sin pensarlo dos veces, corrió a la cocina, tomó un mazo que yacía en un mueble y regresó rápidamente. Con un golpe decidido, partió en pedazos la imagen de Elaria, liberando un suspiro de alivio.

Lucas, observando la escena, tomó el reloj y se dio cuenta de que ya no funcionaba. Lo giró entre sus manos, examinándolo con detenimiento.

— Debo repararlo, dijo en voz alta, más para sí mismo que para Nieves.

Nieves sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Sabía que no podía permitir que el reloj volviera a funcionar. Esa misma tarde, mientras Lucas estaba distraído, tomó el reloj y se dirigió a una cascada cercana, cuyas aguas turbulentas prometían un final definitivo. Con el reloj en sus manos, se acercó al borde de la cascada. Miró el diamante en forma de luna una última vez, recordando todo lo que había pasado. Con un movimiento decidido, lanzó el reloj al agua. Lo vio desaparecer entre las corrientes, llevándose consigo todos los peligros y promesas de poder. Cuando regresó a casa, Lucas la recibió con una expresión preocupada.

— Nieves, el reloj ha desaparecido. He buscado por todas partes, pero no lo encuentro, dijo, lleno de frustración.

Nieves lo abrazó, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza.

— Tal vez sea mejor así, Lucas. Algunas cosas es mejor dejarlas en el pasado, respondió, acariciando su cabello.

Lucas suspiró y asintió, aunque en su corazón aún sentía la pérdida del misterioso artefacto. Con el tiempo, se cansó de buscarlo y aceptó que el reloj había desaparecido para siempre.

...🕰️🕰️🕰️...

Mateo se agachó lentamente, sus ojos permanecían fijos en el objeto que brillaba tenuemente en el suelo. Con cuidado, lo tomó entre sus manos y lo examinó. Era un reloj antiguo, con un cristal fracturado.

El objeto en cuestión estaba bastante deteriorado, mostrando signos de haber estado expuesto a los elementos durante mucho tiempo. El metal estaba oxidado en algunas partes, y las manecillas no se movían, atrapadas en un ciclo eterno de tiempo detenido. Sin embargo, a pesar de su estado, el diamante en forma de luna brillaba con una intensidad misteriosa, como si aún guardara un poder latente.

— ¿Qué es esto?, murmuró para sí mismo, sintiendo una extraña energía emanando del reloj.

Mientras lo sostenía, una sensación de déjà vu lo invadió, como si el reloj estuviera conectado a algo mucho más grande y antiguo. Mateo no podía saberlo, pero el reloj había sido lanzado a una cascada turbulenta años atrás.

Mateo era un joven aprendiz de relojería en el único taller que existía en el pintoresco pueblo de Villa Real. Su pasión por los relojes lo había llevado a aprender el oficio, aunque aún tenía mucho por descubrir.

Mateo decidió llevar el reloj al taller, donde pasó horas intentando repararlo. Desmontó las piezas con cuidado, limpiando y ajustando cada componente con la esperanza de devolverle la vida. Sin embargo, su poco conocimiento y experiencia no fueron suficientes. Las manecillas seguían sin moverse y el mecanismo interno parecía resistirse a sus esfuerzos.

— No entiendo por qué no funciona, dijo Mateo en voz alta, frustrado.

A pesar de sus intentos, el reloj permaneció inerte, como si guardara un secreto que solo unos pocos podían desentrañar. Mateo, aunque decepcionado, no se dio por vencido. Sabía que había algo especial en ese reloj y estaba decidido a descubrirlo, aunque por el momento, sus habilidades no eran suficientes para desentrañar su misterio.

Con el transcurrir de los años, Mateo se convirtió en un relojero de gran renombre. Su dedicación y habilidad lo llevaron a abrir su propio taller de relojería en Villa Real, el cual rápidamente se llenó de clientes gracias a su buena fama. Su destreza con los relojes y su atención al detalle lo hicieron muy popular en el pueblo.

Mateo también encontró la felicidad en su vida personal. Se casó con Helena, una mujer de gran corazón y juntos formaron un bonito matrimonio. Su amor y complicidad eran evidentes para todos los que los conocían.

Un día, mientras trabajaba en su taller, Mateo recibió una noticia que lo hizo correr desesperadamente hacia su casa. Le habían avisado que Helena estaba dando a luz. Con el corazón latiendo a mil por hora, llegó justo a tiempo para ver a la partera sosteniendo un bebé en sus brazos.

— Es un varón, dijo la partera, entregándole el bebé a Mateo.

Con la alegría rebosando en su corazón, Mateo miró al pequeño y le habló con ternura.

—Irvin, te llamarás Irvin, mi primogénito, dijo, con una sonrisa que iluminaba su rostro.

...El relojero Mateo con Irvin recién nacido....

Los años pasaron y Mateo disfrutó de cada momento con su familia. Cuando Irvin estaba a punto de cumplir cinco años, Mateo recordó el antiguo reloj que había encontrado años atrás. Decidió intentar repararlo una vez más, con la esperanza de obsequiárselo a su hijo como un regalo especial.

Pasó horas en su taller, desmontando y examinando cada pieza del reloj. Sin embargo, a pesar de su experiencia y habilidad, no logró hacerlo funcionar. Frustrado pero decidido a no rendirse, guardó el reloj en una caja de madera vieja y lo dejó en el olvido, esperando que algún día pudiera descubrir su secreto.

El reloj, con su cristal fracturado y el diamante en forma de luna, permaneció oculto, esperando el momento en que su poder sería descubierto nuevamente.

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FERM
Dónde puedo comprar un holocomunicador? 🤭
Niko F.: En el Amazon de la Deep Web 🤭
total 1 replies
FERM
Ahora Gustavo es delincuente 😱😱😱
FERM
Pobre Horacio, atrapado en el tiempo con un cuerpo de 60 años y una apariencia de 20 😔😔
FERM
Marcos no merecía morir 😔
Fundashi
As se habla, hay q encontrar el reloj
FERM
Damián ya se ha recuperado!!!
FERM
Sin Horacio, Damián se muere; y sin Damián, Horacio se muere!!
Pamela Mendez Vega
Por favor no demores en actualizar
Pamela Mendez Vega
Ojalá Damien pueda encontrar a Horacio a tiempo y lo salve
Que emoción
FERM
Quiero vivir en el año 2045 🤭
Pamela Mendez Vega
Ahí que no vaya a caer en la trampa de Alejandro
El lector 😸😸
Qué palabra más interesante Jijiji realmente me gustó mucho este primer capítulo/Smirk//Smirk//Smirk//Smirk//Smirk//Smirk//Smirk/
FERM
Qué significa esa fecha? 😱
FERM
Horacio tenía un padrastro homofóbico por sus propios traumas
Merilyn Shelby
que poeta /Drool/
FERM
Me encanta el espíritu de Damián 🤭. No tiene miedo a nada
Niko F.: Corrijo… enamorado 😅
Niko F.: Está enamora y eso borra todos los miedos!!
total 2 replies
FERM
Qué es el internet? 😅
FERM
Espero el próximo capítulo con ansias 😱
FERM
Me encanta la creatividad con los que se han creado cada uno de los personajes🤭🤭
Enoch
Enganchada totalmente
Niko F.: Gracias, es muy importante para mí tu comentario!!
total 1 replies
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